Trump desaf¨ªa los poderes f¨¢cticos de la derecha de Estados Unidos

Donald Trump ha abierto un boquete en la derecha estadounidense. El magnate y showman neoyorquino hace pedazos cada d¨ªa los dogmas del conservadurismo. La escalada dial¨¦ctica con Fox News y la decisi¨®n de boicotear el debate que la cadena de televisi¨®n organiza este jueves en Des Moines (Iowa), son el ejemplo m¨¢s reciente, pero no el ¨²nico. Para cualquier candidato republicano era tab¨² enfrentarse a Fox News, m¨¢ximo ¨®rgano de la derecha medi¨¢tica.

Contar chistes con tufo antisemita ante miembros del lobby proisrael¨ª, proferir vulgaridades contra las mujeres, burlarse de discapacitados f¨ªsicos... La lista de salidas de tono es larga, y siempre sale indemne. Trump hace a?icos el manual del buen republicano (y del buen pol¨ªtico). El martes, cuando declar¨® la guerra a Fox News en una rueda de prensa en Marshalltown, un municipio de 28.000 habitantes en Iowa, el republicano Trump dijo estar de acuerdo con la normalizaci¨®n de las relaciones con Cuba: otra desviaci¨®n de la ortodoxia derechista.

Trump es un h¨ªbrido ideol¨®gico. Se viste de ultraconservador cuando pide la expulsi¨®n de los inmigrantes sin papeles o el cierre de fronteras a los musulmanes. Pero es progresista cuando defiende las pensiones p¨²blicas, la sanidad gratuita para los mayores de 65 a?os y subidas de impuestos a los ricos. Trump escribe su propio manual.

El martes, fuera del pabell¨®n de Marshalltown donde Trump se dispon¨ªa a hablar, un hombre vend¨ªa productos de merchandising. Quienes hac¨ªan cola ¡ªcielo gris, viento helado, tres grados bajo cero¡ª miraban con recelo los carteles que expon¨ªa. Le preguntaban si eran un chiste o una provocaci¨®n. El hombre respond¨ªa: ¡°Es un secreto¡±. Uno de los carteles era un dibujo de Trump manejando una marioneta del propio Trump. ?Trump una marioneta de s¨ª mismo? ?Lo son sus seguidores, que le han encumbrado a lo alto de los sondeos para la nominaci¨®n republicana a la Casa Blanca? ?Los periodistas, que amplifican el eco de sus astracanadas? ?Es un genio? ?Un buf¨®n? ?O ambas cosas? ¡°Me he encontrado a muchos dem¨®cratas viendo a Trump¡±, dice despu¨¦s del mitin el sheriff local, Ted Kamatchus. ¡°Les he preguntado: ?qu¨¦ hac¨¦is aqu¨ª? Y me han respondido: ¡®?l est¨¢ a favor de m¨ª¡±.

Evento paralelo

A menos que por sorpresa Fox News y Trump alcancen un acuerdo, los republicanos debatir¨¢n por primera vez sin el candidato favorito en los sondeos. Es el ¨²ltimo debate antes de los caucus de Iowa. Estas asambleas abren el lunes cinco meses de caucus y primarias para elegir a los nominados dem¨®crata y republicano a las presidenciales de noviembre. El m¨¢ximo rival de Trump es el senador por Texas Ted Cruz, en sinton¨ªa con los fundamentalistas cristianos, un electorado clave en los caucus republicanos.

El debate, sin el protagonista absoluto de esta campa?a, ya es otra cosa. Trump quiere organizar un evento paralelo para recaudar fondos para heridos de guerra. Dice que prefiere que el dinero vaya a los excombatientes que a Fox News, a la que acusa de lucrarse gracias a su presencia en los debates. Con Fox News mantiene un contencioso por las preguntas de su periodista estrella, Megyn Kelly. Le parecen sesgadas. Trump ped¨ªa que Kelly no moderase el debate de Des Moines. Fox News se neg¨®. Y en un comunicado brome¨® con la capacidad de Trump para negociar, si es presidente, con los l¨ªderes de Rusia e Ir¨¢n cuando es incapaz de afrontar las preguntas de Kelly.

Es el choque del viejo poder f¨¢ctico republicano ¡ªla cadena a la que ning¨²n republicano con dos dedos de frente se atrev¨ªa a desairar, el principal ariete contra el presidente dem¨®crata, Barack Obama¡ª y el hombre que ha desquiciado al establishment republicano: un nuevo poder f¨¢ctico. Hoy, para muchos partidarios de Trump, Fox News es tan establishment como Obama.

La revista National Review, ¨®rgano hist¨®rico del conservadurismo tradicionalista, publica en su ¨²ltimo n¨²mero un manifiesto anti-Trump. En las radios de Iowa se oyen mensajes cuestionando las credenciales conservadoras de Trump: un antiguo amigo de los Clinton, favorable en el pasado al derecho al aborto, partidario de la sanidad p¨²blica. Al mismo tiempo, la constataci¨®n de que, pese a los vaticinios, la burbuja Trump no pincha, lleva a algunos republicanos a hacerse a la idea: quiz¨¢ sea el nominado y haya que amoldarse a ¨¦l.