No insistir en lo que no funciona
Tendr¨ªan que revisarse las pol¨ªticas de sobre-criminalizaci¨®n en la lucha antidroga
La London School of Economics (LSE), una de las m¨¢s prestigiosas y respetadas instituciones acad¨¦micas del mundo, adelant¨® la semana pasada en Bogot¨¢ algunas de las conclusiones del importante estudio sobre el panorama mundial de las drogas il¨ªcitas que presentar¨¢ oficialmente este lunes 15 en la capital brit¨¢nica. Se anuncia que el mismo contiene no s¨®lo crudos diagn¨®sticos sino sugerentes propuestas de pol¨ªticas p¨²blicas sobre este tema muy diferentes a las prevalecientes.
El grupo de expertos en Pol¨ªtica de Drogas de la LSE fue invitado por el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, de Colombia, para hacer recomendaciones sobre c¨®mo enfrentar el futuro de la lucha con el narcotr¨¢fico en el pa¨ªs. Lo que este equipo ha trabajado, sin embargo, se proyecta m¨¢s all¨¢ del caso colombiano, tanto en el diagn¨®stico como en las recomendaciones para la postguerra contra las drogas.
La esencia del an¨¢lisis est¨¢ en reenfocar la respuesta al problema de las drogas il¨ªcitas
La esencia del an¨¢lisis est¨¢ en reenfocar la respuesta al problema de las drogas il¨ªcitas; ya no en torno a respuestas esencialmente represivas o a programas locales aislados de ¡°desarrollo alternativo¡±, sino en el desarrollo sostenible como eje. En el an¨¢lisis y recomendaciones generales que han trascendido destacan tres aspectos.
En primer lugar, superar las pol¨ªticas prohibicionistas para enfocarse en las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible tal como los conceptualiza la ONU. Eso supone apuntar m¨¢s all¨¢ de las cl¨¢sicas pol¨ªticas punitivas.
Asimismo, superar los cl¨¢sicos programas de ¡°desarrollo alternativo¡±, que tocan s¨®lo el fragmento de los sembr¨ªos, uno solo de los eslabones de la larga cadena de producci¨®n-distribuci¨®n-consumo. Como ha pasado en el Per¨², en donde el ¨¦xito en la zona del Huallaga se ha traducido en desplazar la producci¨®n de hoja de coca a otras zonas aumentando, incluso, los vol¨²menes totales de producci¨®n al multiplicarse la productividad por hect¨¢rea.
En segundo lugar, insertar las pol¨ªticas p¨²blicas sobre drogas il¨ªcitas dentro del marco de la globalizaci¨®n y del derecho internacional. Ello supone tener en cuenta que los tres grandes tratados sobre drogas il¨ªcitas tengan que ser le¨ªdos e interpretados dentro del contexto de otras obligaciones mayores. Corresponde, en ello, un espacio prioritario para los derechos humanos (uno de los objetivos expl¨ªcitos esenciales de la ONU). Es obligaci¨®n imperativa que los tratados sobre drogas y las pol¨ªticas p¨²blicas al respecto se enmarquen dentro del respeto a las obligaciones internacionales en esa materia.
En ese orden de ideas, por ejemplo, tendr¨ªan que ser revisadas las pol¨ªticas de sobre-criminalizaci¨®n y lo que podr¨ªamos llamar el ultra-punitivismo en el combate a las drogas il¨ªcitas. As¨ª, severas penas de prisi¨®n para consumidores o micro comercializadores o pol¨ªticas penales focalizadas, por ejemplo, en mulas o burriers (principalmente mujeres), tendr¨ªan que sustituirse por pol¨ªticas penales que prioricen los eslabones delictivos m¨¢s graves como el homicidio, la corrupci¨®n y, en general, el crimen organizado.
En tercer lugar, pol¨ªticas de salud p¨²blica guiadas por el principio de ¡°reducci¨®n de da?os¡± en los mercados il¨ªcitos. En este orden de ideas, la LSE enfatizar¨ªa la urgencia de aumentar las prevenciones y respuestas globales ¡ªpreventivas y de tratamiento¡ª, en el ¨¢mbito de la salud p¨²blica, a veces marginalizado. En un sentido amplio se podr¨ªa entender que ello incluye pol¨ªticas serias en el ¨¢mbito social para la juventud.
Estos tres componentes adquieren sentido en la medida en que se inserten dentro de procesos socioecon¨®micos insertados dentro del concepto de ¡°desarrollo sostenible¡±. Que este informe de la LSE, en el que se plantea una estrategia medularmente econ¨®mica, est¨¦ siendo avalado por cuatro premios Nobel de Econom¨ªa, entre otros intelectuales y l¨ªderes pol¨ªticos distinguidos, le da un valor singular. Esperaremos con inter¨¦s la presentaci¨®n del pr¨®ximo lunes en Londres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.