El zika se ensa?a con las embarazadas de Brasil
Todo empieza con la picadura de un mosquito. El miedo y la incertidumbre llegan con cada ecograf¨ªa. La microcefalia, una grave enfermedad cerebral, afecta ya a 3.893 beb¨¦s
El calor del verano de Salvador de Bah¨ªa hace a¨²n m¨¢s insoportable para las mujeres embarazadas la espera en la sala abarrotada de la maternidad Clim¨¦rio de Oliveira. Aquejadas por el virus zika, aguardan los resultados de las pruebas del crecimiento de la cabeza de sus beb¨¦s. Ecograf¨ªa tras ecograf¨ªa. En cualquier momento, los cent¨ªmetros pueden parar de aumentar en la proporci¨®n deseada: eso significar¨¢ que el cerebro ha sufrido una inflamaci¨®n. En ese caso, el diagn¨®stico ser¨¢ el de microcefalia, una malformaci¨®n cerebral que entr¨® en el vocabulario del miedo de los brasile?os en octubre del a?o pasado y que ya ha afectado a 3.893 beb¨¦s en el pa¨ªs, 3.402 de ellos en esta regi¨®n.
Acomodada en una de las sillas, Ana (nombre ficticio) balancea los pies de forma obsesiva, hacia arriba y hacia abajo. Explica que tuvo zika a los cinco meses de embarazo, pero que el beb¨¦ se desarrollaba seg¨²n lo previsto. Hasta ahora, pocos d¨ªas antes del parto. ¡°La ecograf¨ªa ha mostrado que la cabeza ha dejado de crecer. Tenemos que hacer m¨¢s pruebas¡±.
En otro rinc¨®n de la sala, la cajera de supermercado Manoela Cardoso de Freitas, de 28 a?os, embarazada de cinco meses de su primer hijo, guarda en el regazo los papeles de las pruebas m¨¢s recientes. Contrajo el virus zika en octubre. Entonces acudi¨® a un hospital p¨²blico con dolores en las articulaciones y en la cabeza, fiebre, diarrea y manchas rojas en la piel que le picaban mucho. La lista de los s¨ªntomas, que ya persist¨ªan desde hac¨ªa dos semanas, llam¨® la atenci¨®n del m¨¦dico, que desconfi¨® de las n¨¢useas y los mareos que hab¨ªan surgido algunas semanas antes. Freitas se hizo un an¨¢lisis de sangre y descubri¨® all¨ª, en la sala de emergencias, que iba a ser madre. El Ministerio de Sanidad de Brasil comenzaba a confirmar por entonces los rumores de que el virus que asolaba Bah¨ªa desde comienzos de 2015 podr¨ªa ser responsable del aumento de los casos de microcefalia. ¡°Claro que me preocup¨¦. A¨²n no s¨¦ qu¨¦ va a pasar, pero conf¨ªo en Dios¡±, dijo, poco antes de entrar en la sala del m¨¦dico. Sali¨® poco despu¨¦s, desanimada y sin saber nada seguro todav¨ªa: ¡°A¨²n tendr¨¦ que hacerme m¨¢s pruebas¡±.
La ni?a Bruna llora continuamente, tanto que a veces parece que va a asfixiarse. El padre abandon¨® a ambas cuando se enter¨® de la enfermedad de la ni?a. Aline tuvo que dejar su trabajo para poder estar con ella 24 horas.
La primera generaci¨®n de embarazadas v¨ªctimas del zika afronta un sombr¨ªo d¨ªa a d¨ªa lleno de dudas sin respuesta. Transmitido por el mosquito Aedes aegypti, el mismo que causa el dengue y la chikungunya, el zika lleg¨® a suelo brasile?o en febrero del a?o pasado. Meses m¨¢s tarde caus¨® una epidemia en los Estados del noroeste. Ha sido en Brasil, un pa¨ªs en el que falta dinero para cuidar incluso de las enfermedades m¨¢s normales, donde ha mostrado la cara m¨¢s violenta, aunque cuando apareci¨®, se consider¨® casi inofensivo, un tipo de dengue leve. En un pa¨ªs tropical acostumbrado desde hace d¨¦cadas a hemorragias mortales causadas por enfermedades v¨ªricas, unas manchas en la piel que picaban no importaron mucho. Esto acarre¨® que no se llevaran estad¨ªsticas oficiales sobre la extensi¨®n de la enfermedad. En la actualidad s¨®lo hay un c¨¢lculo de personas afectadas por el virus con un amplio rango: entre 497.593 y 1.482.701. La falta de datos tambi¨¦n impide que se sepa con certeza cu¨¢l es la proporci¨®n de embarazadas con zika que tuvieron fetos con microcefalia. Tampoco se sabe a¨²n c¨®mo act¨²a el virus en el cerebro de esos beb¨¦s.
