Kate del Castillo ante El Chapo: ¡°?l me atravesaba con la mirada, yo me sent¨ªa morir¡±
La actriz publica el relato, rosa y exculpatorio, de su reuni¨®n clandestina con el mayor narcotraficante del mundo
Kate del Castillo palpita, empalidece, suda y siente las sienes estallar. Primero es al recibir un mensaje de los abogados de?El Chapo, luego por el proyecto de rodar una pel¨ªcula juntos, finalmente por cruzar la mirada, su mirada, con el mayor narcotraficante del mundo. ¡°Miniinfarto, me quiero morir¡±. El relato de la actriz mexicana Kate del Castillo, publicado este domingo en la revista Proceso, sobre su relaci¨®n y encuentro con el l¨ªder del c¨¢rtel de Sinaloa es un viaje en rosa profundo. Una almibarada sucesi¨®n de recuerdos, sensaciones y efusiones l¨ªricas que obvian, al igual que hizo su camarada de periplo Sean Penn, el lado oscuro de la bestia. Los asesinatos en masa, la tortura de polic¨ªas y sicarios, la aberraci¨®n criminal en el que se hundi¨® Ciudad Ju¨¢rez y gran parte de M¨¦xico por la codicia de Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera.
Hoy, la verdad. No dejes de leer @revistaproceso con mi ¨²nica versi¨®n, sin editar. #VeritasLuxMea #miversion
— kate del castillo (@katedelcastillo) March 13, 2016
Largamente esperado, el texto de la actriz que alcanz¨® la fama por su interpretaci¨®n de la sensual y mort¨ªfera Teresa Mendoza en el culebr¨®n La Reina del Sur, supone una decepci¨®n para los buscadores de novedades judiciales. En su af¨¢n por disipar las sospechas de connivencia, pasa de puntillas por sus arrebolados mensajes con el narcotraficante ?¨Cel mismo que le lleg¨® a decir ¡°te cuidar¨¦ m¨¢s que a mis ojos¡±¨C, e intenta reducir todo el engrudo a una relaci¨®n profesional en la que no hubo contraprestaci¨®n. ¡°Mi intenci¨®n fue siempre hacer una pel¨ªcula. Nunca he recibido dinero del se?or Guzm¨¢n ni para la realizaci¨®n del proyecto, ni para la empresa tequilera Honor del Castillo. Es por esto que mi declaraci¨®n se realizar¨¢ cuando mis defensores determinen que existen garant¨ªas legales para ir a rendirla a M¨¦xico¡±, escribe.
Enrocada en estos argumentos, Del Castillo hilvana su historia secreta. Un relato que arranca, con un toque irremediablemente kitch, en 2012 tras un l¨¢nguido crucero familiar que sumi¨® a La Reina del Sur en profundas reflexiones: ¡°?Qu¨¦ puedo hacer para ayudar? ?D¨®nde hemos fallado como mexicanos? Lo m¨¢s f¨¢cil es echar la culpa a los gobernantes, pero el cambio tambi¨¦n empieza por uno mismo¡±. Fruto de estos pensamientos, lanz¨® una serie de tuits que se resumieron para la posteridad en estas frases: ¡°Se?or Chapo, ?no estar¨ªa padre que empezara a traficar con el bien? An¨ªmese Don, ser¨ªa usted el h¨¦roe de h¨¦roes, trafiquemos con amor, usted sabe c¨®mo¡±.
El mensaje desat¨® una oleada de cr¨ªticas. Su tono condescendiente, incluso servil ante el criminal, fue considerado una traici¨®n en un pa¨ªs inmerso en la vor¨¢gine de la lucha contra el narco. Pero la actriz, como recalca en su texto, se mantuvo firme: ¡°?Por qu¨¦ disculparme? ?Qu¨¦ pasa con la libertad de expresi¨®n? Ser¨ªa autocensurarme. Algo me dec¨ªa que me ten¨ªa que mantener fuerte y leal a mi pensar¡±.
Tres a?os despu¨¦s, con El Chapo ya encarcelado, lleg¨® la hora de la cosecha. A trav¨¦s de su madre, los abogados del l¨ªder del c¨¢rtel de Sinaloa, se pusieron en contacto con ella por mail. ¡°Mi coraz¨®n se par¨® por unos segundos antes de empezar a batir a una velocidad incre¨ªble. Creo que de hecho tuve un mini-infarto. Empec¨¦ a sudar, palidec¨ª, mis manos temblaban¡±. Aquel correo devino en una reuni¨®n en Toluca, donde una agitad¨ªsima Kate del Castillo se encontr¨® con los emisarios del se?or oscuro. Educados, sencillos, incluso lo suficientemente galantes como para acercarle la silla. As¨ª los describe la actriz, que asegura haber descubierto en esa reuni¨®n la admiraci¨®n que le profesaba el narcotraficante: ¡°El se?or Guzm¨¢n rehus¨® darle los derechos a todos¡ excepto a m¨ª. ??A m¨ª?! Darme los derechos de su vida¡ ??A m¨ª?! ?Por qu¨¦ yo?, les pregunt¨¦. ¡®Porque la admira, la respeta y conf¨ªa en usted plenamente. Le tiene respeto porque usted habla la verdad, no se anda con poses, por ese tuit donde a ¨¦l lo menciona, porque es valiente y porque quiere que act¨²e en su pel¨ªcula, ya que le gust¨® mucho su trabajo en La Reina del Sur¡±.
