Fervor disperso en la Bas¨ªlica de Guadalupe
En la visita m¨¢s importante en la gira del Papa, el n¨²mero de asistentes fue menor de lo esperado
Francisco ha sido calificado como un Papa revolucionario por sus posturas frente a temas que otros jefes de la Iglesia cat¨®lica ni siquiera mencionaban. El que rompe protocolos e improvisa, el obispo cercano a los desfavorecidos. Hoy, rompiendo otra marca al ser el primer Pont¨ªfice en ingresar a Palacio Nacional (sede del Gobierno federal mexicano), se manifest¨® sobre temas de los que ni el presidente habla: los migrantes, los desaparecidos, el?crimen organizado, e incluso las rencillas eclesi¨¢sticas. Y as¨ª, la fidelidad de los mexicanos cat¨®licos sigue teniendo una figura que le hace sombra: Juan Pablo II. Al menos en la Bas¨ªlica de Guadalupe, la poblaci¨®n que acudi¨® a ver a Francisco fue mucho m¨¢s reducida que la que sali¨® al encuentro del fallecido Karol Wojtyla.
El Z¨®calo de la capital ten¨ªa capacidad para recibir a 60.000 personas, seg¨²n el jefe de Gobierno, Miguel Mancera, pero las im¨¢genes mostraron espacios holgados entre los asistentes. A la Bas¨ªlica tambi¨¦n asisti¨® menos gente de la esperada: apenas daban contorno a la valla montada a lo largo de toda la Calzada de Guadalupe y la mayor¨ªa lleg¨® una o dos horas antes de la misa, pocos apartaron su sitio desde temprano. No obstante, el rigor de su religiosidad y la costumbre de su fe, independientemente de la persona que ocupe el m¨¢ximo cargo en la Iglesia cat¨®lica, los hizo permanecer en silencio toda la ceremonia, escuchando las palabras de Francisco; hinc¨¢ndose al momento de orar y persign¨¢ndose. Es la emoci¨®n que los hizo gritar cuando lo vieron pasar en el papam¨®vil por la Calzada, como fan¨¢ticos de alguna estrella de rock.
A lo largo de la Calzada de Guadalupe ¡ªesa avenida en cuyo centro corre un paso peatonal por el que peregrinan los fieles cada 12 de diciembre, d¨ªa de la Virgen¡ª y las colonias aleda?as se mont¨® todo un operativo que incluy¨® a la Polic¨ªa Federal, el Ej¨¦rcito y granaderos en materia de seguridad; pantallas gigantes para seguir al Papa en sus trayectos y en la misa; m¨®dulos de protecci¨®n civil, param¨¦dicos, dep¨®sitos de agua potable y reparto del l¨ªquido en botellas; sanitarios desmontables y hasta vacunaci¨®n contra la influenza. Hubo por lo menos un veh¨ªculo de la comisi¨®n local de Derechos Humanos para atender abusos de autoridad, pero en toda la jornada no se presentaron contrariedades. Sobre la avenida Henry Ford se instal¨® un muro que fue bautizado como "de la reflexi¨®n", en el que las personas colocaban notas adhesivas con mensajes para el Pont¨ªfice. E igual, las calles se ve¨ªan desoladas, aunque por la ma?ana el paso vehicular segu¨ªa abierto, casi no transitaban coches. Muchos prefirieron mirarlo por televisi¨®n y otros medios disponibles; otros lo mirar¨ªan desde sus balcones sobre la Calzada.
Cuando finalmente Francisco sali¨® de la Nunciatura, la voz se corr¨ªa. Los asistentes preguntaban "?por d¨®nde va?", "?ya viene?" y la expectaci¨®n crec¨ªa. La paz matutina se rompi¨® y ahora todos buscaban un poste al cual subirse para mirarlo en el papam¨®vil, muchos llevaban peque?os bancos o sillas para tener mejor vista, otros prefirieron trepar sobre los tel¨¦fonos p¨²blicos. Cuando pas¨® frente a ellos r¨¢pidamente, lo saludaron, le cantaron, algunos lloraron al salir del cerco. "Cuatro horas para esto", se quej¨® una mujer joven sobre la brevedad del momento en que vio al Papa. Otros se dijeron felices, aunque s¨®lo hubieran sido unos segundos, como la familia Romo, que se acerc¨® a la Bas¨ªlica para mirar al jerarca cat¨®lico aunque ellos viven en Ecatepec, municipio del Estado de M¨¦xico que el Papa visitar¨¢ este domingo. "All¨¢ va a haber mucha m¨¢s gente y ser¨¢ m¨¢s inc¨®modo para ella", argument¨® el padre de Yelsi Melissa, la peque?a de 11 a?os que motiv¨® a toda la familia para acudir al encuentro del pont¨ªfice. Yelsi padece par¨¢lisis cerebral y se desplaza en silla de ruedas, por lo que sus padres consideraron que mirar a Francisco cerca de casa no era buena opci¨®n.
"Nada de vendimias" fue la orden que dio un jefe polic¨ªaco por la ma?ana a sus compa?eros y, sin embargo, toda la tarde circularon en la zona personas que vend¨ªan calendarios, tazas, playeras, banderines, fotos del Papa con la imagen de la virgen de fondo; rosarios, escapularios, paletas de agua, empanadas y hasta palos para 'selfies', que claramente estaban prohibidos en las mantas colocadas en cada esquina. Tampoco cerraron todos los comercios ni todas las calles aleda?as.Tampoco dejaron solo al Papa con la virgen de Guadalupe como hab¨ªa pedido: se sent¨® solo frente a ella pero tuvo junto una c¨¢mara que transmiti¨® a todas las pantallas y por televisi¨®n ese momento "m¨¢gico" que Francisco pidi¨® para orar en silencio.
Al concluir la misa, la especulaci¨®n regres¨®: "?Saldr¨¢ por aqu¨ª mismo?", "?Se ir¨¢ por (avenida) Misterios? ?Por Fray Juan de Zum¨¢rraga?" Nadie lo sab¨ªa con certeza pero se quedaron a esperarlo y verlo de cerca otra vez al salir. A las 19:30 tom¨® el mismo camino de regreso y salud¨® a los fieles que lo esperaban, esta vez desde un veh¨ªculo cerrado. Al paso de Francisco fue disolvi¨¦ndose la concentraci¨®n, y tras los pasos de las personas, las escobas del personal de limpieza del Gobierno local, que limpiaron la avenida inmediatamente. Ma?ana, el Papa ofrecer¨¢ otra misa en el municipio m¨¢s poblado del Estado ¡ªa su vez¡ª m¨¢s poblado, uno de los m¨¢s violentos del pa¨ªs y que en a?os recientes ha sido conocido por sus altos ¨ªndices de feminicidio, pobreza y marginaci¨®n: Ecatepec.
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