De cualquier modo, la mayor preocupaci¨®n de esas mujeres no es cient¨ªfica. Lo que quieren saber es qu¨¦ pasar¨¢ con sus hijos despu¨¦s de que nazcan. Pero eso tampoco se sabe. Por eso ellas viven una especie de loter¨ªa siniestra. En funci¨®n de la zona del cerebro atacada por el virus, sus hijos tendr¨¢n dificultades de visi¨®n o de habla, o retraso en el desarrollo de habilidades motoras o intelectuales. ¡°Tenemos un porcentaje significativo de casos de par¨¢lisis cerebral¡±, explica Janeusa Primo, coordinadora del Ambulatorio de Neuropediatr¨ªa de las Obras Sociales Hermana Dulce (OSID, por sus siglas en portugu¨¦s), una de las principales instituciones filantr¨®picas de Salvador.
Envuelto en una manta azul en los brazos de su madre, Daniel, de un mes y medio, llega al Centro Especializado en Rehabilitaci¨®n de esta entidad para las sesiones de fisioterapia que ya forman parte de su rutina. Su rostro es igual al de cualquier beb¨¦, pero la cabeza es 4,5 cent¨ªmetros m¨¢s peque?a en su parte superior. Como todos los que padecen microcefalia, Daniel acostumbra a llevar los brazos y las piernas estirados todo el tiempo. Las manos continuamente cerradas. Su cerebro, explican los m¨¦dicos, les env¨ªa m¨¢s se?ales para contraer las extremidades de lo normal. Desde que naci¨®, present¨® dificultades inusuales para su edad: tard¨® dos semanas en conseguir mamar en el pecho y no logra girarse mucho hacia el lado izquierdo.
Tragedia social
En la sesi¨®n de hoy casi no ha llorado. Por el contrario, incluso sonr¨ªe, se?al de que le agrada el contacto humano. Esto ha sorprendido a sus padres. ¡°Siempre llora mucho. Llora y grita de puro nervioso¡±, cuenta Valdinei Santos, de 33 a?os, el padre. La familia vive de la ayuda de los abuelos de Daniel y solicitar¨¢ el beneficio del salario m¨ªnimo, 880 reales (211 d¨®lares), que el Gobierno federal paga a las personas con discapacidad. Pero pasar¨¢n varios meses hasta que empiecen a recibirlo.
Compa?era de fisioterapia de Daniel, Bruna, de seis meses, naci¨® con un per¨ªmetro cef¨¢lico de exactamente 32 cent¨ªmetros, al l¨ªmite de la normalidad. ¡°Despu¨¦s del parto, el m¨¦dico dijo que era una enfermedad leve. Entonces me habl¨® de la microcefalia¡±, afirma la especialista en manicura Aline Falc?o, de 22 a?os. Aline no present¨® ning¨²n s¨ªntoma de zika, pero comenz¨® a sospechar porque cuando estaba en el octavo mes de gestaci¨®n su madre tuvo la enfermedad.
La ni?a Bruna a¨²n no consigue sentarse y llora continuamente, tanto que a veces parece que va a asfixiarse. El padre abandon¨® a ambas cuando se enter¨® de la enfermedad de la ni?a. Aline tuvo que dejar su trabajo para poder estar con ella 24 horas. Su vida se ha convertido desde entonces en un ir y venir de m¨¦dico en m¨¦dico, de autob¨²s en autob¨²s, llevando en brazos a una ni?a que siempre tiene los brazos r¨ªgidos y las manos cerradas.
Nuevos casos en Nueva York y Reino Unido
El departamento de salud de Nueva York inform¨® de tres casos de zika detectados en el estado. Se trata de tres pacientes que hab¨ªan viajado fuera de Estados Unidos, a pa¨ªses de riesgo, y hab¨ªan dado positivo a su regreso, pero uno de ellos ya se encuentra "plenamente recuperado" y los otros se encuentran en proceso "sin complicaciones".
¡°No hay riesgo de contraer el virus zika en Nueva York en este momento, ya que este no puede propagarse por un contacto casual con una persona infectada y los mosquitos no son activos en los meses de invierno¡±, ha tranquilizado Howard Zucker, responsable de salud de Nueva York.
Las autoridades han prohibido viajar a ujeres embarazas a 22 destinos de Am¨¦irca Latina y el Caribe por los riesgos que suponen para el feto, ya que el virus se liga al nacimiento de beb¨¦s con microcefalia. Tambi¨¦n Reino Unido confirm¨® este s¨¢bado tres brit¨¢nicos han regresado de viajes a Centroam¨¦rica y Sudam¨¦rica, en concreto, a trav¨¦s de picadura de mosquitos en Colombia, Surinam y Guayana.
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