Est¨®mago en un pu?o. Garganta seca. Incredulidad, ¨¦xtasis y luego una aceptaci¨®n absoluta. El trato qued¨® cerrado en el reservado del restaurante de Toluca. Y ni siquiera la fuga de El Chapo, en julio de 2015, lo tumbar¨ªa. La huida, que Kate recibi¨® como una ¡°invasi¨®n de electricidad en las manos y los pies¡±, no hizo mella en los deseos de El Chapo. ¡°El se?or quer¨ªa que yo siguiera adelante con el proyecto¡±, cuenta la actriz. Dicho y hecho. Del Castillo contact¨® con Sean Penn ¨C¡°un fil¨¢ntropo, un activista, un ser humano de mirada limpia y transparente¡±, en palabras de ella¨C, a?adi¨® dos productores de su confianza y cerr¨® con los abogados del pr¨®fugo un encuentro en la clandestinidad. Todo reca¨ªa sobre ella. ¡°Ten¨ªa en mis hombros un peso gigante. Estar¨ªamos visitando al pr¨®fugo n¨²mero uno, gracias a la confianza que deposit¨® en m¨ª. ???Qu¨¦ presi¨®n tan cabrona!!!¡±.
Para el encuentro en el coraz¨®n de la Sierra Madre, La Reina del Sur se llev¨® un kit con una de sus pel¨ªculas (La misma luna), otra de Sean Penn (21 gramos), tequila, un libro de ella (Tuya) y otro de poemas de Jaime Sabines. Luego vino el viaje, ya relatado por Penn, y la anhelada reuni¨®n. ¡°Cuando finalmente le vi el rostro no lo pod¨ªa creer, en verdad era ¨¦l. Ya era de noche. De ah¨ª en adelante no pude quitar mi mirada del hombre que se hab¨ªa escapado por segunda vez de un penal de m¨¢xima seguridad¡±.
La descripci¨®n del encuentro es parca. La actriz termina r¨¢pidamente el cap¨ªtulo de la cena y de la conversaci¨®n, y s¨®lo detiene su aliento en el momento en que El Chapo la acompa?¨® a dormir. ¡°Caminamos por un pasillo, ¨¦l me tom¨® del brazo. El coraz¨®n me lat¨ªa a una velocidad que no sab¨ªa que era posible. En ese corredor, mientras me llevaba del brazo de Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera, no s¨¦ d¨®nde me sali¨® valor para hablar: ¡®Amigo, no se te olvide lo que te ped¨ª en mi tuit, t¨² puedes hacer el bien, eres un hombre poderoso¡¯. ?l me ve¨ªa con esa mirada penetrante que me atravesaba el cr¨¢neo. [¡] Tal vez mi voz estaba firme, pero todo dentro de m¨ª temblaba, me sent¨ªa una nada. Su mirada, que no me hab¨ªa quitado de encima, se clav¨® a¨²n m¨¢s en la m¨ªa. Mini-infarto, me quer¨ªa morir. Segundos que parecieron eternos, hasta que me contest¨®: ¡®Amiga, tienes una gran coraz¨®n, eso me parece muy bien¡¯. Yo segu¨ªa temblando por dentro, su mano en mi brazo me sirvi¨® para no desvanecerme. [¡] Me abraz¨® y se fue¡±.
A la ma?ana siguiente. Kate del Castillo regres¨® a Estados Unidos con Sean Penn. Acabado el viaje, para la actriz, seg¨²n sus propias palabras, empez¨® la verdadera pesadilla, la pretendida persecuci¨®n del Gobierno y la "manipulaci¨®n" de sus mensajes con El Chapo. Ahora, al mismo tiempo que el narcotraficante ha emprendido una intensa campa?a medi¨¢tica para mejorar sus condiciones en prisi¨®n, la actriz ha lanzado su ofensiva. Una entrevista en The New Yorker, su relato en Proceso y una pronta aparici¨®n en una cadena estadounidense. Kate palpita de nuevo.
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