Los cat¨®licos intentan evitar una ley de uniones gays en Italia
Una gran manifestaci¨®n en Roma a favor de la familia tradicional presiona al Gobierno de Matteo Renzi
Hay dos Italias en la calle. Una, que se manifest¨® la semana pasada en 80 ciudades del pa¨ªs, no comulga con el matrimonio tradicional y pide una ley que permita la uni¨®n civil y la adopci¨®n a las parejas del mismo sexo. La otra, que se congreg¨® este domingo Roma con el respaldo siempre poderoso de la Iglesia cat¨®lica, sigue considerando que casamiento y mortaja del cielo bajan y pide con vehemencia a los pol¨ªticos que se opongan a la iniciativa del Gobierno de Matteo Renzi de aprobar una ley que, aunque tarde, pretende homologar Italia al resto de Europa en materia de derechos civiles.
Aunque el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo conden¨® el pasado mes de julio a Italia por no reconocer la uni¨®n legal de las parejas del mismo sexo, la aprobaci¨®n del proyecto redactado por la senadora del Partido Democr¨¢tico (PD) Monica Cirinn¨¤ ya ha sido aplazada en dos ocasiones y amenaza con romper el Gobierno de coalici¨®n e incluso la formaci¨®n del centroizquierda a causa de la oposici¨®n de los parlamentarios cat¨®licos. Hasta el momento, Renzi ha optado por lavarse las manos dejando libertad de conciencia a sus ministros y senadores, pero da la impresi¨®n de que, sin su participaci¨®n directa, el proyecto de ley ¨Cuna de sus promesas para el a?o en curso¡ª tiene todas las papeletas para naufragar o ser mutilado en uno de sus puntos m¨¢s pol¨¦micos en Italia: la adopci¨®n del hijo del c¨®nyuge, por cuanto los sectores m¨¢s cr¨ªticos sostienen que es una v¨ªa que podr¨ªa permitir la gestaci¨®n subrogada.
Desde un escenario instalado en el Circo M¨¢ximo, Massimo Gandolfini, un neurocirujano conocido por sus ataques a los homosexuales y organizador del D¨ªa de la Familia, ya advirti¨® de que la oposici¨®n al proyecto de ley ser¨¢ frontal. ¡°No se trata de quitar una palabrita de aqu¨ª o de all¨ª para maquillarlo¡±, dijo, ¡°porque no es v¨¢lido de la primera a la ¨²ltima letra. Tenemos que hacer una oposici¨®n radical, porque las leyes pueden cambiar la cultura de un pueblo y tenemos que estar atentos a las leyes destructivas¡±. Gandolfini presumi¨® de contar con el apoyo de la Confederaci¨®n Episcopal Italiana (CEI) y de destacados miembros del Gobierno, entre ellos del ministro del Interior, Angelino Alfano, y del de Medio Ambiente, Gianluca Galletti, que incluso asisti¨® a la concentraci¨®n de Roma en un claro desaf¨ªo a Renzi, quien necesita del apoyo de los partidos de centro para poder seguir al frente del Gobierno.
A pesar de la condena del Tribunal de Derechos Humanos, de la promesa de Renzi, del apoyo multitudinario en 80 ciudades de Italia y del trabajo incansable de la senadora Cirinn¨¤, el proyecto de ley ya est¨¢ sufriendo una vieja t¨¢ctica parlamentaria consistente en la lluvia de alegaciones, casi nunca destinadas a mejorar el texto, sino a torpedearlo hasta hacerlo inviable o retrasarlo hasta el infinito. De hecho, la Liga Norte --el partido xen¨®fobo que suele enfrentarse con la Iglesia por la atenci¨®n a los inmigrantes-- camina ahora junto a los obispos y ya ha presentado m¨¢s de 6.000 enmiendas.
El proyecto del PD evita cualquier cercan¨ªa con la palabra matrimonio. Pero ni por esas. En materia de derechos civiles, Italia sigue anclada en el pasado.
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