Extra?as noticias orientales

A veces llegan buenas noticias de Oriente. Raro, realmente. Este es el caso de las elecciones iran¨ªes del viernes pasado, en las que los candidatos moderados y reformistas vencieron en las elecciones para el Majlis o Parlamento y, lo que es quiz¨¢s m¨¢s significativo, para la Asamblea de Expertos, instituci¨®n formada por 88 cl¨¦rigos y juriconsultos que velan por la sucesi¨®n del Gu¨ªa Supremo, actualmente el ayatol¨¢ Ali Jamenei, de 76 a?os.

Y m¨¢s raro es, todav¨ªa, que sean precisamente las urnas las portadoras de buenas noticias en una regi¨®n m¨¢s favorable a las decisiones autocr¨¢ticas que a las tomadas por los ciudadanos en elecciones democr¨¢ticas. La mayor noticia en s¨ª misma es que haya urnas en Ir¨¢n, que no sean un mero expediente para maquillar al poder en plaza y que sean incluso un elemento de transformaci¨®n, lo que quiere decir que, con todas las limitaciones que se quiera, en el pa¨ªs persa est¨¢ naciendo algo similar a una democracia, a pesar de que sea un r¨¦gimen autoritario tan extra?o y laber¨ªntico.

Hab¨ªa mucho escepticismo, debido sobre todo al f¨¦rreo control que ejerce el Consejo de Guardianes, el organismo controlado por el Gu¨ªa Supremo, que tiene la potestad de vetar a los candidatos electorales. La victoria de los moderados y reformistas tiene un mayor significado e indica una mayor conciencia de los 33 millones de electores, a la vista de la descalificaci¨®n en masa de candidatos que han realizado los 12 miembros ultraconservadores del Consejo, que dejaba menos opciones a la hora de optar por una u otra papeleta.

Con un Majlis m¨¢s centrado, el presidente Hasan Rohan¨ª podr¨¢ gobernar m¨¢s c¨®modamente, pero con una Asamblea de Expertos con menos elementos ultras cabe la posibilidad de que la sucesi¨®n de Jamenei, muy pr¨®xima si atendemos a su edad y salud, recaiga en una personalidad al menos moderada o directamente reformista, o incluso en alguien como el mismo Rohan¨ª, que ha protagonizado la actual apertura de Ir¨¢n al mundo.

Si estas elecciones son un aval a su gesti¨®n aperturista y una renovaci¨®n de la confianza popular que recibi¨® en las elecciones presidenciales de 2013, tienen adem¨¢s un cierto car¨¢cter plebiscitario, reforzado por la coincidencia por primera vez de la renovaci¨®n del Majlis con la de la Asamblea de Expertos, que permite leer los resultados como un impulso y una garant¨ªa para el acuerdo nuclear firmado el pasado a?o y plenamente aplicado desde el 16 de enero, cuando se levantaron las sanciones al comprobarse su pleno cumplimiento.

Buena noticia para Rohan¨ª, pero tambi¨¦n para Obama, que recibe una confirmaci¨®n de su pol¨ªtica de apertura hacia Ir¨¢n y espec¨ªficamente su opci¨®n por combinar sanciones y diplomacia, en vez de la guerra y el cambio de r¨¦gimen que propugnaba su antecesor en la Casa Blanca. Y mala para los vecinos saud¨ªes. La alegr¨ªa de unos es el desconsuelo de los otros. Teher¨¢n est¨¢ ganando a Riad la partida de las relaciones p¨²blicas internacionales, despu¨¦s de ganarle la partida nuclear, mientras se enfrentan por procuraci¨®n en las guerras de Siria y Yemen. Pero en este caso Ir¨¢n gana con el ejemplo. Nada temen m¨¢s las monarqu¨ªas del Golfo que la idea misma de un gobierno democr¨¢tico, a la que los iran¨ªes van acerc¨¢ndose peligrosamente con esta especie de sigilosa y prudente transici¨®n que quiere empezar a dar sus primeros pasos.