El Papa peronista, pero no kirchnerista
Macri visita a Francisco en Roma para recomponer su relaci¨®n
Al paso que lleva, Francisco visitar¨¢ pr¨¢cticamente todos los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina antes de viajar al suyo, Argentina. Lo ha rodeado: ha estado ya en Brasil, Paraguay y Bolivia. Tambi¨¦n fue a M¨¦xico y apunta la posibilidad de visitar Colombia. Pero no ha vuelto a pisar su ciudad, Buenos Aires, desde que viaj¨® al c¨®nclave de marzo de 2013 que lo eligi¨® Papa. Y sin embargo, Francisco vive muy pendiente de su Argentina natal. Y los argentinos de ¨¦l. Sigue de cerca el f¨²tbol y la vida argentina, pero sobre todo la pol¨ªtica.
Francisco, coinciden todos los que le conocen, es un cura de barrio con una gran vena pol¨ªtica. Siempre le ha interesado el poder y siempre ha ejercido su influencia con t¨¦cnicas pol¨ªticas. Nadie duda en Argentina de que el Papa es un "peronista puro", un admirador de Per¨®n fascinado por la pol¨ªtica. Lo que se discute ahora es si se ha hecho kirchnerista, una de las en¨¦simas versiones del movimiento. La respuesta m¨¢s extendida es que no, ni de lejos. Francisco no quiere atarse a ning¨²n sector y lanza gestos a un lado y al otro, al m¨¢s puro estilo peronista.
En este contexto, Mauricio Macri, el presidente, con quien ha mantenido una relaci¨®n compleja en los ¨²ltimos meses ¡ªno lo llam¨® para felicitarlo por su victoria y fue ¨¦l quien tuvo que descolgar el tel¨¦fono¡ª lleg¨® este viernes a Roma para reunirse el s¨¢bado con el Papa y tratar de bajar esa tensi¨®n con el mundo macrista, que hace unos a?os ve¨ªa a Bergoglio como un referente del antikirchnerismo y ahora lo mira con recelo. Todos se lo quieren apropiar. Macri ha cuidado los detalles y ha viajado hasta Roma con su esposa, Juliana Awada, pero tambi¨¦n con un referente de la oposici¨®n peronista como el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. Todo medido.
Con el Papa en Argentina todo es alta pol¨ªtica. Su influencia es enorme. Tanto que los analistas consideran clave para la victoria de Macri que la iglesia argentina, obviamente a la ¨®rdenes del Papa, se movilizara en la provincia de Buenos Aires contra el candidato kirchnerista, An¨ªbal Fern¨¢ndez, a quien se acusaba de tener v¨ªnculos con el narcotr¨¢fico. Una contradicci¨®n m¨¢s: el Papa peronista ayud¨® a la derrota del peronismo. As¨ª es Argentina. El Papa estaba muy cerca de Daniel Scioli, el candidato a la presidencia del kirchnerismo, pero muy lejos de Fern¨¢ndez. Y la guerra dentro del propio peronismo tambi¨¦n contribuy¨® a su derrota.
Esa enorme influencia tambi¨¦n provoca que en Argentina, su patria, el Papa reciba cr¨ªticas m¨¢s duras que en ning¨²n otro pa¨ªs del mundo. Los cat¨®licos fieles a Macri, a los que el presidente trata de tranquilizar con este viaje de reencuentro con Bergoglio, est¨¢n indignados por la cercan¨ªa que el Papa muestra con personajes como Milagro Sala, una dirigente social ultrakirchnerista ahora encarcelada. Francisco le mand¨® un rosario bendecido y la pol¨¦mica alcanz¨® tal nivel que el rector de la Universidad Cat¨®lica, un portavoz oficioso, tuvo que explicar que se trataba solo de un acto piadoso sin intenciones pol¨ªticas. La iglesia busc¨® la liberaci¨®n de Sala antes de que Macri llegara a Roma, pero no sucedi¨® y ahora todos se preguntan si Francisco se animar¨¢ a pedir la excarcelaci¨®n en la cita a solas con el presidente.
El Papa habla con todo el mundo y ¨²ltimamente transmite el mismo mensaje a quienes le escuchan: est¨¢ cansado de la pol¨ªtica argentina, tiene problemas m¨¢s importantes en Roma y quiere que le dejen tranquilo. Pero no parece factible. A ¨¦l le gusta tanto la pol¨ªtica de su pa¨ªs ¨Cy casi todo lo dem¨¢s- como a sus paisanos las teor¨ªas que ven al Papa detr¨¢s de cada movimiento de fondo de las batallas locales. Todos los caminos argentinos conducen ahora a Roma. Macri y Bergoglio lo saben y este s¨¢bado lo probar¨¢n.
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