Europa en la niebla
Merkel es la ¨²ltima compuerta para impedir el regreso a los muros en el Viejo Continente
Europa se adentra en la niebla donde afronta un triple desaf¨ªo simult¨¢neo: humanitario, geopol¨ªtico y financiero, una tormenta perfecta. El ojo del hurac¨¢n se halla a 3.500 kil¨®metros de Madrid, en Alepo; el Sarajevo europeo, la ciudad sitiada en que un d¨ªa vivieron dos millones de personas y donde apenas quedan 300.000 que sobreviven como ratas en un dantesco paisaje de destrucci¨®n. Contemplar las im¨¢genes captadas por el vuelo de un dron sobre las destripados edificios de lo que fue la segunda ciudad siria nos interpela sobre los l¨ªmites de la crueldad humana.
La agon¨ªa de Alepo, sin respuesta alguna de Europa o de EE UU, nos catapulta una nueva oleada de refugiados, desaf¨ªo existencial para Europa que no sabemos como resolver; al que se suma la eventual salida del Reino Unido, con la consiguiente amputaci¨®n geopol¨ªtica, econ¨®mica y demogr¨¢fica de la UE. Y, por ¨²ltimo, el estallido de una crisis bancaria europea que afecta a Alemania, en su primer banco, el Deutsche Bank, a Francia e Italia. ?El momento Lehman de Europa? Putin que va ganando en Oriente Medio, donde bombardea Alepo y sostiene a El Assad, y en Europa, cuya divisi¨®n persigue, se beneficia de esta triple conmoci¨®n.
La UE puede que est¨¦ descosida y que incluso navegue a la deriva, cediendo principios y valores para calmar a los brit¨¢nicos, europeos exc¨¦ntricos. Pero a¨²n es el im¨¢n para los desheredados de la fortuna que en tropel tratan de llegar a Europa para construir una vida mejor. Esta capacidad de seducci¨®n es la fuerza inmaterial del proyecto europeo, que ya no camina hacia una uni¨®n m¨¢s estrecha de sus pueblos.
El manejo de la crisis de los migrantes ser¨¢ costosa y lenta, pero tenemos los medios para hacerlo. Tratar de fijar el mayor n¨²mero posible de refugiados en Turqu¨ªa y Jordania, darles trabajo all¨ª y escolarizar a sus hijos es el primer paso. El control de las fronteras exteriores regular¨ªa la corriente, ¨²nica posibilidad de paliar el rechazo populista que produce un torrente incontrolado. Hay que evitar que Merkel, que defiende contracorriente el valor de la dignidad europea, se vea forzada por debilidad pol¨ªtica interna a iniciar una oleada de cierres de fronteras. El fin de Schengen es una herida mortal que Europa no se puede infligir. Y no solo por su fabuloso coste econ¨®mico.
Respondamos a la pregunta de si todav¨ªa la humanidad es un valor europeo. Alemania no est¨¢ al borde del desastre por la llegada masiva de migrantes, por mucho que se empe?en los xen¨®fobos de Alternativa por Alemania o los b¨¢varos de la CSU que integran el Gobierno Merkel. No hagamos el juego a los populistas que m¨¢s gritan. La canciller es la ¨²ltima compuerta para impedir el regreso a la Europa de los Muros. El genial dramaturgo y pol¨ªtico checoslovaco, Vaclav Havel, estaba en lo cierto al afirmar que ¡°esperanza no es la convicci¨®n de que algo saldr¨¢ bien, sino la certidumbre de que algo tiene sentido, independientemente de c¨®mo se resuelva¡±. Acoger a los otros tiene todo el sentido.
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