Cinco libros para entender el fen¨®meno Trump
El magnate es un caso ¨²nico, pero EE UU cuenta con una tradici¨®n rica en populistas y xen¨®fobos
Donald Trump escapa a las definiciones. Nadie se explica todav¨ªa su ascenso en los sondeos y es dif¨ªcil aventurar c¨®mo y cu¨¢ndo terminar¨¢ su campa?a a la Casa Blanca. Despu¨¦s de su derrota en las asambleas electivas de Iowa, el martes pondr¨¢ a prueba su viabilidad como candidato en las elecciones primarias de New Hampshire. No existen precedentes de un magnate y showman como ¨¦l, un miembro de la elite de Nueva York, medio buf¨®n medio demagogo, que apele a las clases trabajadoras con un discurso antielitista. Pero hay ecos en el populismo, las teor¨ªas conspirativas y el miedo al extranjero que marcan la historia de Estados Unidos. Estos movimientos tienen un rasgo en com¨²n: al final fracasaron y el esp¨ªritu liberal ¡ªen el sentido amplio del t¨¦rmino¡ª se impuso.
1. El estilo paranoide en la pol¨ªtica americana, Richard Hofstadter
El historiador Hofstadter public¨® su cl¨¢sico sobre la tradici¨®n de las teor¨ªas conspirativas y la pol¨ªtica paranoide en 1964, un a?o despu¨¦s del asesinato del presidente John F. Kennedy. Una de las manifestaciones m¨¢s recientes de esta tradici¨®n es la teor¨ªa conspirativa seg¨²n la cual el presidente Barack Obama no ha nacido en Estados Unidos: Trump fue uno de sus promotores.
¡°La derecha moderna, como ha expresado Daniel Bell, se siente despose¨ªda: en gran medida les han quitado, a ellos y su grupo, Am¨¦rica de las manos, aunque est¨¢n dispuestos a reposeerla y a impedir el acto destructivo final de la subversi¨®n¡±, escribe Hofstadter. El enemigo de los paranoides, contin¨²a, no est¨¢ en el extranjero, sino en el n¨²cleo del poder de Estados Unidos, en las ¨¦lites. ¡°La derecha radical moderna descubre que la conspiraci¨®n tambi¨¦n incluye la traici¨®n en casa¡±.
Hofstadter reconstruye la historia ¡ªdesde el anticatolicismo de mediados del siglo XIX hasta las visiones apocal¨ªpticas de la organizaci¨®n radical John Birch Society, en los a?os sesenta¡ª de esta tradici¨®n que ¨¦l llama pseudoconservadora. Pseudoconservadora porque, al contrario que el conservadurismo verdadero, es revolucionaria. Sus adeptos viven ¡°guiados por un sentimiento de persecuci¨®n y por el miedo a un derrumbe pol¨ªtico inminente (¡), en nombre del aplastamiento de la subversi¨®n se han convertido en subversivos¡±, escribe en el pr¨®logo de la edici¨®n m¨¢s reciente del libro el historiador Sean Wilentz.
2. Senador Joe McCarthy, Richard Rovere
Rovere, reportero de la revista The New Yorker, dibuj¨® en este libro, publicado en los a?os cincuenta, el retrato psicol¨®gico del senador Joe McCarthy, a quien defini¨® como "el corsario de la democracia¡±. Entre 1950 y 1954 el senador republicano por Wisconsin lanz¨® una cruzada en busca de comunistas infiltrados y logr¨® el raro honor de que un adjetivo derivado de su nombre, mccarthysimo, haya pasado al diccionario como definici¨®n de la t¨¢ctica de ataques personales y difamatorios en el discurso pol¨ªtico.
¡°Un sondeo de Gallup¡±, escribe Rovere, ¡°comprob¨® una vez su fortaleza entre varios grupos laborales y descubri¨® que ten¨ªa m¨¢s admiradores entre los trabajadores manuales que en cualquier otra categor¨ªa, y donde menos ten¨ªa era entre personas de negocios y profesionales¡±. Construy¨®, a?ade, ¡°una coalici¨®n de agraviados, de hombres y mujeres no perturbados pero profundamente indignados por varias tendencias de las dos o tres ¨²ltimas d¨¦cadas¡±.
Los adversarios de McCarthy le ten¨ªan miedo: ¡°Todo el mundo cre¨ªa que McCarthy ten¨ªa el poder para destruir a quienes se le opusiesen, y no faltaban las pruebas¡±. Entre sus insultos predilectos, uno habitual en Trump: ¡°Deshonesto¡±.
El mccarthysmo era ¡°una huida apresurada de la realidad¡±. ¡°Elevaba lo rid¨ªculo y ridiculizaba lo importante¡±, a?ade. ¡°Su discurso estaba envenenado por la obscenidad¡±, dice Rovere en otro momento. Y m¨¢s adelante: ¡°Ment¨ªa con abandono; ment¨ªa sin miedo evidente¡¡± ¡°El mundo se tomaba a McCarthy en serio, y as¨ª deb¨ªa ser, pero ¨¦l mismo nunca se tom¨® realmente en serio¡±.
3. La persuasi¨®n populista, Michael Kazin
El historiador Kazin traza en este libro, publicado en 1995, una genealog¨ªa del populismo estadounidense. Populismo entendido no como una ideolog¨ªa precisa sino como un ¡°impulso¡±, un ¡°modo de persuasi¨®n¡±.
Kazin explica que, aunque originariamente identificado con movimientos progresistas contrarios a los monopolios y las ¨¦lites, el populismo migr¨® hacia la derecha a partir de los a?os cuarenta. El mccarthysmo es un ejemplo.
