R¨ªo de Janeiro se sumerge en el Carnaval del zika
Con disfraces y buen humor, las comparsas satirizan el virus y se entregan a la fiesta
Disfrazado de mosquito, con el cartel ¡°Deu zika¡± (algo as¨ª como ¡°acab¨® en problema¡±) en una comparsa de carnaval, en R¨ªo de Janeiro, el artista pl¨¢stico Marcelo Oliveira, de 44 a?os, recibi¨® el rapapolvo de una se?ora a la que no le hizo gracia la broma. Poco despu¨¦s, el mosquito y su mujer, Fernanda, vestida de repelente ¡°caro de narices¡±, intentaron sacarse una foto con una embarazada, pero ella, supersticiosa, sali¨® disparada dej¨¢ndoles con los brazos en jarras. ¡°Hay cierta desesperaci¨®n. Pero es un terror desproporcionado. Creemos que el zika es algo nuevo, pero la expresi¨®n ¡®deu zika¡¯ es muy vieja¡±, afirma Oliveira. ¡°Nos pareci¨® un poco sospechoso que saliesen todas esas revelaciones sobre el virus antes del carnaval¡±, dijo la pareja, incr¨¦dula ante la posibilidad de que el virus pueda transmitirse por la saliva u otros fluidos. Para compensar la hostilidad, el director de marketing del repelente, que andaba por all¨ª, pidi¨® entusiasmado que le sacaran una foto con la pol¨¦mica pareja. ¡°Podr¨ªan inventar algo que los pobres pudieran comprar¡±, se quejaron ellos despu¨¦s, en una cr¨ªtica al precio elevado del repelente.
El zika, a pesar de las an¨¦cdotas de la pareja, de ser objeto de una alerta internacional y de inquietar a algunos padres, que pidieron a sus hijos contenci¨®n en el intercambio de fluidos con desconocidos en la fiesta m¨¢s promiscua del a?o, no pas¨® de ser un disfraz gracioso m¨¢s en el carnaval, e incluso motivo de bromas. La preocupaci¨®n por el descubrimiento de los investigadores de la fundaci¨®n Fiocruz de que el virus tiene potencial de infecci¨®n en la saliva y en la orina ¡ªlo que abrir¨ªa la posibilidad de contagio sin la intervenci¨®n del mosquito¡ª va a quedarse para despu¨¦s de la fiesta. Los cuerpos sudados y semidesnudos de la multitud entraron en trance de la misma forma, unos junto a otros, al son de los tambores, y la pasi¨®n se desat¨®, como siempre, en besos interminables.
¡°Hemos hablado de ello entre amigos, pero hasta ahora nadie de los que he encontrado se ha contenido¡±, cuenta Elsa, que ha venido de S?o Paulo para disfrutar de los desfiles callejeros cariocas. En R¨ªo, donde ya se han registrado 166 casos de microcefalia asociada al zika, proliferaron los disfraces del virus, as¨ª como de la malaria y del dengue y otros muchos se vistieron de matamosquitos cargando fumigadores, raquetas el¨¦ctricas y mosquiteros.
El carnaval de la actualidad
Adem¨¢s del tema del momento, los desfiles de calle se convirtieron en palco de temas que han ocupado las p¨¢ginas de los peri¨®dicos a lo largo del a?o. Varios participantes de origen japon¨¦s aprovecharon para, con poco m¨¢s que unas gafas de sol, una camiseta negra y un pinganillo, interpretar al llamado Japon¨¦s de la Polic¨ªa Federal, el popular agente que aparece siempre junto a los detenidos en la operaci¨®n Lava Jato, que investiga la trama de corrupci¨®n descubierta en Petrobras.
Miss Colombia, a quien por error le dieron el t¨ªtulo de Miss Universo 2015 durante algunos segundos, sirvi¨® tambi¨¦n de inspiraci¨®n en las calles, as¨ª como la tragedia de Mariana, en la que murieron 19 personas tras romperse una presa de contenci¨®n con residuos minerales. Disfrazados de t¨¦cnicos de Samarco y de fiscales de Vale, las empresas mineradoras involucradas, manchados de barro, un grupo de amigos distribu¨ªa billetes de cien reales para denunciar que la ruptura de la presa, hasta hoy el mayor desastre ambiental de la historia de Brasil, no fue un accidente y no puede resolverse con ¡°calderilla¡±.
Los disfraces de la presidenta Dilma Rousseff, de pol¨ªticos honestos que ped¨ªan el voto para s¨ª mismos y de participantes en las manifestaciones a favor de la destituci¨®n de la presidenta trajeron de vuelta a las calles el clima pol¨ªtico convulso en el que el pa¨ªs ha estado sumergido, y que promete dar una tregua hasta despu¨¦s del carnaval.
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