La econom¨ªa de Ir¨¢n no despega pese al acuerdo nuclear
Rohan¨ª necesita un Parlamento que le ayude a reformar el marco legal para atraer inversi¨®n extranjera
¡°?Carro!¡±, ¡°Ap¨¢rtese se?ora, no le vaya a dar¡±, advierte un porteador. El ajetreo del Gran Bazar de Teher¨¢n en v¨ªsperas del Noruz, el a?o nuevo persa que se inicia el 21 de marzo, puede resultar enga?oso. Pese a la afluencia de potenciales clientes, el negocio se mueve m¨¢s despacio de lo que les gustar¨ªa a los comerciantes. Levantadas las sanciones internacionales el pasado enero, salen a la luz los problemas de fondo de un sistema pol¨ªtico basado en el clientelismo y con un marco legal que suscita dudas en los inversores extranjeros.
¡°El poder econ¨®mico ya no est¨¢ en el Bazar; cualquiera con dinero puede comprarnos a todos¡±, lamenta un veterano vendedor de alfombras que, como la mayor¨ªa, se niega a aparecer ante la c¨¢mara. ¡°No quiero que ma?ana me cierren la tienda¡±, se disculpa. ¡°Solo quienes tienen contactos con el Gobierno hacen negocios¡±, asegura antes de a?adir los nombres de varias familias de bazar¨ªes (grandes comerciantes). ¡°Preg¨²nteles a ellos¡±.
Hace ya tiempo que el Bazar dej¨® de ser el centro econ¨®mico de Ir¨¢n, pero a¨²n es un buen term¨®metro del estado de su econom¨ªa y su sociedad. A un mes escaso de Noruz, una ¨¦poca de compras equiparable a las navidades en Occidente, y con la paga extra reci¨¦n cobrada, los signos no son buenos. Vendedores y clientes expresan su frustraci¨®n porque las dificultades persisten a pesar del levantamiento de las sanciones internacionales a Ir¨¢n como resultado de reducir su programa nuclear.
¡°No he visto cambios. Ni los precios han bajado ni mis ingresos han aumentado¡±, conf¨ªa Elham Abbasie, una funcionaria que est¨¢ comprando en una mercer¨ªa. El due?o de la tienda, Hafez Fazeli, asegura sin embargo que ha percibido un efecto psicol¨®gico. ¡°Hay mejor clima que el a?o pasado¡±, sugiere.
¡°El mercado est¨¢ mal¡±, admite Reza Etminanmehr, cuatro d¨¦cadas exportando alfombras. ¡°No hemos notado una mejora tras el acuerdo porque a¨²n no podemos hacer transacciones financieras a trav¨¦s del Banco Central y as¨ª no se pueden hacer negocios¡±, explica. No obstante, conf¨ªa en que el nuevo Parlamento que va a elegirse este viernes impulse el cambio. ¡°Los principalistas que lo dominaban hasta ahora no hicieron nada; los reformistas son una mejor opci¨®n para el futuro porque propugnan enmendar las relaciones con el resto del mundo¡±, resume.
Los peri¨®dicos econ¨®micos est¨¢n llenos de buenas noticias. ¡°El aeropuerto de Teher¨¢n va a desplazar a Dub¨¢i como gran centro de conexiones de la regi¨®n¡±, ¡°Ir¨¢n va a superar a Qatar en la extracci¨®n de gas¡± y delegaciones de todo el mundo se suceden en la firma de memorandos.
¡°En alg¨²n lugar de Teher¨¢n debe de haber un edificio lleno de proyectos, el problema es la financiaci¨®n¡±, resume el representante de una empresa de ingenier¨ªa espa?ola de visita en Ir¨¢n. Ha venido a tantear el mercado y se ha encontrado con qu¨¦ hay muchas ideas, pero nadie parece dispuesto a poner el dinero necesario. Los iran¨ªes esperan que los extranjeros vengan con fondos. Sin embargo, los bancos que debieran financiarles recelan del marco legal, tanto por la persistencia de algunas sanciones estadounidenses (no vinculadas al programa nuclear) como por la falta de transparencia del sistema iran¨ª.
¡°Esa es la importancia de estas elecciones. [El presidente Hasan] Rohan¨ª necesita un Parlamento que colabore con ¨¦l para elaborar la legislaci¨®n que liberalice la econom¨ªa y garantice la inversi¨®n extranjera¡±, explica un analista. Los conservadores, que eran contrarios al acuerdo nuclear, prefieren mantenerse al margen de la econom¨ªa global e intentan levantar barreras para frenar la integraci¨®n internacional de Ir¨¢n.
Los reformistas parecen haber entendido que evitar que lo logren es la prioridad y por eso respaldan las listas ¡°pro-Gobierno¡±. La liberalizaci¨®n social tendr¨¢ que esperar. ¡°No van hacia una democracia sino a un modelo chino¡±, interpreta un embajador occidental. El peligro, apunta otro, es que ¡°se creen el imperio del centro y esperan que el resto del mundo haga fila para invertir en sus proyectos sin atender a los criterios de viabilidad habituales¡±. Ese desajuste entre unas expectativas enormes y una realidad mucho m¨¢s modesta es el que est¨¢ alentando la frustraci¨®n de los iran¨ªes, exhaustos tras un lustro de sanciones.
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