Los socios del euro impulsan modestos est¨ªmulos fiscales
Par¨ªs argumenta en Bruselas que la medida no afectar¨¢ al objetivo fiscal
Europa necesita un est¨ªmulo econ¨®mico, aunque sea modesto, ante una recuperaci¨®n con tan poco glamour que puede desvanecerse por cualquiera de los muchos riesgos que acechan. Pero las reglas fiscales dejan margen para pocas alegr¨ªas. Berl¨ªn planea usar un super¨¢vit mayor de lo esperado (12.000 millones de euros en 2015) para gastar m¨¢s por la crisis de los refugiados. El resto de Europa hace encaje de bolillos para gestionar la escasez: grandes y peque?os pa¨ªses, con Gobiernos de derecha y de izquierda, tratan de acomodar alguna medida de impulso pr¨¢cticamente por la puerta de atr¨¢s, para evitar que la Comisi¨®n Europea saque el l¨¢tigo por incumplir con el d¨¦ficit.
En teor¨ªa, todo el mundo dice respetar los objetivos fiscales; la pr¨¢ctica es otra cosa. Par¨ªs es el m¨¢ximo exponente de esa forma de operar. El Gobierno de Fran?ois Hollande se esforz¨® este lunes por asegurar que las medidas aprobadas no afectan al d¨¦ficit. Los 2.000 millones para crear empleo (tras la destrucci¨®n de 600.000 puestos de trabajo durante la legislatura) son apenas el 0,09% de su PIB y se gastar¨¢n hasta final de mandato, distribuidos en dos ejercicios. Par¨ªs, que deber¨ªa aprobar un ajuste de medio punto de PIB y teme los recelos de Bruselas, argumenta que financiar¨¢ ese paquete con reducci¨®n de gasto en otros cap¨ªtulos.
Despu¨¦s de tres a?os tratando de convencer a su propio partido de que Francia debe abrazar las pol¨ªticas de oferta para ser competitiva, Hollande vuelve a las pol¨ªticas tradicionales de la izquierda a 15 meses de las elecciones, y con escasa potencia de fuego para no volver a incumplir con Europa. Su tasa de paro supera el 10%, cifra que duplica la alemana; los analistas, adem¨¢s, creen que las medidas acordadas son m¨¢s una forma de darle brillo a la estad¨ªstica ¡ªformaci¨®n para desempleados que les saca moment¨¢neamente de las cifras de paro¡ª que un verdadero est¨ªmulo.
La izquierda europea est¨¢ atrapada en la camisa de fuerza de las reglas fiscales, a¨²n a sabiendas de que al menos una parte de la Comisi¨®n es partidaria de usar la flexibilidad y mirar hacia otro lado ¡ªaprovechando la debilidad en casa de Merkel¡ª para evitar un castigo excesivo en pa¨ªses que llevan a?os arrastrando los pies. Hollande ha sido incapaz de liderar a la socialdemocracia continental para percutir por ese flanco, pero al menos puede agarrarse a la crisis de seguridad para gastar algo m¨¢s en defensa. El italiano Matteo Renzi s¨ª lo ha intentado: se ha enfrentado a Berl¨ªn y Bruselas, pero a la postre con una bater¨ªa de medidas con un claro sesgo electoralista, como la rebaja del impuesto a la vivienda. El resto hace lo que puede: Espa?a aprob¨® una rebaja fiscal justo antes de las elecciones, y el bloque de izquierdas portugu¨¦s intenta cuadrar un presupuesto con alg¨²n matiz social sin desviarse demasiado de las sacrosantas metas de d¨¦ficit, para evitar un rev¨¦s en Bruselas.
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