El peronismo intenta reinventarse a los 70 a?os de su primera victoria
El 24 de febrero de 1946, una alianza de Per¨®n y los sindicatos cambi¨® la historia argentina
Las elecciones en Argentina son siempre un momento dram¨¢tico, a todo o nada. Pero pocas han marcado tanto su historia como las del 24 de febrero de 1946, hace ahora 70 a?os, las primeras que gan¨® Juan Domingo Per¨®n, un militar autoritario y con simpat¨ªas con reg¨ªmenes dictatoriales que sin embargo lleg¨® al poder por el voto de las clases populares y fue enviado al exilo por una dictadura. Per¨®n se refugi¨® durante 16 a?os en otra, la de Franco en Espa?a. Y despu¨¦s regres¨® para ganar otras elecciones antes de morir. Una de las much¨ªsimas contradicciones que marcan el peronismo, el movimiento clave de la pol¨ªtica argentina que hoy, dos meses despu¨¦s de perder el poder, trata de reinventarse por en¨¦sima vez para volver a su lugar natural: el control del poderoso Estado argentino.
Ese 24 de febrero de 1946 todos los argentinos sab¨ªan que ven¨ªa un momento decisivo. Tanto que nadie qued¨® indiferente. Per¨®n logr¨® formar una coalici¨®n, llamada Partido Laborista, con m¨¢s de 50 sindicatos del pa¨ªs. Y enfrente ten¨ªa a todos los dem¨¢s, una alianza antiperonista que inclu¨ªa desde conservadores a socialistas y comunistas. Los pactos antinatura a uno y otro lado forman parte de la esencia de la pol¨ªtica argentina desde entonces.
Muchas cosas se mantienen. La inflaci¨®n sigue siendo el gran problema. ¡°Sube la papa, sube el carb¨®n y el 24 sube Per¨®n¡±, gritaba la gente en los m¨ªtines peronistas, seg¨²n recuerda el historiador Felipe Pigna. El mensaje del otro lado era especialmente dram¨¢tico: ¡°Por la libertad, contra el nazismo¡±, era el lema de la Uni¨®n Democracia, la alianza antiperonista. Per¨®n siempre fue acusado de filonazi.
El general gan¨® por el 56% pero la divisi¨®n pol¨ªtica y la polarizaci¨®n entre peronistas y aniperonistas se instal¨® para siempre. Per¨®n empez¨® a mostrar signos autoritarios nada m¨¢s llegar al poder. Lo primero que hizo fue disolver los partidos que formaron parte de su coalici¨®n. Pigna analiza la importancia hist¨®rica de esa victoria. ¡°El peronismo gan¨® las elecciones contra todos. Braden, el embajador de EEUU, fue muy activo para organizar la coalici¨®n antiperonista. Pero Per¨®n gan¨® y su movimiento modific¨® como nunca el patr¨®n de la distribuci¨®n de ingresos. En esa ¨¦poca el 49% del reparto de la tarta econ¨®mica era para los trabajadores. Tambi¨¦n adquiri¨® un enorme poder el sindicalismo argentino, y lo ha mantenido. Eso permiti¨® que los salarios se mantuvieran hasta que lleg¨® la dictadura militar (1976-1983), que produjo una brutal transferencia de ingresos. El porcentaje de la tarta que le tocaba a los trabajadores baj¨® hasta el 27% en 1977¡±.
El historiador Luis Alberto Romero cree que Per¨®n solo consolid¨® una tendencia que ya crec¨ªa en Argentina: la fuerza de los trabajadores y la clase media, un rasgo que la distingu¨ªa del resto de Am¨¦rica Latina. ¡°Aquella victoria fue definitiva para el rumbo del pa¨ªs. El programa de Per¨®n redefini¨® una identidad nacional y popular. Pero Argentina ya era diferente al resto de Am¨¦rica Latina. Hab¨ªa movilidad social, y estaba instalada esa idea de que nadie es m¨¢s que nadie. El peronismo no inventa esos rasgos, los profundiza, les da rango de pol¨ªticas de Estado¡±, explica Romero.
Este historiador, cr¨ªtico con el peronismo, le reprocha su lado autoritario, que relativiza el valor de las normas. ¡°El peronismo consolid¨® una concepci¨®n nacional y popular de hacer pol¨ªtica, que es diferente y antit¨¦tica de una concepci¨®n liberal, institucional, plural. Per¨®n defiende que hay un pueblo, solo uno, que se expresa a trav¨¦s de la conducci¨®n pol¨ªtica y excluye a los dem¨¢s. Con un caudillo que se coloca por encima de las leyes y de las opiniones de otras personas¡±, explica.
Ambos historiadores, con visiones opuestas, coinciden en algo: la genialidad del peronismo, que le ha permitido resistir 70 a?os, consiste en su capacidad para mutar, ser de izquierda, de centro o de derecha en funci¨®n de las circunstancias. Ambos creen que volver¨¢ a hacerlo.
Pigna reivindica el movimiento: ¡°El peronismo puso en evidencia la divisi¨®n social entre dos sectores irreconciliables, y es normal que lo sean. La oligarqu¨ªa argentina hab¨ªa sido cruel con los trabajadores. Cuando se dec¨ªa que Argentina era el granero del mundo tambi¨¦n hab¨ªa hambre y miseria. Ahora ha habido una relectura del peronismo que es el kirchnerismo. Hoy el peronismo est¨¢ descolocado. Pero encontrar¨¢ una salida. Es el peronismo lo que hace que en Argentina un ajuste como el de Brasil sea inaplicable. Ense?¨® al trabajador a mirar a los ojos de su patr¨®n. Ac¨¢ nadie agacha la cabeza, no se puede maltratar a un camarero, te echan del restaurante, eso es Argentina¡±.
¡°Yo nac¨ª en un hogar antiperonista y en 1950 ya se dec¨ªa ¡°esto se acaba, ya le queda poco. Ya veo que en mi vida no va a ocurrir¡±, se r¨ªe Romero. ¡°El peronismo tiene una asombrosa facilidad para readecuarse. Si no hubiera cambiado no habr¨ªa sobrevivido. Crean una especie de franquicias, la ¨²ltima fue el kirchnerismo. Ahora est¨¢n en plena elaboraci¨®n de una nueva. Estoy seguro de que la van a encontrar¡±, sentencia.
70 a?os despu¨¦s, el peronismo est¨¢ en pleno proceso de reinvenci¨®n para seguir al menos otros 70 a?os. Es pr¨¢cticamente el ¨²nico de los grandes movimientos de aquellos a?os que ha logrado llegar vivo hasta aqu¨ª.
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