Irlanda se pronuncia en las urnas sobre la receta de la austeridad
Los sondeos prev¨¦n problemas para formar Gobierno en el pa¨ªs que m¨¢s crece de la eurozona
Ante unas elecciones que pueden ser la antesala de una endiablada negociaci¨®n pol¨ªtica, parece inevitable el inter¨¦s del primer ministro irland¨¦s, Enda Kenny, por lo que pasa un poco m¨¢s al sur:
-Tienen ustedes un buen foll¨®n en Espa?a¡ ?Qu¨¦ va a hacer el se?or Rajoy?
-?Qu¨¦ har¨ªa usted?
-Lo que yo hago, y por eso estoy aqu¨ª, es decir a los irlandeses que tienen que votar por un Gobierno de estabilidad.
Elija la estabilidad. Mantengamos la recuperaci¨®n en marcha. La idea se repite como un mantra.
Irlanda es el alumno aventajado de la troika. El m¨¢s aplicado en la imposici¨®n de la austeridad para salir del agujero, esa receta que ha tumbado Gobiernos en Grecia, Portugal y Espa?a. Por eso el mensaje que este pa¨ªs de apenas 4,5 millones de habitantes lance este viernes a Europa ser¨¢ importante.
El Gobierno de Kenny ¡ªuna coalici¨®n de su partido, el centrista Fine Gael, con los laboristas¡ª lleg¨® al poder en 2011 con el pa¨ªs literalmente hundido. Severamente golpeado por la crisis financiera, Irlanda hab¨ªa sido rescatada a finales de 2010 con 67.500 millones de euros de la UE y el FMI. La troika impuso su ley y la humillaci¨®n derroc¨® al Gobierno del Fianna Fail. Siguieron cinco a?os de austeridad.
Pero Irlanda, ayudada por una pol¨¦mica pol¨ªtica fiscal atractiva para la inversi¨®n extranjera, se ha recuperado mejor que ning¨²n otro pa¨ªs europeo. Abandon¨® el rescate en 2013 y ha crecido m¨¢s de un 5% cada a?o, un ritmo in¨¦dito en la eurozona. El tigre celta, como se conoci¨® al milagro econ¨®mico irland¨¦s de los noventa que estall¨® con la pirotecnia financiera, vuelve a rugir. Y hasta se ha permitido aflojar el cors¨¦ en los ¨²ltimos Presupuestos.
Con este relato las elecciones parecer¨ªan pan comido para el Gobierno. Pero, seg¨²n los sondeos, no va a ser el caso. El de Kenny ser¨¢, previsiblemente, el partido m¨¢s votado. Pero tendr¨¢ dif¨ªcil formar Gobierno. Los cinco a?os de recortes han causado estragos entre la poblaci¨®n m¨¢s desfavorecida. Y esa otra realidad, la que escapa a la fotograf¨ªa macroecon¨®mica, no tarda en aflorar esta tarde de campa?a, en la que el primer ministro ha venido a apoyar al candidato local de Trim, un pueblo de ocho mil habitantes en el condado de Meath.
¡°?Qu¨¦ hay de los 1.600 ni?os que se han quedado sin hogar, qu¨¦ ha hecho su Gobierno por ellos?¡±, le inquiere Ashley, una vecina que lleva una ONG. ¡°?Y qu¨¦ hay de los 250.000 j¨®venes que no van a votar porque se han tenido que ir a vivir fuera? ?C¨®mo puedo traer a mi ni?a a casa?¡±, pregunta Cynthia, cuya hija ha emigrado a Perth, Australia.
Los baremos convencionales no sirven para la pol¨ªtica irlandesa. Esta ¡°isla detr¨¢s de un isla¡±, como la defini¨® un ge¨®grafo franc¨¦s, ha estado al margen de las corrientes pol¨ªticas europeas. La Gran Hambruna de mediados del siglo XIX y su legado la convirtieron en un pa¨ªs de inmigrantes donde los intereses cortoplacistas se impusieron a las ideolog¨ªas. Sin un significativo proletariado urbano, el movimiento socialista no cuaj¨®.
El Alzamiento de Pascua contra el control brit¨¢nico, cuyo centenario se celebra este a?o, fue una revoluci¨®n de poetas. Le sigui¨® la independencia y una guerra civil de la que salieron, entre otros, Fine Gael y Fianna Fail, los dos partidos que, con unas alianzas u otras, se han alternado en el poder desde entonces.
Les une una notable indefinici¨®n ideol¨®gica y les separa su grado de compromiso inicial con la causa nacionalista: Fine Gael procede del sector que acept¨® el acuerdo anglo-irland¨¦s de 1921. En una iron¨ªa hist¨®rica, precisamente en el a?o en que se celebra el germen de la independencia, la ¨²nica soluci¨®n clara a la gobernabilidad, seg¨²n las encuestas, ser¨ªa una gran coalici¨®n entre los dos partidos que han definido la historia del pa¨ªs. Algo razonable a nivel de programas, pero que ambos candidatos han descartado categ¨®ricamente.
Entre otras cosas, porque consolidar¨ªa como principal grupo de la oposici¨®n al Sinn Fein, proporcion¨¢ndole el pasaje al establishment pol¨ªtico. El partido de Gerry Adams, que en su d¨ªa fue el brazo pol¨ªtico del IRA, ha logrado capitalizar parte del movimiento antiausteridad y va camino de convertirse en el gran vencedor de estas elecciones, duplicando el porcentaje de voto que obtuvo en 2011.
As¨ª las cosas, la gobernabilidad depender¨¢ en gran medida de la magnitud batacazo del Partido Laborista, el socio peque?o de la coalici¨®n de Gobierno que, como sucedi¨® con los liberales dem¨®cratas brit¨¢nicos, puede llevarse la peor parte del castigo. Poco importa su papel clave en el hist¨®rico refer¨¦ndum que legaliz¨® el a?o pasado el matrimonio homosexual: los electores no perdonan su alineaci¨®n con la austeridad del Gobierno.
Si entre Fine Gael y los laboristas no suman, tendr¨ªan que recurrir a los independientes. Una amalgama de peque?os partidos antiausteridad y candidatos locales que, amplificados por un complicado sistema electoral, podr¨ªan permitir el Gobierno a cambio de un rosario de cesiones particulares.
Esa opci¨®n es la que trata de evitar Enda Kenny en sus ¨²ltimas horas de campa?a bajo el imponente castillo normando de Trim. Sortea los airados espont¨¢neos y salta de un negocio a otro, preguntando a los tenderos sus impresiones sobre la recuperaci¨®n econ¨®mica. Turlough O¡¯Brien insiste en ense?ar al primer ministro el peque?o supermercado que acaba de abrir. ¡°All¨¢ vamos¡±, dice Kenny, ¡°es un hombre de negocios y est¨¢ creando empleo¡±. Ya en el interior, O¡¯Brien le obsequia al primer ministro un tarro de los deseos vac¨ªo, que Kenny procede a llenar con el suyo: ¡°Un Gobierno estable y una mayor¨ªa para Fine Gael y el Partido Laborista¡±.
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