La Ciudad de M¨¦xico se lava a jicarazos
La capital del pa¨ªs reduce durante cuatro d¨ªas el suministro de agua por obras en el sistema de abastecimiento
La transici¨®n de la capital mexicana hacia su etapa independiente ha quedado ilustrada con una imagen de un siglo atr¨¢s: la de sus habitantes duch¨¢ndose con agua de un cubo, arroj¨¢ndosela encima con un recipiente de pl¨¢stico. Los mexicanos llaman a esta rudimentaria t¨¦cnica ¡°ba?arse a jicarazos¡±, en alusi¨®n a las cortezas de coco o de g¨¹ira usadas desde la ¨¦poca prehisp¨¢nica como vasijas para beber l¨ªquidos o, en este caso, para asearse en sitios donde no hay sistema hidr¨¢ulico.
El fin de semana en que la Ciudad de M¨¦xico estren¨® nombre e inici¨® la cuenta regresiva para tener su primera Constituci¨®n Pol¨ªtica como Estado, el Gobierno decidi¨® realizar obras de mantenimiento al Cutzamala, el sistema de abastecimiento de agua m¨¢s importante de la zona Metropolitana del Valle de M¨¦xico -integrada por la Ciudad y una parte del Estado de M¨¦xico-. Por estas obras, 13 ?demarcaciones de la Ciudad y 13 del Estado sufren escasez desde el 29 de enero. El anuncio del recorte provoc¨® mucha tensi¨®n en los habitantes de la urbe, que temieron quedarse sin agua para sus necesidades m¨¢s elementales, por lo que d¨ªas antes almacenaron la mayor cantidad posible en sus cisternas, tinacos, botes y cubos simples: se preparaban para un fin de semana apocal¨ªptico y largo, pues coincidi¨® con un d¨ªa festivo, el lunes.
La mayor¨ªa logr¨® pasar el mal trecho sin caer en tragedia pero con t¨¦cnicas de supervivencia que los regresaron a un pasado muy lejano: la ducha ¡°a jicarazos¡±, descargar el agua del excusado pocas veces al d¨ªa, comer fuera de casa para no ensuciar sus propios trastos, acarrear cubos con agua desde los patios o la calle para usarla en casa, como los legendarios aguadores que en el siglo XIX cobraban por cargar agua desde los pozos hasta las casas.
En medio de la escasez, una tuber¨ªa revent¨® en una calle cercana al Anillo Perif¨¦rico, al sur de la ciudad, provocando una caudalosa fuga que desperdici¨® miles de litros de agua potable la ma?ana del lunes. Los trabajadores de Sacmex que acudieron a reparar el da?o explicaron que los tubos de asbesto [amianto] son muy viejos y se vencen con el tiempo, por lo que acudieron a cambiarlo a las nueve de la ma?ana, cuatro horas despu¨¦s de las primeras quejas.
Gran fuga de agua en periferico y calle leon felipe, col tlacopac!sale agua de la banqueta @072CDMX @Sacmex pic.twitter.com/RLcY473o81
— mcamilo (@MKAMACHO) February 1, 2016
En la colonia Lomas de Sotelo no hubo agua del viernes al domingo, seg¨²n Itzel Su¨¢rez. Su familia y sus vecinos hicieron reservas para el fin de semana: llenaron sus cubos en una llave ubicada en la planta baja de su edificio y subieron hasta sus departamentos, en construcciones de cuatro pisos, sin elevador. ¡°Hemos guardado agua para ba?arnos, echarle al WC y poder lavar platos. Lavar ropa, ni pensarlo¡±, sentencia Itzel.?
