Pedir lo imposible
Los j¨®venes han entendido que la pol¨ªtica es sucia y que deben articular su enojo con propuestas concretas
Los ¨²ltimos 30 a?os del siglo XX y los primeros del XXI se alimentan de la onda expansiva de mayo del 68 cuya proclama en las calles de Francia fue que los pol¨ªticos estaban agotados y que era la hora de las nuevas generaciones. No hay m¨¢s que observar lo que pasa en Espa?a y en las primarias de Estados Unidos para darse cuenta de que la consigna francesa sigue vigente. Es el rechazo generalizado a un sistema pol¨ªtico superado.
Y en ese sentido, el debate est¨¢ claro: ?Pueden los sistemas pol¨ªticos poner en marcha las propuestas de los j¨®venes y asimilarlos? Francamente, lo dudo. Sobre todo, porque el sistema, a partir de su incapacidad para resolver la crisis econ¨®mica de 2008, tiene pocos instrumentos para legitimarse y buscar soluciones a las nuevas demandas.
Antes de ser presidente de Francia, el general Charles de Gaulle se dio cuenta de que la guerra ya no se ganar¨ªa con caballos, sino con tanques. Escribi¨® Hacia un Ej¨¦rcito profesional (1934), un libro mal acogido, y despu¨¦s huy¨® a Londres tras la rendici¨®n del mariscal P¨¦tain a Hitler. Gracias a eso, pudo encarnar a la Francia Libre y ser el hombre que no s¨®lo salv¨® a su pa¨ªs de la verg¨¹enza y la ignominia del Gobierno de Vichy, sino que tambi¨¦n lo puso en la senda del futuro. Sin embargo, nunca sospech¨® que caducar¨ªa el r¨¦gimen que representaba.
Lo ¨²nico cierto es que no hay una propuesta para el fin de los sistemas
Las clases pol¨ªticas de ahora me recuerdan a De Gaulle. En las primarias estadounidenses, los j¨®venes est¨¢n siendo muy importantes y votan por candidatos tan dispares como el dem¨®crata Bernie Sanders ¡ªuna esperanza de 74 a?os que encarna la utop¨ªa sin hipoteca frente a Wall Street¡ª y al pintoresco republicano Donald Trump. Sin duda, esos fen¨®menos muestran que no se est¨¢ leyendo el verdadero problema ¡ªcomo en su momento tampoco lo hizo De Gaulle¡ª que es que los j¨®venes no se ven representados en el sistema y quieren cambiarlo. ?Es que acaso creen que el planteamiento ut¨®pico de Sanders les llevar¨¢ a una realidad administrativa m¨¢s eficiente que la de Hillary Clinton? Por supuesto que no, pero al rechazarla, rechazan el sistema.
En el caso de Espa?a, por mucho que el exvicepresidente socialista Alfonso Guerra llame ¡°ni?os malcriados¡± a los l¨ªderes de Podemos, nadie debe sorprenderse porque lo que se plantea es la incapacidad de seguir con sistemas superados. Lo que no dijo Guerra es que la Transici¨®n espa?ola tambi¨¦n fue hecha por ni?os malcriados: las grandes v¨ªctimas del franquismo fueron los comunistas que, posteriormente, se transformaron en los mayores colaboradores en la reconquista de la democracia.
En todo caso, lo ¨²nico cierto es que no hay una propuesta para el fin de los sistemas. ?Qui¨¦n dijo que ser¨ªan simplemente como ni?os malcriados y se abstendr¨ªan de votar? ?Qui¨¦n dijo que ser¨ªa gratis el mundo plano de Internet? ?Qui¨¦n pens¨® que se pod¨ªa tener todo en un celular y no ejercer el poder?
Los j¨®venes han comprendido que la pol¨ªtica es sucia, que la suciedad de sus padres lo est¨¢ contaminando todo, por ello es necesario articular su enojo con propuestas concretas. ?Tendr¨¢ Bernie Sanders la fuerza suficiente para encabezar la construcci¨®n de un nuevo pa¨ªs? Nadie lo sabe, pero respeto mucho que manifieste fuerza para encarnar las ilusiones de la juventud. Tambi¨¦n hay que entender que la pelea no es entre minor¨ªas (latinos o afroamericanos), que seguramente apoyar¨¢n a Clinton, sino que es una guerra intergeneracional entre los j¨®venes que, conscientes del fracaso del sistema pol¨ªtico de sus padres, decidieron ocupar las urnas, y los que a¨²n creen que es posible seguir alimentando el sistema sin un cambio radical.
En mi opini¨®n, prefiero pensar que el futuro nos llevar¨¢ a poner punto final a los viejos sistemas. Pero mientras eso sucede, bienvenida sea esta ¨¦poca no tan distinta a aquella que se defini¨® con un grito que a¨²n sigue vivo: ¡°Seamos realistas, pidamos lo imposible¡±.
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