Los nuevos Clinton nacieron en Chappaqua
Esta rica zona de Nueva York acogi¨® al matrimonio tras la Casa Blanca y sirvi¨® de base para la carrera pol¨ªtica de Hillary. Encarna la transformaci¨®n de la pareja.
Las casas de madera pintadas de colores crema, con jardines impecables, se suceden hasta llegar a una calle principal, llena de comercios familiares, por la que los coches circulan parsimoniosos. Parecer¨ªa ese barrio pseudoid¨ªlico de El Show de Truman, pero aqu¨ª hay mucho m¨¢s dinero. Chappaqua, en el norte de Nueva York, es el lugar que Bill y Hillary Clinton escogieron para reinventarse al dejar la Casa Blanca en 2001: ¨¦l, volcado en la fundaci¨®n, se deja ver mucho por la calle, habla con todo el mundo y se fotograf¨ªa con quien se lo pide. Ella se prodiga menos por el lugar desde el que impuls¨® su carrera pol¨ªtica. Ahora aguarda a ver si se muda de nuevo a Washington.
Jonathan Kruk trabaja con su ordenador en el ¨²nico Starbucks que hay en Chappaqua, del que Bill es un asiduo consumidor de descafeinado. Kruk, de 60 a?os, es contador de cuentos para ni?os y recoge firmas para inscribir como candidatos tanto a Hillary Clinton como a su rival dem¨®crata Bernie Sanders en las primarias. ¡°Chappaqua significa un santuario para ellos, aqu¨ª se encuentran entre gente de su categor¨ªa, es un sitio peque?o pero muy rico¡±, apunta. A su juicio, ¡°ella es una realista, una l¨ªder, yo soy m¨¢s de Bernie Sanders pol¨ªticamente, ¨¦l es un estupendo idealista, pero Hillary tiene m¨¢s posibilidades de hacer las cosas¡±.
Resume el sentir que confiesan muchos dem¨®cratas estos d¨ªas, pero a los m¨¢s progresistas tampoco les gusta de Clinton su clara identificaci¨®n con el establishment, el enriquecimiento del matrimonio y el hecho ¡ªmuy recordado en esta campa?a¡ª de que han llegado a cobrar 200.000 d¨®lares por una charla en Goldman Sachs.
Chappaqua representa en buena parte esta transformaci¨®n de la pareja. Los Clinton se mudaron a Nueva York para que Hillary, nacida en Chicago y muy ligada a Arkansas, tuviera una base desde la que convertirse en senadora por este Estado. Optaron por este n¨²cleo urbano de nombre nativo que forma junto a Millwood el municipio de New Castle, en el Estado de Westchester.
"Bill es como una estrella, es muy simp¨¢tico, llega con los guardias de seguridad pero siempre aguardan a que la gente se haga fotos con ¨¦l, yo me la hice el martes pasado", cuenta Carina Sierra, una trabajadora de la zona, en un relato muy similar al que repetir¨¢n otros vecinos.
La casa que compraron en 1999 cost¨® ya entonces 1,7 millones de d¨®lares. No era tan extraordinario en la zona. Los ingresos medianos de los hogares de Chappaqua superan los 101.000 d¨®lares anuales, el doble que la media nacional, seg¨²n el ¨²ltimo censo disponible, de 2014, y el porcentaje de personas en riesgo de pobreza queda en el 3,7% del total (supera el 15% en el conjunto de EE UU).
Los coches de gama alta abarrotan el aparcamiento de la estaci¨®n de tren a la que llegan los trenes procedentes de Manhattan, en unos 50 minutos de tiempo. ¡°Mucha gente se muda aqu¨ª desde la ciudad porque la comunidad es muy buena y las escuelas afamadas, est¨¢n en puestos muy altos en los ranking¡±, explica Anneke Leffel, comercial de la oficina de Sotheby¡¯s, una de las al menos tres inmobiliarias selectas que hay en el pueblo.
El precio medio de las viviendas que manejan en esa firma se sit¨²a en los 925.000 d¨®lares, aunque Leffel ha llegado a vender una de 3,5 millones de d¨®lares.
La de los Clinton se halla al final de una estrecha carrertera sin salida y se la distingue con facilidad porque es la ¨²nica que tiene vallada la entrada. Los inmuebles vecinos, igual o m¨¢s imponentes, no protegen sus jardines ni con una discreta valla de madera. No parece una zona precisamente peligrosa: los todoterrenos negros dan idea de que los servicios secretos andan cerca.
El servidor del mail privado
All¨ª se encontraba el tan tra¨ªdo y llevado servidor de correo electr¨®nico que la precandidata presidencial utilizaba incluso en su etapa como secretaria de Estado para asuntos de trabajo ¡ªel ya popular hdr22@clintonmail.com¡ª, lo que puso en riesgo informaci¨®n delicada y le ha supuesto una buena tormenta de pol¨ªtica.
Los vecinos contemplan la posibilidad de que Clinton se convierta en la nueva presidenta estadounidense con escasa emoci¨®n: no creen que les vaya a afectar en gran cosa ni despierta una fen¨®meno fan. Barbara Wagner, la voluntaria que atiende la casa museo de Horace Greeley, afirma que votar¨¢ a la dem¨®crata, tras apoyar a Obama en las ¨²ltimas dos legislaturas. ¡°Este comunidad es muy liberal y los republicanos son bastante moderados¡±, sostiene.
Greeley fue curiosamente editor del New York Tribune, candidato a la presidencia de os EEUU en el siglo de XIX y fundador del Partido Republicano Liberal.
Muchos otros vecinos, que prefieren no dar nombres y apellidos, muestran una decidida preferencia por Donald Trump, algunos republicanos y otros que votaron a Obama en el pasado. ¡°?l es un hombre de negocios, dice las cosas como son¡±, dice un parroquiano en una cafeter¨ªa del pueblo que frecuenta Bill. Un letrero con el nombre de Trump es el ¨²nico cartel pol¨ªtico con que se topa uno a simple vista en el pueblo, pero no lleva lemas pol¨¦micos. Chappaqua, el pueblo donde nacieron los nuevos Clinton, no es dado al drama.
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