¡°Hay que buscar la forma de juzgar los delitos de Siria¡±
La jueza explica que el pa¨ªs ¨¢rabe no forma parte de la Corte Penal y que esta no tiene jurisdicci¨®n all¨ª
Lo primero que hizo Silvia Fern¨¢ndez de Gurmendi, nueva presidenta de la Corte Penal Internacional (CPI), al tomar posesi¨®n de su cargo fue llamar a la representante especial de Naciones Unidas sobre la violencia sexual. Quer¨ªa que sensibilizara a todos los jueces acerca de unas agresiones que han dejado de considerarse una calamidad inevitable de las guerras. Gracias al Estatuto de Roma (1998), texto fundacional de la CPI, la violaci¨®n en un conflicto armado est¨¢ reconocida de manera especial y puede calificarse de genocidio. O bien de crimen de guerra y contra la humanidad. Pero si la regla est¨¢ lista y aceptada, ?por qu¨¦ sigue sin llegar a su mesa la situaci¨®n de Siria, donde las violaciones de derechos humanos se publicitan a diario por sus presuntos autores?
Desde el punto de vista jur¨ªdico, la respuesta es simple: ¡°Porque Siria no forma parte de la Corte y carecemos de jurisdicci¨®n. Nuestro mandato es global, aunque todav¨ªa sin participaci¨®n universal. Estos cr¨ªmenes no deben quedar impunes, pero nosotros no podemos actuar en cualquier sitio. Solo dentro de nuestros l¨ªmites normativos¡±, dice la jurista, que pas¨® antes por la fiscal¨ªa y ha sido jueza de primera instancia en la instituci¨®n. Ampliar su mandato depende de la voluntad pol¨ªtica de los Estados y es su mayor reto. ¡°La Corte es independiente, pero necesitamos a la comunidad internacional para investigar, perseguir, detener y juzgar; para funcionar¡±.
Conocida por la seriedad con que trabaja y la buena relaci¨®n con sus colegas, Fern¨¢ndez de Gurmendi, argentina de 61 a?os, aplica grandes dosis de realismo a su empe?o de ¡°mantener abiertos los canales de di¨¢logo para que los distintos actores internacionales nos apoyen¡±. A pesar de que 123 Estados han ratificado ya el Estatuto, la tarea de convencer a las grandes potencias sigue sin fructificar. Un rechazo del que participan Estados Unidos, China, Rusia, India o Israel, y que merma la capacidad de maniobra de la Corte. ¡°De momento, no hay indicios de que vayan a sumarse, aunque nos dan apoyo. Pero piense que el mundo en el que se cre¨® nuestro tribunal, en los a?os noventa, era distinto. Est¨¢bamos entonces en el apogeo de las teor¨ªas idealistas, del optimismo de lo que se pod¨ªa obtener de las instituciones de la justicia internacional. Hab¨ªa expectativas, yo dir¨ªa que desmesuradas, de lo que podr¨ªa hacer la CPI. Hoy el optimismo se ha moderado y hay un reconocimiento generalizado de que la justicia es un componente importante de las relaciones internacionales. Y la Corte es complementaria. Por tanto, no puede decirse que o aqu¨ª, o nada. Hay que buscar la forma de juzgar delitos como los de Siria¡±.
La complementariedad significa que es un tribunal de ¨²ltima instancia y solo interviene si lo pide el Estado miembro. O bien cuando ¨¦ste no quiere o no puede hacerlo. Tambi¨¦n se pone en marcha si los cr¨ªmenes son perpetrados por nacionales de un Estado parte. Y cuando el caso es remitido por el Consejo de Seguridad de la ONU. Esto ¨²ltimo ocurri¨® con el genocidio de Darfur y con Libia. ¡°Pero si el Consejo no act¨²a, o la resoluci¨®n es vetada por alguno de sus miembros permanentes (Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Reino Unido), la que debe impulsar a los actores pol¨ªticos a actuar es, de nuevo, la comunidad internacional en su sentido m¨¢s amplio. Incluida la sociedad civil y las ONG¡±. Solo as¨ª llegar¨¢n casos que puedan involucrar a pa¨ªses poderosos ante los jueces.
?frica, el continente m¨¢s representado en las investigaciones de la Fiscal¨ªa (las nueve en marcha) es otra de las percepciones poco claras de la labor de la Corte explicada por la presidenta. ¡°Comenzamos all¨ª nuestra actividad a partir de 2002 (fecha de apertura oficial) a pedido de los propios pa¨ªses concernidos. Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo, Uganda, Rep¨²blica Central Africana, con dos casos, y Mal¨ª nos llamaron. Las situaciones de Darfur y Libia llegaron a trav¨¦s de la ONU.Y nosotros abrimos las indagaciones en Kenia y Costa de Marfil. La fiscal¨ªa tambi¨¦n examina de forma preliminar situaciones en otros lugares (Afganist¨¢n, Colombia, Georgia, Irak, Ucrania, Palestina, Nigeria y Guinea). As¨ª que la sensaci¨®n de que solo nos inclinamos hacia un lado cambiar¨¢ con el tiempo¡±. Y tiempo es lo que ella pide, ¡°porque 14 a?os es poco para una instituci¨®n como esta¡±. A medio plazo, est¨¢ convencida, podr¨¢ evaluarse mejor el trabajo de la CPI.
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