El Chapo no aguanta el encierro en M¨¦xico y pide negociar con Estados Unidos
El narco ha pedido a sus abogados que agilicen los tr¨¢mites para iniciar su extradici¨®n
Encarcelado desde el pasado 8 de enero, El Chapo Guzm¨¢n ha pedido a sus abogados que agilicen los tr¨¢mites para iniciar su extradici¨®n a Estados Unidos. La camisa de fuerza que el Gobierno le ha puesto a Joaqu¨ªn Guzm¨¢n le incomoda. El escurridizo l¨ªder del cartel de Sinaloa asegura sufrir un ataque repentino de claustrofobia. Su abogado, Jos¨¦ Refugio, dice que le ha pedido que negocie un pacto con EE UU: ¡°Es posible llegar a un acuerdo all¨¢. Buscar¨ªamos negociar la pena para que fuera m¨ªnima y que no fuera encerrado en una c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad¡±.
Acostumbrado a la vida en el monte, rodeado de gallinas y vacas, o a casas confortables como en la que lo atraparon la ¨²ltima vez, con televisi¨®n por cable y comida china a domicilio, la c¨¢rcel del Altiplano es un lugar sombr¨ªo para El Chapo. Uno de sus abogados, Jos¨¦ Refugio, lo describe por tel¨¦fono como un preso inquieto y febril, ¡°abatido¡±, que no aguanta el encierro. En un acto desesperado, dice que le ha pedido que negocie un pacto con Estados Unidos, un lugar donde, a priori, no quiere poner un pie ning¨²n narcotraficante. El proceso de extradici¨®n, pese a todo, necesita del visto bueno del Gobierno mexicano.
Refugio no puede ejercer en el pa¨ªs vecino, por lo que dice estar buscando un colega que pueda ocuparse del caso al otro lado de la frontera. El proceso, indica, empezar¨¢ la pr¨®xima semana. Sobre el l¨ªder del cartel de Sinaloa pesan dos ¨®rdenes de extradici¨®n, una proveniente de una corte del sur California y otra de un tribunal del oeste de Texas. Lo buscan por homicidio, delitos contra la salud, tr¨¢fico de armas y asociaci¨®n delictiva, suficiente para que pudiera ser condenado a cadena perpetua en el caso de que el jurado lo encontrara culpable. Sin embargo, el abogado cree que cooperando con la justicia (¡°si fuera en realidad responsable de esos delitos¡±, matiza) a cambio podr¨ªa obtener algunos beneficios, como no ser recluido en una Supermax, las inflexibles prisiones de alta seguridad de EE UU, y tener una fecha concreta de liberaci¨®n, por muy lejana que sea.
En caso de seguir esta v¨ªa, el Chapo emprender¨ªa un proceso similar al de Osiel C¨¢rdenas, el l¨ªder del cartel del Golfo que fue sentenciado en Houston a 25 a?os de prisi¨®n, en un juicio casi secreto celebrado en 2010. El capo que cre¨® Los Zetas, el grupo de soldados de ¨¦lite desertores que despu¨¦s sembrar¨ªa el terror en M¨¦xico, enfrent¨® cargos por lavado de dinero, tr¨¢fico de drogas y amenazas a agentes federales. Seg¨²n su ficha carcelaria, el hombre al que apodaban el Mata-amigos por haber asesinado a su socio m¨¢s cercano, saldr¨¢ libre en 2025.
El funcionario mexicano que se ocupa de que El Chapo no vuelva a escaparse es Renato Sales. El comisionado Nacional de Seguridad, poeta y jugador de ajedrez, asegur¨® esta semana que no se est¨¢n violando sus derechos, como viene denunciado la madre de dos de sus hijos, Emma Coronel. Sales justific¨® el estrecho marcaje y la vigilancia durante las 24 horas que realizan los carceleros sobre un preso que se ha fugado en dos ocasiones, la ¨²ltima de esta misma prisi¨®n en la que est¨¢ recluido. ¡°Por sentido com¨²n est¨¢ sujeto a medidas especiales¡±, argument¨®.
Tras ser detenido el 8 de enero en Los Mochis, Sinaloa, despu¨¦s de un periodo de seis meses de evasi¨®n que aprovech¨® para dar una entrevista al actor Sean Peann o conocer en persona a la actriz Kate del Castillo, el narcotraficante ingres¨® otra vez al Altiplano. All¨ª le esperaba un r¨¦gimen f¨¦rreo. C¨¢maras de seguridad, sensores t¨¦rmicos a cada paso que da, perros que prueban su comida y guardias que a su vez son vigilados por otros guardias. Un Gran Hermano que, en teor¨ªa, le imposibilita escuchar narcocorridos en la radio, tener un iPad o esperar pacientemente durante meses a que su gente construya un t¨²nel, toda una obra de alta ingenier¨ªa, por el que huya subido a una moto que camina por ra¨ªles, como ocurri¨® la otra vez. Esta vez parece no haber posibilidades de fuga.
El enclaustramiento ha alarmado a los suyos. Emma Coronel sostiene que en la celda no tiene privacidad para ir al ba?o y que los vigilantes le despiertan cada poco tiempo, lo que seg¨²n ella podr¨ªa provocarle un infarto. Adem¨¢s, cree que existe un complot para asesinarle. El abogado dice estar preparado para iniciar la negociaci¨®n con Estados Unidos, aunque muestra reticencias: ¡°Evidentemente tendr¨ªamos que llegar a un buen acuerdo. No llevarlo de Guatemala a Guatepeor¡±.
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