M¨¢xima atenci¨®n a China
No se sabe si el desplome de su Bolsa es un tropiezo o tendr¨¢ efectos catastr¨®ficos
Si admitimos que el ascenso de China es el dato m¨¢s importante para resolver la ecuaci¨®n del siglo XXI, resulta ineludible prestar la m¨¢xima atenci¨®n a la ca¨ªda de su crecimiento econ¨®mico y al desplome de sus bolsas. No sabemos si este tropiezo del pa¨ªs en el que vive casi una cuarta parte de la humanidad, es solo eso, un contratiempo, o predice un aterrizaje catastr¨®fico de la segunda econom¨ªa mundial con graves consecuencias pol¨ªticas internas, y su desbordamiento estrat¨¦gico al panorama internacional, con el miedo pol¨ªtico superando incluso al econ¨®mico.
?Nos inocular¨¢ China de nuevo el virus de la Gran Recesi¨®n haci¨¦ndonos regresar a 2008? El mundo ya no tiene tractor que tire de la econom¨ªa: EE UU ya no es suficiente como locomotora y China no puede sustituirle. Por el contrario, su capacidad de contagio, en la transici¨®n de m¨¢s grande es mejor a menos es m¨¢s, es profunda. Su exitoso capitalismo de Estado sin libertades se agrieta al no lograr el equilibrio entre el Estado interventor y el mercado. El Partido Comunista Chino no puede perder el control de la econom¨ªa, cuyo crecimiento es su principal baza de legitimaci¨®n, sin desatar tensiones internas y perder el dominio del pa¨ªs.
M¨¢xima preocupaci¨®n del presidente Xi, el l¨ªder chino que ha acaparado m¨¢s poder desde Mao, y l¨ªnea roja absoluta en la estrategia interna. Incrementa la represi¨®n sobre los disidentes, as¨ª como la censura de internet; desaparecen libreros cr¨ªticos en Hong Kong. Mientras consolida su poder a trav¨¦s de una dura campa?a anticorrupci¨®n que atemoriza y le sirve a la vez para deshacerse de eventuales rivales. ?Cu¨¢l es el sue?o chino de Xi Jinping? Sin duda, la estabilidad interna; el ascenso pac¨ªfico de China evitando el estallido de conflictos entre la China urbana y rica de la costa y el interior rural, gracias a la mejora constante del nivel de vida de los ciudadanos.
No olvidemos que China es todav¨ªa, fuera de una estrecha franja costera que comercia globalmente, un pa¨ªs pobre del tercer mundo con 650 millones de habitantes viviendo en hogares que ingresan menos de 4 d¨®lares diarios, seg¨²n cifras del Banco Mundial. La estrategia exterior se condensa en reducir la influencia de Estados Unidos en Asia, consolid¨¢ndose como primer poder asi¨¢tico, y mantener abiertas sus salidas mar¨ªtimas al Pac¨ªfico y al ?ndico, que hoy pueden ser f¨¢cilmente bloqueadas por EE UU. Los carriles del mar por donde exporta sus productos y recibe el chorro de materias primas necesarias para su desarrollo.
La realidad, explica el analista estrat¨¦gico George Friedman, es que China es un pa¨ªs aislado, profundamente dividido internamente con los problemas de los musulmanes uigures en Xinjiang, y tambi¨¦n en el Tibet, regiones aut¨®nomas con poblaciones que rechazan la dominaci¨®n china de la etnia mayoritaria Han. Evitar la inestabilidad define todo lo dem¨¢s que China hace. La desconfianza mutua entre Occidente y China provoca que ninguna de las dos partes, que sostienen un sentimiento mutuo de superioridad, sepa como manejar la relaci¨®n m¨¢s importante de este siglo. Atenci¨®n.
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