Obama consolida la reconciliaci¨®n con Am¨¦rica Latina
El presidente de Estados Unidos quiere enterrar las heridas de la Guerra Fr¨ªa con el viaje a Cuba y Argentina
El presidente Barack Obama se siente c¨®modo en Am¨¦rica Latina. Es una de las pocas regiones donde puede moldear su legado sin el obst¨¢culo de la violencia terrorista, las tensiones geopol¨ªticas ni las injerencias de otras potencias. Diez meses antes de abandonar el cargo, viaja a Cuba y Argentina, entre el 20 y el 25 de marzo. Obama quiere consolidar la reconciliaci¨®n con el antiguo patio trasero donde, durante d¨¦cadas, se ha visto a Estados Unidos con recelo, si no odio. El legado es fr¨¢gil. El espectro de Donald Trump, el magnate que aspira a la Casa Blanca con un mensaje nacionalista y xen¨®fobo, sobrevuela el viaje.
Obama constata, al final de su presidencia, que las guerras de Oriente Pr¨®ximo tienen dif¨ªcil remedio. El giro hacia Asia, que al llegar al poder, en 2009, era la prioridad, ha quedado a medias. El presidente de EE UU, nacido en Haw¨¢i y criado en Indonesia, nunca ha sentido una conexi¨®n emocional con Europa, y en estos a?os de crisis econ¨®micas y cierre de fronteras, a veces Europa es para ¨¦l m¨¢s una molestia que un aliado fiable. En Am¨¦rica Latina, en cambio, Obama parece que juegue en campo propio. Aqu¨ª puede poner a prueba su doctrina de pol¨ªtica exterior, basada en la diplomacia y el multilateralismo, y en la voluntad de dialogar incluso con reg¨ªmenes adversos y admitir errores del pasado.
Desde el principio de la presidencia, Obama intent¨® desactivar el antiamericanismo, se?a identidad de cierta izquierda latinoamericana. Evit¨® caer en las provocaciones de l¨ªderes como el venezolano Hugo Ch¨¢vez y multiplic¨® los gestos de admisi¨®n de los pecados estadounidenses, desde guerras sucias a intentos de golpe de estado.
Cuba es el ejemplo m¨¢s refinado de la pol¨ªtica de di¨¢logo con viejos enemigos ¡ªla otra es el acuerdo nuclear con Ir¨¢n¡ª y, a la vez, el nudo que, al deshacerse, permite reconfigurar la posici¨®n de EE UU en todo el continente.
¡°Es dif¨ªcil exagerar la importancia y el papel de Cuba¡±, dice Michael Shifter, presidente del Di¨¢logo Inter-Americano, principal laboratorio de ideas sobre las Am¨¦ricas en Washington. El restablecimiento de las relaciones diplom¨¢ticas, en 2015, puso fin a m¨¢s de medio siglo de rivalidad. ¡°Toda la regi¨®n se ve desde otra ¨®ptica¡±, a?ade Shifter. La tesis de la Casa Blanca es que el deshielo con Cuba elimina un obst¨¢culo que imped¨ªa otros avances en Am¨¦rica Latina. Cuando un Castro, s¨ªmbolo de la oposici¨®n m¨¢s vehemente a la primera potencia, recibe con honores al presidente de EE UU en La Habana, como ocurrir¨¢ estos d¨ªas, el espantajo del imperialismo yanqui se desmorona.
Despu¨¦s de la visita a La Habana, Obama volar¨¢ el martes a Buenos Aires.
¡°Hay algo que une ambos viajes, y es la voluntad de normalizar unas relaciones que no eran tan buenas. Obviamente con Cuba eran muchos m¨¢s a?os¡±, dice Shifter. ¡°Con Argentina las relaciones bajo los Kirchner no fueron buenas¡±. Entre N¨¦stor Kirchner y su viuda, Cristina Fern¨¢ndez, la misma familia gobern¨® este pa¨ªs entre 2003 y 2015, hasta la victoria de Mauricio Macri el pasado noviembre. La Administraci¨®n Obama ve en Macri la oportunidad de abrir una nueva etapa en la relaci¨®n bilateral y sumar un aliado de peso, miembro del G-20 y potencia regional.
El anuncio, previsto en Buenos Aires, de la desclasificaci¨®n de documentos sobre el papel de EE UU en la dictadura argentina, conecta con el deseo de asumir los errores de la Guerra Fr¨ªa y pasar p¨¢gina, de cerrar p¨¢ginas dolorosas. Este ha sido un motivo recurrente de la presidencia de Obama, no s¨®lo en Am¨¦rica Latina.
La Casa Blanca cree que 2016 es el a?o del reposicionamiento de EE UU en el continente.
¡°M¨¢s all¨¢ de este viaje y de la apertura hacia Cuba y de la relaci¨®n con Argentina, tenemos el proceso de paz en Colombia, que podr¨ªa acabar con la guerra civil m¨¢s larga del mundo¡±, dijo, en v¨ªsperas del viaje, Mark Feierstein, responsable del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional. EE UU apoya las negociaciones entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC que puede acabar con otra guerra heredada de la Guerra Fr¨ªa. Feierstein incluy¨®, en la nueva pol¨ªtica americana de Washington, la ayuda estadounidense a Centroam¨¦rica y la renovada conexi¨®n con el Canad¨¢ del nuevo primer ministro, Justin Trudeau.
Por primera vez en d¨¦cadas, quiz¨¢ en la historia, un presidente de EE UU podr¨ªa pasearse hoy por toda Am¨¦rica Latina ¡ªincluso por pa¨ªses con los que la relaci¨®n es m¨¢s complicada, como Venezuela¡ª sin ser recibido con hostilidad. Pero este legado est¨¢ ligado a la figura del dem¨®crata Obama y a su visi¨®n del mundo. No es seguro que perdure despu¨¦s.
Una victoria de Trump en las elecciones presidenciales de noviembre amenazar¨ªa el legado. Trump se ha convertido en el favorito del Partido Republicano con un mensaje proteccionista y una ret¨®rica xen¨®foba. En ambos casos, el blanco de sus ataques son pa¨ªses o ciudadanos latinoamericanos. Trump encara la caricatura del estadounidense fanfarr¨®n, que confirma los peores prejuicios del antiamericanismo, y al mismo tiempo un tipo de pol¨ªtico, parad¨®jicamente, que evoca tradiciones caudillistas latinoamericanas: machista, fanfarr¨®n y autoritario.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.