Aunque no todos los capitalinos han sido tan conscientes. En muchas azoteas se ve¨ªa la ropa limpia sec¨¢ndose al sol. En colonias de mayor nivel econ¨®mico como Del Valle, Roma y la tur¨ªstica ¡®Zona Rosa¡¯, las reservas de algunas cisternas se terminaron y los vecinos se vieron obligados a realizar ese tortuoso ritual de la ducha sin regadera: calentar el agua en la estufa o con resistencias, cargarla hasta el ba?o, mojarse- enjabonarse-enjuagarse sin el confort de litros de agua cayendo sobre el cuerpo entre una nube de vapor. Como Carlos, quien vive en el coraz¨®n de la Condesa pero no tiene cisterna o los 56 alumnos de una escuela en la Roma, que acarrearon cubos con agua para poder usar el ba?o. ¡°Todos los alumnos se portaron a la altura, cuidaron hasta la ¨²ltima gota y mantuvieron el ba?o limpio¡±, asegura Blanca, due?a de la escuela.
El Gobierno asegur¨® que para paliar la escasez, repartir¨ªa agua con 530 pipas [camiones cisterna] de manera gratuita, pero algunos operadores aprovecharon la crisis para lucrar con este servicio. En la c¨¦ntrica colonia San Rafael, un grupo de vecinos recaudaba fondos para pagar 2.500 pesos (unos 135 d¨®lares) por una pipa. Una de ellas, Cynthia, se neg¨® y advirti¨® al operador que lo denunciar¨ªa por vender un agua que no tiene costo. ¡°Al final nos dijo que ¡®con lo que quisi¨¦ramos cooperar¡¯, mis vecinos le dieron como 300 pesos de ¡®propina¡¯ y nos llen¨® la cisterna¡±, relata Cynthia.
Iztapalapa: la eterna escasez
A la delegaci¨®n Iztapalapa no le asustan los cortes al suministro: est¨¢n habituados a la falta de agua. Un ancestral problema de abastecimiento les ha ense?ado a racionar el l¨ªquido, pues de las llaves s¨®lo sale agua por las ma?anas y pocos d¨ªas de la semana. Pero era inevitable que este hist¨®rico corte a casi toda la Ciudad les afectara tambi¨¦n. ?scar posee una tortiller¨ªa en la colonia Santa Cruz Meyehualco y ha tenido que comprar garrafones de agua en una planta purificadora cercana: para hidratar la masa, para lavar las m¨¢quinas, para beber y para el ba?o. Junto a la tortiller¨ªa hay unos servicios p¨²blicos. La joven que atiende dice que all¨ª no tienen agua, as¨ª que la traen desde la cisterna de su abuelo, a tres cuadras de ah¨ª, en garrafones de 20 litros; pero ?la reserva del abuelo tambi¨¦n se acaba, as¨ª que ahora deben esperar a que el servicio se restablezca o pagar por una pipa.
Cruzando el Z¨®calo de Santa Cruz hay otro negocio: afuera de una casa un puesto de quesadillas, dentro otros ba?os p¨²blicos. El propietario confiesa que le ha pagado 500 pesos a una pipa para que le llenara su cisterna de poco m¨¢s de 10.000 litros. M¨¢s adelante, en Buenavista, los colonos llevan cuatro meses sin una gota, asegura Ang¨¦lica Hern¨¢ndez, del Comit¨¦ Ciudadano de esa zona. Sobreviven con pipas, algunas del Gobierno delegacional, otras pagadas. Incluso las escuelas han suspendido las clases en esa zona hasta por tres d¨ªas, debido a la falta de agua.
Este lunes concluyeron los trabajos de mantenimiento pero el acueducto se llenar¨¢ lentamente, inform¨® Ram¨®n Aguirre, director del Sacmex. Entre jueves y viernes los 4,5 millones de capitalinos afectados volver¨¢n a tener servicio regular, excepto los habitantes de Iztapalapa, que deber¨¢n esperar hasta el s¨¢bado. O hasta que el sistema hidr¨¢ulico de la Ciudad de M¨¦xico tenga la capacidad para abastecer a la urbe completa, incluyendo esa delegaci¨®n: la m¨¢s grande, la m¨¢s poblada y -varias veces en el pasado- la m¨¢s peligrosa de la capital.
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