Rusia y EE UU marcan el paso como en la Guerra Fr¨ªa
Los partes en el conflicto y sus aliados maniobran a la sombra de las grandes potencias
El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, lo hab¨ªa reconocido con sinceridad. ¡°Si comienzan las operaciones de varios pa¨ªses sobre el terreno, ser¨¢ una guerra de todos contra todos¡±, declaraba esta semana al diario alem¨¢n Handelsblatt. ¡°Los estadounidenses y sus aliados ¨¢rabes tienen que decidir si quieren tener un conflicto permanente en Siria¡±, apostill¨® el jefe de Gobierno, en una advertencia que recuerda a la estrategia de la disuasi¨®n de la Guerra Fr¨ªa. La clave es impedir males mayores: previsiblemente la intervenci¨®n terrestre de fuerzas turcas y saud¨ªes en apoyo de los insurgentes alzados contra el r¨¦gimen de Bachar El Asad. La decisi¨®n adoptada en M¨²nich en la madrugada del viernes implica el reconocimiento de la supremac¨ªa de Washington y Mosc¨² sobre la veintena de pa¨ªses implicados de una u otra forma en el conflicto, a los que se vuelve a marcar el paso sin contemplaciones. El objetivo no es otro que evitar una nueva guerra global que inevitablemente acabar¨ªa enfrentado a las dos grandes potencias. A una semana de un eventual alto el fuego, y con todas las esc¨¦pticas cautelas sobre la mesa, este ser¨ªa, a grandes rasgos, el paisaje actual de la batalla siria y su entorno internacional.
R¨¦gimen. El Gobierno de Damasco sale reforzado tras casi dos semanas de bombardeos rusos para cortar las l¨ªneas de suministro de las milicias rebeldes en el norte del pa¨ªs. El Asad, que el pasado verano se ve¨ªa acorralado en su feudo de la regi¨®n mediterr¨¢nea de Latakia se atreve ahora a anunciar que seguir¨¢ combatiendo a la oposici¨®n aunque siga negociando en Ginebra, y adelanta que su estrategia es la de una ¡°larga guerra¡± para recuperar el control de todo el pa¨ªs.
Aliados del r¨¦gimen. Mientras Rusia lleva el peso del esfuerzo militar con un costos¨ªsimo despliegue de cazabombarderos y misiles, los Guardianes de la Revoluci¨®n de Ir¨¢n y la milicia libanesa chi¨ª de Hezbol¨¢ pagan un alto precio con las vidas de decenas de sus combatientes sobre el terreno.
Oposici¨®n. Los partidos y milicias unidos integrados el Alto Comit¨¦ Negociador se negaban a finales de enero a entablar conversaciones con el r¨¦gimen en la sede de la ONU en Ginebra. Exig¨ªan condiciones como el fin de los bombardeos, la liberaci¨®n de presos y el env¨ªo de ayuda humanitaria para cientos de miles de civiles asediados por las fuerzas gubernamentales. Tras la campa?a de bombardeos rusos en torno a Alepo, su portavoz enviaba este viernes mensajes a la prensa internacional cono el mensaje: ¡°Nos veremos pronto en Ginebra¡±.
Yihadistas. El Frente Al Nusra, la filial de Al Qaeda en Siria, est¨¢ sufriendo los embates de la aviaci¨®n rusa. Calificado como grupo terrorista por la ONU, su alianza con fuerzas islamistas encuadradas en Alto Comit¨¦ Negociador ha servido de pretexto al Kremlin para bombardear descaradamente a la oposici¨®n siria en el norte del pa¨ªs. El Estado Isl¨¢mico (ISIS) parece mantener un perfil bajo en el actual escenario. Acosado en Irak ante una pr¨®xima batalla en Mosul, despu¨¦s de haber perdido en 2015 m¨¢s del 15% del territorio que controlaba en Siria, muchos de sus combatientes extranjeros est¨¢n abandonando el frente para instalarse en Libia, seg¨²n los servicios de inteligencia estadounidenses.
Kurdos. El Partido de Unidad Democr¨¢tica (PYD) y sus milicias de las Unidades de Protecci¨®n Popular (YPG) controlan amplias zonas del noreste del pa¨ªs y cuentan con el respaldo de Estados Unidos. Turqu¨ªa vet¨® su presencia en las conversaciones de Ginebra.
Turqu¨ªa. La estrategia del presidente, Recep Tayyip Erdogan, no parece haber dado m¨¢s resultado que el aislamiento. Ankara se ha enfrentado al Kremlin tras el derribo de un avi¨®n ruso en su frontera y a Washington, al no permitir que los milicianos kurdos sirios rompan las l¨ªneas del Estado Isl¨¢mico en la frontera entre Siria y Turqu¨ªa. Ahora vuelve a esgrimir la amenaza de la ¨²ltima oleada de refugiados huidos de Alepo y su regi¨®n.
Arabia Saud¨ª y los pa¨ªses del Golfo. Riad arde en deseos por intervenir con fuerzas especiales sobre el terreno, oficialmente para combatir al ISIS. Por ahora, el Gobierno saud¨ª sigue marchando en Siria al paso que le marcan rusos y norteamericanos, mientras intenta ganar influencia sobre el comit¨¦ negociador de la oposici¨®n.
Occidente. Estados Unidos focaliza su despliegue en la regi¨®n en la lucha contra el Estado Isl¨¢mico, mediante la coalici¨®n internacional que encabeza y que golpea con bombardeos a¨¦reos al califato desde el verano de 2014. Europa ¡ªhabitual convidado de piedra, aunque algunos pa¨ªses participen en la coalici¨®n de EE UU¡ª esperar¨¢ a que alg¨²n d¨ªa se le presente la factura para la reconstrucci¨®n de un pa¨ªs arrasado.
Israel. No es su guerra, dicen, pero le preocupa que las fuerzas chi¨ªes de Hezbol¨¢ e Ir¨¢n se instalen en sus fronteras con L¨ªbano y Siria.
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