Kazin dedica un cap¨ªtulo a George Wallace, el gobernador secesionista y dem¨®crata de Alabama que se present¨® varias veces a la Casa Blanca atizando los miedos y resentimientos de una clase trabajadora blanca desconcertada por el movimiento de los derechos civiles y las turbulencias sociales de los a?os sesenta.
¡°Creo que, si los pol¨ªticos no se quitan de en medio, muchos ser¨¢n aplastados por el hombre medio de la calle¡±, dec¨ªa Wallace.
Wallace, escribe Kazin, ¡°se presentaba como el defensor de cualquier ciudadano acosado por bur¨®cratas arrogantes pero ineptos, por manifestantes desali?ados y antipatri¨®ticos, y por las minor¨ªas criminales.
Su fama se explicaba en parte por un uso inteligente de los medios de comunicaci¨®n de masas. Sab¨ªa convertir las entrevistas en televisi¨®n con periodistas de Washington o Nueva York en batallas dial¨¦cticas. ?l aparec¨ªa como la voz del sentido com¨²n y del estadounidense de a pie, y sus entrevistadores como elitistas encerrados en una burbuja de prejuicios contra la Am¨¦rica real.
Wallace, precursor de algunas expresiones de la derecha populista en las d¨¦cadas siguientes, era un electr¨®n libre. Fue dem¨®crata y conservador. Indefinible como Trump. Muchos en la derecha le consideraban un falso conservador ¡ªsu apoyo al estado del bienestar en Alabama no concordaba con el credo republicano¡ª y recelaban de los excesos demag¨®gicos. Durante la campa?a presiencial de 1968, la revista National Review, a misma que ha dedicado su ¨²ltimo n¨²mero a desacreditar a Trump, public¨® art¨ªculos en su contra. Kazin cuenta que el director de la revista, William F. Buckley, le llamaba en privado Mr. Evil (Sr. Malvado) y que en un programa televisivo le acus¨® de racista y aspirante a dictador.
4. ?Qui¨¦nes somos?, Samuel P. Huntington
Despu¨¦s de El choque de civilizaciones, publicado en 1996, el eminente Huntington public¨® en 2004 ?Qui¨¦n somos?, un libro que explora el debate sobre la identidad estadounidense.
Los cap¨ªtulos dedicados a los efectos de la inmigraci¨®n lationamericana ¡ªen especial mexicana¡ª son un diagn¨®stico y un lamento. Huntington ve con preocupaci¨®n ¡°la tendencia hacia una Am¨¦rica biling¨¹e, bicultural¡±. Y avisa de que la pujanza de la minor¨ªa hispana puede reavivar un nacionalismo blanco. Hoy la ret¨®rica agresiva contra los inmigrantes lationamericanos es uno de los ejes de la campa?a de Trump.
¡°El flujo amplio y continuo de hispanos¡±, escribe Huntington, ¡°amenaza la preeminencia de la cultura anglosajona blanca y el lugar del ingl¨¦s como ¨²nica lengua nacional. Los movimientos de nativistas blancos son una respuesta posible y plausible a estas tendencias, y en situaciones de declive econ¨®mico grave y dificultades ser¨ªan altamente probables¡±.
Y a?ade: ¡°La continua p¨¦rdida, real y prospectiva, de poder, estatus y n¨²meros por parte de cualquier grupo social, ¨¦tnico, racial o econ¨®mico casi siempre conduce a esfuerzos por parte de este grupo para detener o revertir estas p¨¦rdidas. En 1961 en Bosnia-Hercegovina la poblaci¨®n era un 43% serbia y un 26% musulmana. En 1991 era un 31% serbia y un 44% musulmana. Los serbios reaccionaron con limpieza ¨¦tnica. En 1990 la poblaci¨®n de California era un 57% blanca y un 26% hispana. En 2040 se predice que sea el el 31% blanca y el 48% hispana. La probabilidad que, en esta situaci¨®n comparable, los blancos de California reaccionen como los serbios de Bosnia es pr¨®xima al cero. La probabilidad de que no reaccionen tambi¨¦n se acerca al cero.¡±
5. La conjura contra Am¨¦rica, Philip Roth
¡°Nuestra patria era Am¨¦rica. Entonces los republicanos nominaron a Lindbergh y todo cambi¨®¡±.
La novela de Roth, publicada en 2004, plantea una versi¨®n alternativa de la historia en la que el h¨¦roe de la aviaci¨®n Charles Lindbergh, una estrella medi¨¢tica de su tiempo, es el candidato del Partido Republicano a la Casa Blanca. Lindbergh, que es german¨®filo, derrota al presidente dem¨®crata Franklin Roosevelt en las elecciones presidenciales de 1940. La novela est¨¢ escrita en forma de memorias de infancia de Roth durante aquellos tiempos turbulentos. Muchos jud¨ªos, como Roth y su familia, se sienten amenazados.
¡°El miedo domina estos recuerdos, un miedo perpetuo. Claro, ninguna infancia est¨¢ libre de terrores, pero me pregunto si yo hubiese sido un ni?o menos miedoso si Lindbergh no hubiese sido presidente o si yo no hubiese sido hijo de jud¨ªos¡±.
?Qu¨¦ habr¨ªa ocurrido si Estados Unidos hubiese tenido una administraci¨®n antisemita y filonazi? ?Podr¨ªa ocurrir aqu¨ª que un pol¨ªtico aficionado llegase a la Casa Blancas y que su programa, sus declaraciones, sus alianzas desataran en una minor¨ªa el miedo a la persecuci¨®n?
?Podr¨ªa llegar al poder un pol¨ªtico que, como ha hecho Trump, prometiese expulsar a once millones de residentes, identificados con un origen cultural o ¨¦tnico, o vetar la entrada a su territorio a los fieles de una religi¨®n?
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