El Gobierno de Milei lanza un ¡°bot¨®n¡± para silenciar a los periodistas en las conferencias de prensa de la Casa Rosada

Un ¡°bot¨®n muteador¡± y ¡°un Gran Hermano period¨ªstico¡±. El Gobierno argentino detall¨® este mi¨¦rcoles cu¨¢les son sus planes para el control de las conferencias de prensa que se celebran peri¨®dicamente en la Casa Rosada. Manuel Adorni, vocero del presidente, Javier Milei, dijo que la intenci¨®n es alcanzar una libertad de expresi¨®n ¡°en todo su esplendor¡±. El ¡°bot¨®n muteador¡± permitir¨¢ al vocero silenciar a los periodistas que se excedan en los tiempos de su pregunta o ¡°le arranquen el micr¨®fono de las manos¡± al personal de prensa del Ejecutivo. Lo otro, dijo, es ¡°un esquema donde la gente elija qui¨¦nes est¨¦n y qui¨¦nes no [en las ruedas de prensa], como un Gran Hermano period¨ªstico¡±, sostuvo Adorni. La resoluci¨®n, que se publicar¨¢ ¡°en los pr¨®ximos d¨ªas¡±, incluir¨¢ un c¨®digo de vestimenta ¡ªtraje y corbata para los hombres¡ª y que los acreditados tengan un contrato fijo con sus empleadores.

La relaci¨®n entre Milei y la prensa no es buena. El presidente no duda en tildar a los periodistas que lo critican de ¡°mentirosos¡±, ¡°profetas¡±, ¡°imb¨¦ciles¡±, ¡°corruptos¡± o ¡°ensobrados¡±, es decir, pagados por alg¨²n poder de turno para afectar al Gobierno. Basta que no le guste alg¨²n comentario para que embista con furia en sus redes contra el responsable. La ¨²ltima v¨ªctima fue Carlos Pagni, uno de los analistas m¨¢s respetados de Argentina y columnista de EL PA?S, por sus advertencias sobre la fortaleza artificial del peso, algo que se?alan cada vez m¨¢s economistas, incluso los cercanos al Gobierno. ¡°Sinceramente, me repugnan de modo superlativo todos esos periodistas operadores [...]. A los periodistas marionetas operadores y a sus titiriteros les comento que deben laburar [trabajar] en ser eficientes y adecuar el stock de capital, mientras que en el Gobierno nos vamos a encargar de seguir bajando impuestos que permitan a¨²n mayores salarios¡±, escribi¨® Milei en sus redes sociales.

En julio pasado, Adorni ya hab¨ªa prometido que el acceso a las ruedas de prensa de la Casa Rosada quedar¨ªa restringido a ¡°periodistas de fuste, con experiencia y de medios altamente reconocidos¡±. Los considerados ¡°aptos¡± deb¨ªan ¡°sentir que es un honor estar en la Casa Rosada cubriendo lo que le pasa al presidente¡±. Un mes antes, el Gobierno hab¨ªa intentado reflotar una ley de 1944 que obligaba a los periodistas a tener una matr¨ªcula otorgada por la Secretaria de Trabajo, pero tuvo que dar marcha atr¨¢s ante el repudio generalizado del gremio. En abril pasado, Milei ya hab¨ªa ampliado por decreto las excepciones que permiten al Estado negar informaci¨®n solicitada por periodistas de investigaci¨®n y ciudadanos.

La apertura de sesiones del Congreso del 1 de marzo pasado dio pistas sobre cu¨¢l es el objetivo final del Gobierno. Por primera vez desde el regreso a la democracia, los reporteros acreditados en el edificio legislativo no pudieron acceder a los palcos de prensa y fueron desplazados a otros m¨¢s alejados, peque?os y sin acceso al audio del discurso presidencial. La televisi¨®n p¨²blica, uno de los pocos medios del Estado que ha sobrevivido a la motosierra de Milei, se cuid¨® de ocultar el saludo del presidente con su vicepresidenta, Victoria Villarruel, con quien ha roto todo contacto. Tampoco mostr¨® que la mitad de los asientos del recinto estaba vac¨ªa por el boicot opositor al ultraderechista; y volvi¨® inaudible un reclamo que un diputado le hizo al presidente por su decisi¨®n de nombrar por decreto a dos jueces de la Corte Suprema. El legislador en cuesti¨®n fue luego amenazado en un pasillo del Congreso por el principal asesor presidencial.

Milei dijo durante su presentaci¨®n que la Casa Rosada ¡°juega de visitante¡± en la prensa tradicional, pero advirti¨® que es ¡°local¡± en las redes sociales. Entre las reformas que Adorni prev¨¦ para acreditar periodistas a sus comparecencias est¨¢ tambi¨¦n la de abrir la puerta a youtubers e influencers, muchos de ellos pagados por el Estado, que forman parte del ej¨¦rcito de trolls que defiende la gesti¨®n del Gobierno.

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