Los rusos comienzan a mostrar inquietud ante la crisis econ¨®mica

La ¡°euforia de la agresiva campa?a antioccidental¡± y el ¡°auge del patriotismo que comenz¨® con la anexi¨®n de Crimea¡± (marzo de 2014) dejan paso a la creciente preocupaci¨®n por la crisis econ¨®mica. Esos son los ¡°s¨ªntomas¡± captados por los sondeos del Centro Yuri Levada, un term¨®metro de referencia sobre la opini¨®n p¨²blica rusa, que fueron recientemente presentados en Mosc¨² en su conferencia anual sobre las tendencias en el pa¨ªs durante 2015.

¡°La insatisfacci¨®n va en aumento¡±, afirm¨® ¡°con precauci¨®n¡± el director del centro, Lev Gudkov, quien advirti¨® que la sociedad rusa muestra una gran ¡°capacidad de aguante¡±. En 2015 un 18% de los rusos cre¨ªa posible las protestas econ¨®micas, pero solo 12% estaba dispuesto a participar en ellas. Algo m¨¢s del 40% opinaba que el pa¨ªs iba en la direcci¨®n correcta, y poco m¨¢s del 30% afirmaba que se dirig¨ªa hacia un callej¨®n sin salida (el primer porcentaje iba en descenso y el segundo, en aumento). En diciembre de 2015 en un ¨ªndice de la situaci¨®n econ¨®mica de la familia y el Estado (una escala de cinco puntos) las valoraciones eran de 2 y 1,4 respectivamente.

El presidente Vlad¨ªmir Putin, ¡°como simb¨®lica encarnaci¨®n del patriotismo¡±, encabeza la lista de instituciones en las que conf¨ªan los rusos (la confianza en ¨¦l pas¨® del 55% al 80% de 2013 a 2015). Le segu¨ªan el Ej¨¦rcito (del 43% al 64% en el mismo periodo) y el Servicio Federal de Seguridad (del 36% al 50%). En la cola, la polic¨ªa (29%), los sindicatos (24%) y los partidos pol¨ªticos (20%).

¡°La gente entiende que la crisis ser¨¢ muy larga, cinco a?os como m¨ªnimo o por un plazo indefinido, y, como afirma la propaganda, la atribuye a las actuaciones de Occidente en primer lugar¡±, se?alaba Gudkov. El soci¨®logo advert¨ªa, no obstante, de que ¡°cobra fuerza la idea de que se trata de una situaci¨®n no habitual y que la crisis va m¨¢s all¨¢ de la econom¨ªa y de la guerra entre la nevera y el televisor¡±, es decir, la resultante an¨ªmica del efecto conjunto del abastecimiento material y la propaganda pol¨ªtica. Se trata de una crisis m¨¢s profunda, relacionada con la p¨¦rdida de un determinado orden. ¡°La sociedad ha perdido la visi¨®n de lo que sucede y del rumbo del pa¨ªs, le falta perspectiva y est¨¢ desorientada¡±, explic¨®. Por una parte, la sociedad est¨¢ crecientemente preocupada por los asuntos econ¨®micos concretos, como la merma de ingresos o el aumento del paro. Por la otra, constata la desaparici¨®n del ¡°conjunto de ideas que nutrieron a una generaci¨®n durante casi 20 a?os; a saber, la posibilidad de transformar el totalitarismo sovi¨¦tico en algo m¨¢s humano¡±. Seg¨²n Gudkov, se detecta el fin ¡°del modelo construido bajo la presidencia de Putin, basado en grandes beneficios del petr¨®leo en lo econ¨®mico y en la restauraci¨®n de pr¨¢cticas totalitarias en lo pol¨ªtico¡±. La situaci¨®n se parece ¡°a una sala de espera hacia un destino desconocido¡±, pues no hay ni visi¨®n de futuro ni fuerzas articuladas que puedan cambiar las cosas, opin¨®.

El clima anti-Occidental se agudiz¨® en Rusia entre 2013 y 2015. Un 66% cree que las relaciones de Rusia con Europa experimentan una profunda confrontaci¨®n, en la que est¨¢n interesados EE UU (80%), la OTAN (36%) y Europa (23%). En 2015 solo el 32% estaba de acuerdo en que Rusia es un pa¨ªs europeo (en 2008, un 56%). Un 56% de los encuestados se declaraba indiferente a los valores europeos de libertad, democracia igualdad y respeto por los derechos humanos. En 2015, un 41% conven¨ªan en que mejor hubiera sido si todo hubiera quedado como antes de la perestroika (las reformas emprendidas por Mijail Gorbachov en los ochenta del pasado siglo) frente a un 34% en desacuerdo.

Seg¨²n Gudkov, la insatisfacci¨®n de los rusos por ¡°esta sociedad que no es capaz de modernizarse y que est¨¢ viciada internamente¡± se proyecta en la percepci¨®n atribuida a otros. En febrero de 2015, un 40% cre¨ªa que Occidente mira a Rusia con desprecio; un 20% opinaba que lo hace con miedo o inquietud; un 14% con indiferencia y un 12% con respeto y simpat¨ªa. En 2000, un 32% cre¨ªa que occidente respetaba a Rusia, un 26% que la despreciaba y un 17% y 12% que era indiferente o la contemplaba con inquietud, respectivamente.