La pel¨ªcula que merece Pujol
A la espera de la gran pel¨ªcula catalana que probablemente nunca llegar¨¢, nada mejor que deleitarse con una pel¨ªcula estadounidense que trata sobre la impunidad, las complicidades sociales y judiciales y naturalmente los silencios de la prensa ante un esc¨¢ndalo de mucha mayor envergadura como fue el encubrimiento sistem¨¢tico de los curas pederastas por parte de una buena parte de la estructura jer¨¢rquica de la Iglesia Cat¨®lica.
Hay diferencias abismales, naturalmente. Nada tiene que ver un caso de corrupci¨®n pol¨ªtica que afecta al partido que ha gobernado en Catalu?a durante 28 de los 36 a?os de su autonom¨ªa, y que sigue gobernando actualmente, con la tolerancia y encubrimiento eclesial desde tiempo indeterminado de la perversa e hip¨®crita costumbre de un n¨²mero muy elevado de sus cl¨¦rigos, sometidos de una parte al celibato pero de la otra habituados a abusar de su autoridad espiritual para someter a j¨®venes de ambos sexos a sus caprichos er¨®ticos.
Tampoco hay punto de comparaci¨®n en cuanto al tama?o del esc¨¢ndalo ni a su resoluci¨®n. La pr¨¢ctica de cobrar comisiones ilegales, el famoso tres por ciento en provecho de Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de Catalunya, organizada por una red familiar y pol¨ªtica alrededor del extenso clan del presidente de la Generalitat Jordi Pujol, se circunscribe a un ¨¢mbito y a un tiempo distintos y se halla todav¨ªa en fase de comprobaci¨®n y probaci¨®n ante los tribunales, a pesar de que sean ya muy abundantes y s¨®lidos los indicios e incluso definitivas algunas pruebas, la que m¨¢s la confesi¨®n del propio Pujol acerca de la existencia de cuentas en el extranjero ocultadas al fisco.
La pederastia eclesial es un fen¨®meno universal, que empez¨® a ser denunciado en Estados Unidos y m¨¢s concretamente en la di¨®cesis de Boston, donde un prestigioso peri¨®dico local consigui¨® y public¨® las pruebas de la extensi¨®n de tales pr¨¢cticas en su territorio, el encubrimiento por parte de la autoridad religiosa local y su car¨¢cter sistem¨¢tico en el conjunto de la estructura eclesial universal. A diferencia del caso Pujol, se trata de una cuesti¨®n ya zanjada, en la que dos papas sucesivos, Benedicto XVI primero y ahora Francisco, han sido decisivos a la hora de reconocer y condenar tan repugnante fen¨®meno y de hacer lo que la Iglesia hab¨ªa evitado hasta entonces, como es conducir a los delincuentes ante la justicia ordinaria.
Volvamos a la cuesti¨®n cinematogr¨¢fica. No tengo noticia de que exista alg¨²n proyecto sobre el caso Pujol, aunque Jordi Casanovas, dramaturgo muy interesado en el documental y en el teatro pol¨ªticos (Ruz-B¨¢rcenas, 2013), ha expresado su curiosidad por un tema tan agradecido para las tablas y el celuloide. Si atendemos a la pauta del mercado del libro, deberemos deducir que dif¨ªcilmente veremos una producci¨®n en los pr¨®ximos a?os. Como ya cont¨¦ en estas mismas p¨¢ginas cuando se cumpli¨® el primer aniversario de la confesi¨®n (Los silencios del pujolismo, 27 de julio de 2015), hay una inexplicable desproporci¨®n entre el n¨²mero de libros que se vienen publicando un mes detr¨¢s de otro hasta ahora mismo sobre el proc¨¦s (varios centenares en cinco a?os, y por tanto al menos uno a la semana) y los que tienen como objeto el caso Pujol, que eran cuatro en julio de 2014 y siguen siendo cuatro ahora mismo.
Vistas las abundantes diferencias, llegamos al fin a la semejanza, terrible y exacta semejanza en los silencios, tan bien explicados en el caso de la pederastia en la pel¨ªcula Spotlight, que se estren¨® el viernes en Espa?a, y tan inexplicables e inexplicados en el caso Pujol. El filme dirigido por Tom McCarthy documenta con rigor y sobriedad el trabajo realizado por el equipo de periodistas de investigaci¨®n del diario Boston Globe sobre los casos de pederastia, la complicidad del cardenal Bernard Law y el car¨¢cter sistem¨¢tico del encubrimiento eclesial de los comportamientos abusivos y violaciones. Como en el caso Pujol, tambi¨¦n en Boston todos lo sab¨ªan y a los pocos que lo denunciaban nadie les hac¨ªa caso. La lecci¨®n de periodismo que imparte McCarthy ante el gran p¨²blico nos permite saber c¨®mo se construyen los grandes silencios: olvidando las noticias alarmantes, dedicando la atenci¨®n y los recursos a otras cosas y atendiendo, sobre todo, a la presi¨®n pol¨ªtica y social para mirar hacia otro lado.
Regresemos a las diferencias: aqu¨ª todav¨ªa trabajan los tribunales, pero tambi¨¦n sigue trabajando la poderosa m¨¢quina silenciadora, m¨¢s poderosa a¨²n cuando consigue introducirse en la mente de los ciudadanos. ?El caso Pujol? Empieza a aburrir. Pasemos p¨¢gina. Nada de pel¨ªculas.
Por eso y por si acaso, yo les recomiendo que vayan a ver Spotlight y juzguen ustedes mismos.
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