El manglar Tajamar, una victoria ecologista a la devastaci¨®n
Un juez de Canc¨²n pone fin a la construcci¨®n de un macroproyecto hotelero en uno de los humedales de Canc¨²n
Una orden judicial suspende definitivamente las obras en el manglar Tajamar de Canc¨²n. Despu¨¦s de meses de lucha, los vecinos y ecologistas, conformados en un movimiento ciudadano de protesta han conseguido vencer a un macroproyecto hotelero
Los ecologistas de Canc¨²n ten¨ªan la sensaci¨®n de ser los menos efectivos del planeta. La costa del caribe mexicano, tan codiciada para macroproyectos hoteleros con vistas al para¨ªso, ha sido suplantada desde hace d¨¦cadas por urbanizaciones exclusivas, centros comerciales y parques acu¨¢ticos. Ya pod¨ªan encadenarse a todas las palmeras que quedaban vivas, porque eso iba a suceder, seg¨²n cuentan los vecinos. Pero ha sido con un pedazo de 60 hect¨¢reas de humedal, de agua gris¨¢cea y no azul celeste, donde han juntado el valor para conseguir una victoria. El manglar Tajamar, o lo que queda de ¨¦l, seguir¨¢ ah¨ª. Una orden judicial les ha dado la raz¨®n despu¨¦s de meses de lucha. Esta ha sido su historia.
Las obras en el manglar Tajamar de Canc¨²n se suspendieron definitivamente https://t.co/RXeliszRr1 As¨ª ha cambiado pic.twitter.com/RXvHhuTRFG
— EL PA?S Am¨¦rica (@elpais_america) February 5, 2016
Hasta 1994 el manglar Tajamar no corr¨ªa peligro. Formaba parte del Sistema Lagunar Nichupt¨¦ y todas sus zonas aleda?as estaban igual de protegidas por las leyes mexicanas que la laguna que lleva su nombre. Pero a finales de ese a?o, el gobierno estatal determin¨® que era demasiado, Tajamar deb¨ªa ser separado para aplicar en esa zona lo que se conoce como "pol¨ªtica de aprovechamiento". Desde entonces, el humedal ha tenido que sobrevivir a las diferentes inmersiones urban¨ªsticas.
La agencia estatal Fonatur (Fondo Nacional de Fomento al Turismo) comenz¨® a vender esos terrenos en 2005. La Secretar¨ªa de Medio Ambiente hab¨ªa concedido unos permisos y la venta era legal. El problema es que ese contrato ten¨ªa condiciones, como la reubicaci¨®n de la fauna existente, para lo que alegaron que ah¨ª no hab¨ªa animales en el momento de la construcci¨®n en enero de este a?o. Los vecinos y ecologistas, agrupados en el movimiento Salvemos Manglar Tajamar, se movilizaron para mostrar con im¨¢genes que ah¨ª se hab¨ªa cometido lo que ellos llaman ecocidio y que hab¨ªan "asesinado a sangre fr¨ªa a animales en peligro de extinci¨®n", como cocodrilos moreletti.
En 2006 comenz¨® la fragmentaci¨®n del manglar. Se construyeron carreteras para acceder en coche a la laguna y el espacio qued¨® dividido en una decena de porciones, donde se construir¨ªa un ambicioso proyecto hotelero con 5.000 habitaciones de hotel, casi 3.000 residencias privadas y centros comerciales. Para que tanto cemento concordara est¨¦ticamente con el ambiente, estaba prevista una "zona verde". Unos jardines artificiales asentados sobre el antiguo humedal.
Pero la gota que derram¨® la paciencia ecologista lleg¨® en enero de este a?o. La madrugada del s¨¢bado 16 entraron decenas de m¨¢quinas escoltadas por la polic¨ªa municipal para allanar el terreno a los constructores. No ten¨ªan mucho tiempo, el 7 de febrero venc¨ªan los permisos de la Secretar¨ªa de Medio Ambiente para trabajar en esa zona. "La gente llor¨®. Ol¨ªa a muerto ah¨ª dentro. Sacamos animales muertos y algunos se los llevaron al presidente municipal", cuenta Araceli Dom¨ªnguez, una de las portavoces de Salvemos Manglar Tajamar. "Lo hicieron en el mero coraz¨®n de Canc¨²n, a la vista de todo el mundo. Nos quisieron quitar el lugar donde los vecinos vamos a pasear, a ver el atardecer, donde todav¨ªa es posible encontrarse con los cocodrilos en su h¨¢bitat natural", explica Dom¨ªnguez.
La presi¨®n de los organismos ecologistas locales junto con otros internacionales como Greenpeace o WWF hizo que un humedal medio devastado en Canc¨²n fuera un motivo de indignaci¨®n internacional. Los diferentes amparos que hab¨ªan presentado los vecinos fueron resolvi¨¦ndose favorablemente para los ecologistas. El ¨²ltimo de ellos, todav¨ªa pendiente de sentencia, ha suspendido definitivamente las obras.
Descripci¨®n del proyecto hotelero para los compradores.
"Se trata de una medida preventiva ordenada por un juez. En lo que se dicta el resto de sentencias no podr¨¢n aprovechar para construir ah¨ª. Es una victoria, pero todav¨ªa las instituciones implicadas como Fonatur o Semarnat pueden recurrir", cuenta Alejandra Serrano, coordinadora de la oficina de Yucat¨¢n del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA). Serrano denuncia que "Fonatur se ha comportado como una inmobiliaria estatal que obedece a fines privados, ha vendido terrenos p¨²blicos sin los criterios ambientales correctos, para poder hacerlo no reconocieron ni siquiera que esto era un manglar". El CEMDA tambi¨¦n present¨® una denuncia por la concesi¨®n del permiso de la Secretar¨ªa, seg¨²n ellos fraudulento, a la agencia estatal de fomento al turismo.
Con los terrenos talados y muchos de sus animales muertos, seg¨²n los vecinos y ecologistas, todav¨ªa queda algo de esperanza si no se rellena el manglar. As¨ª lo explica Miguel Rivas, portavoz de Greenpeace para el manglar Tajamar: "Se podr¨ªa ver esto como una oportunidad para crear un plan innovador de reforestaci¨®n, crear un concurso con universidades para que los j¨®venes piensen c¨®mo volver a darle vida a este espacio".
Mientras tanto, las entradas al manglar est¨¢n cerradas por el movimiento ciudadano. Salvemos Manglar Tajamar ha tomado las 60 hect¨¢reas de terreno e impide pasar a cualquier veh¨ªculo y controla lo que hacen quienes acceden caminando. "Hemos montado guardias de d¨ªa y de noche para que nadie pueda entrar a destruir lo que todav¨ªa queda. Todo est¨¢ custodiado", cuenta Dom¨ªnguez. Asegura que cada miembro aporta lo que puede, algunos comida y agua, otros transporte, los bi¨®logos y abogados se encargan de mover los amparos y denuncias. "Yo ya me he gastado desde julio del a?o pasado unos 5.000 pesos [casi 300 d¨®lares]". Y a?ade orgullosa, tras conocer la suspensi¨®n definitiva de las obras: "En mis 32 a?os de lucha ecologista jam¨¢s hab¨ªa visto en M¨¦xico un movimiento ciudadano as¨ª".
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