Turqu¨ªa baila sola
El pa¨ªs parec¨ªa destinado a convertirse en una potencia regional mod¨¦lica, pero se le ha atragantado se estrategia exterior

De tener mil pretendientes a encontrarse bailando sola en un entorno hostil. Esa es la inc¨®moda situaci¨®n de Turqu¨ªa en Oriente Pr¨®ximo. Hace tan solo cinco a?os Turqu¨ªa cre¨ªa tener ante s¨ª una de esas oportunidades que pasan una vez en la vida. Dentro y fuera del pa¨ªs se dec¨ªa que iba a ser un modelo para las j¨®venes democracias ¨¢rabes y que incluso se convertir¨ªa en un nuevo l¨ªder regional. Ahora, cuando los turcos miran hacia el sur ya no ven una oportunidad sino un foco de problemas. Vecinos hostiles, centenares de kil¨®metros de frontera controlados por milicias kurdas o por la organizaci¨®n Estado Isl¨¢mico, Bachar El Asad en plena campa?a de rehabilitaci¨®n internacional y un Irak en descomposici¨®n. Del sur ya no llegan contratos e invitaciones sino refugiados (2,7 millones de sirios, seg¨²n ACNUR) y tambi¨¦n amenazas en forma de terrorismo y conflicto sectario.
Para Turqu¨ªa, 2011 fue un par¨¦ntesis o, peor a¨²n, un espejismo. En 2013 todo se torci¨®. El que iba a ser su gran aliado regional, el Gobierno islamista de Mohamed Morsi en Egipto, fue expulsado del poder tras la intervenci¨®n del Ej¨¦rcito. En Siria, el conflicto tom¨® un tinte cada vez m¨¢s sectario y adquiri¨® un alcance regional con la participaci¨®n directa de Hezbol¨¢ y el apoyo de casi todas las potencias regionales a alguno de los grupos en combate. En ese contexto Turqu¨ªa pod¨ªa acercarse a una Arabia Saud¨ª que intentaba articular un bloque sun¨ª pero a expensas de ponerse en contra a Ir¨¢n, un poderoso vecino del que depende para su suministro energ¨¦tico y con el que tiene fuertes lazos comerciales. Y no olvidemos que 2013 fue tambi¨¦n el a?o de las masivas protestas de Gezi. La represi¨®n contra los manifestantes hizo que Turqu¨ªa, en general, y Erdogan, en particular, perdieran popularidad entre los activistas y la sociedad civil del mundo ¨¢rabe. Tambi¨¦n dio la excusa a los aut¨®cratas de la regi¨®n para decirle a Ankara que dejase de darles lecciones.

Lo que empez¨® a torcerse entonces ha ido de mal en peor. El conflicto sirio ya es global y Turqu¨ªa est¨¢ directamente enfrentada con Rusia. Esta rivalidad se hizo evidente el pasado mes de noviembre con el derribo de un cazabombardero ruso que hab¨ªa entrado en espacio a¨¦reo turco durante 17 segundos. No fue solo una represalia por la violaci¨®n del espacio a¨¦reo, sino un intento por parte turca de decirle a Mosc¨² que estaba traspasando demasiados l¨ªmites en su apoyo a El Asad. Los turcos esperaban un respaldo un¨¢nime de sus socios de la OTAN. Y respaldo hubo, pero no fue entusiasta. Recordemos que, tras los atentados de Par¨ªs, Francia estaba llamando a las puertas del Kremlin para luchar conjuntamente contra el Estado Isl¨¢mico y que Obama necesitaba a Putin para encontrar una salida pol¨ªtica al conflicto sirio. Para acabar de rematar ese sentimiento de aislamiento, s¨®lo faltaba el apoyo que, con intensidad distinta, tanto rusos como norteamericanos est¨¢n brindando a los kurdos sirios del PYD. Un grupo que Ankara describe como una franquicia del PKK (el Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n) y, por consiguiente, como una amenaza directa para su seguridad.
A Turqu¨ªa se le han ido acumulando los problemas, dentro y fuera de casa. Oriente Pr¨®ximo se le ha atragantado. Su estrategia no ha dado los frutos que esperaba, sus aliados no han respondido como ella querr¨ªa y el pa¨ªs sufre unos niveles de terrorismo, violencia y tensi¨®n social que no se ve¨ªan en d¨¦cadas.
En esas estalla la crisis de los refugiados y, por fin, alguien vuelve a verla como un socio imprescindible. Estos d¨ªas Europa ha dado muestras de desesperaci¨®n y a Turqu¨ªa le ha faltado tiempo para ofrecerle una tabla de salvaci¨®n. Ante los europeos, Turqu¨ªa se muestra firme y poderosa pero se sabe d¨¦bil en Oriente Pr¨®ximo y teme verse sola. La necesidad es mutua, pero los turcos disimulan mejor.
Eduard Soler i Lecha es coordinador de investigaci¨®n en el CIDOB, think tank dedicado al estudio, la investigaci¨®n y el an¨¢lisis de temas internacionales.
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