¡°Cada d¨ªa llega m¨¢s gente a luchar junto al ISIS¡±
Las familias de Sirte explican que la vida en el feudo libio de los yihadistas se hace insoportable
Abu Grein es el lugar de Libia m¨¢s pr¨®ximo a Sirte, el feudo del Estado Isl¨¢mico en Libia, al que puede acercarse un no musulm¨¢n sin perder la libertad o la cabeza en el intento. Desde ese p¨¢ramo des¨¦rtico es donde las milicias de Misrata pretenden iniciar el ataque para recuperar la ciudad donde naci¨® Muamar el Gadafi, perdida por la Brigada 166 hace nueve meses. Y ah¨ª es donde llegan cada d¨ªa decenas de familias en coche que necesitan salir de Sirte. Unos se marchan para siempre y llevan el coche abarrotado con ni?os, camisas y colchones. Y otros regresar¨¢n a los pocos d¨ªas.
Los hombres de Mohamed Albaudi, uno de los principales jefes de la Brigada 166, deciden qui¨¦n puede continuar su camino hacia Misrata y qui¨¦n se vuelve a Sirte. Las familias deben esperar en fila para que inspeccionen sus coches y despu¨¦s aparcan y revisan sus papeles. Algunas han de esperar m¨¢s de una hora, con sus familias metidas en el coche, a que les den el permiso para seguir el camino. La misi¨®n de Albaudi es proteger Misrata de posibles ataques terroristas. As¨ª que m¨¢s de un coche se tiene que volver a Sirte. ¡°Solo dejamos pasar a las familias que huyen del Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s) a los que necesitan ir a un hospital¡±. Una vez pasado el control de Abu Grein, un pueblo de unos 15.000 habitantes, a la gente de Sirte les queda superar otros tres puestos de control durante una hora de carretera hasta llegar a Misrata.
No es f¨¢cil hablar con los que salen. ¡°Aqu¨ª todos se conocen¡±, explica Albaudi. ¡°Los refugiados que huyen de Sirte creen que si les ven los otros hablar con periodistas puede vengarse con las familias que dejan atr¨¢s. Y los que piensan volver dentro de unos d¨ªas temen que los otros los delaten. Nadie se f¨ªa de nadie¡±.
Finalmente, varias personas acceden a contar c¨®mo viven en Sirte a condici¨®n de no desvelar sus nombres. ¡°En Sirte no hay vida¡±, explica un hombre. ¡°Los bancos cerraron cuando entraron ellos. Para sacar dinero tenemos que salir a Misrata o a Tr¨ªpoli. Y encima, desde hace dos meses han puesto l¨ªmites para sacar dinero en el banco. Yo solo puedo retirar 300 dinares (unos 78 euros en el mercado negro) al mes. Y cuando ellos quieren le cortan la cabeza a alguien¡±.
¡ª?Usted ha visto alguna de esas decapitaciones?
¡ªNo, porque yo no disfruto viendo esas cosas.
¡°Los colegios s¨ª funcionan, pero la universidad, no¡±, contin¨²a otro vecino de Sirte. ¡°No hay se?al de tel¨¦fono, no hay apenas alimentos en las tiendas, no hay gasolina, no hay hospitales y solo hay m¨¦dicos para ellos, los del ISIS¡±.
¡°Yo salgo para curar a mi hermano en Misrata y en cuanto se cure nos volvemos¡±, comenta otra persona. ¡°Las mujeres tienen que salir acompa?adas a la calle y deben llevar guantes y todo el rostro tapado¡±, a?ade. Casi todas las mujeres que llegaban el jueves a Abu Grein llevaban la cara tapada. ¡°Hay cibers para conectarse a Internet, pero no podemos fumar en ellos. Cortaron la se?al de tel¨¦fono y solo se puede recibir por sat¨¦lite. En realidad, los que tienen acceso siempre son ellos, no la gente de Sirte¡±.
Ante la pregunta de cu¨¢ntos yihadistas hay en Sirte nadie ofrece una cifra clara, pero todos los consultados coinciden en una cosa: ¡°Cada d¨ªa llegan m¨¢s y m¨¢s. Muchos se han metido en las casas que dej¨® vac¨ªas la gente que se fue¡±, comenta un joven. Otra persona a?ade: ¡°En Sirte vivimos ahora unas 20.000 personas nacidas all¨ª. Es probable que se hayan ido otras 20.000. La gente del Estado Isl¨¢mico la toma contra quienes luchaban al lado de Gadafi y contra quienes estaban en contra de ¨¦l. Te pueden quitar el coche y la casa con esa excusa¡±.
Fuerzas extranjeras
La mayor¨ªa de los habitantes de Sirte eran gadafistas. Por eso Gadafi eligi¨® Sirte para esconderse en sus ¨²ltimos d¨ªas y por eso la gente de Misrata y de Sirte nunca se llevaron bien. Fueron las milicias de Misrata las que capturaron a Gadafi y ser¨¢n quienes intenten recuperar Sirte. ¡°Para marchar hacia Sirte¡±, explica Mohamed Albaudi, ¡°necesitamos ayuda a¨¦rea y armas de largo alcance. Y tambi¨¦n visados para que nuestros heridos puedan curarse en Europa. Ahora solo pueden ir a T¨²nez y Turqu¨ªa, pero la sanidad en Europa es mejor. Occidente deber¨ªa hacer algo. El tiempo corre a favor del ISIS¡±.
Albaudi tiene claro que no desea presencia de tropas extranjeras sobre el terreno. Solo quiere la ayuda de los aviones, como sucedi¨® en 2011 cuando sucumbi¨® el r¨¦gimen de Gadafi. No obstante, en Misrata cada vez son m¨¢s insistentes los rumores sobre la presencia de fuerzas especiales de EE UU y Europa que estar¨ªan entrenando a los soldados de Misrata. Cuando se le pregunta al portavoz del Ej¨¦rcito del Gobierno de Tr¨ªpoli en Misrata, Ibrahim Beatelmal, si hay fuerzas extranjeras en Misrata sonr¨ªe y se limita a decir: ¡°Puede ser, puede ser¡±.
En Sirte, las familias saben que la ciudad podr¨ªa ser bombardeada de nuevo. Pero a¨²n as¨ª, muchas prefieren quedarse. ¡°Al menos tengo mi casa¡±, explica un padre de familia. ¡°?Ad¨®nde voy, qu¨¦ hago en otro lugar, sin casa y sin dinero?¡±.
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