Obama, Obamos
Empresas estadounidenses y nuevos hombres de negocios cubanos est¨¢n a favor de invertir en la isla
![El presidente cubano, Raúl Castro, la primera dama norteamericana, Michelle Obama, y el presidente estadounidense, Barack Obama, este lunes en La Habana.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/P5RC4PLNL5VAAXNRURV5SBLQ4Y.jpg?auth=4585c06cbdbe4de6a48cd0e07a38efc4cdb60900170c5331a0f67f10c4f738f9&width=414)
Cualquier cosa puede suceder, o nada, en estos d¨ªas locos que se viven en La Habana. Hace una semana larga, en un famoso restaurante privado de la capital un se?or con guayabera y acento cubanoamericano ped¨ªa a un camarero reunirse con el due?o del local. Quer¨ªa charlar con alguien con olfato que le alumbrara en una gesti¨®n complicada. El hombre dijo ser nieto del difunto magnate cubano del az¨²car Julio Lobo y quer¨ªa plantear en las alturas posibles proyectos conjuntos en las viejas tierras familiares, que hab¨ªa visitado ya y estaban desbaratadas. Aquellos no eran buenos d¨ªas para ver a nadie, con el viaje de Obama tan cerca y encima un concierto de los Rolling Stones y un desfile de Chanel en marcha, dijo el cuentapropista al descendiente de Lobo. Adem¨¢s, en medio de tanto evento deb¨ªa celebrarse un Congreso del Partido Comunista, el s¨¦ptimo, que ten¨ªa que definir el modelo de la Cuba futura y los l¨ªmites del proceso de reformas en momentos en que la generaci¨®n de Ra¨²l y Fidel Castro, ahora s¨ª, iba de retirada.
A?os atr¨¢s, la petici¨®n del nieto del Rey del Az¨²car hubiera sorprendido al due?o de esta paladar. Ya no. De un tiempo a esta parte ¡ªy sobre todo tras el 17 de diciembre de 2014, cuando Ra¨²l Castro y Obama iniciaron el deshielo¡ª, las visitas y proposiciones m¨¢s incre¨ªbles se han tornado normales en Cuba. ¡°Por aqu¨ª ha aparecido hasta el nieto de Meyer Lansky¡±, contaba recientemente Reinaldo Taladrid, conocido periodista de la televisi¨®n cubana y experto en las relaciones entre Washington y La Habana. Lansky fue lugarteniente del mafioso Lucky Luciano y durante a?os administr¨® los negocios del clan siciliano en La Habana, tambi¨¦n el hotel Riviera y su casino, un negocio millonario que termin¨® con el triunfo de la revoluci¨®n el 1 de enero de 1959. Al parecer el nieto de Lansky pretend¨ªa reclamar algo, pero, le explicaron, su abuelo hab¨ªa sido tan listo que para no tener problemas legales s¨®lo aparec¨ªa en los papeles como asesor de cocina del hotel, as¨ª que mal lo ten¨ªa para reclamar.
En este ambiente tan meneado, hasta Carlos Guti¨¦rrez, exsecretario de Comercio del Gobierno de George Bush y durante a?os presidente de la Comisi¨®n de Asistencia a una Cuba Libre, que abogaba por el derrocamiento del r¨¦gimen de Castro, fue entrevistado por Taladrid en la Mesa Redonda, el programa con m¨¢s carga ideol¨®gica de la televisi¨®n oficial, creado por el mism¨ªsimo Fidel Castro. Guti¨¦rrez, que ahora encabeza el Consejo de Negocios EEUU-Cuba, de la C¨¢mara de Comercio de ese pa¨ªs, se mostr¨® contrario al embargo y a favor de invertir en la isla, algo que por lo que apuestan hoy muchas empresas estadounidenses y por lo que claman los nuevos hombres de negocios cubanos.
Digamos que esta es la cara, o una de ellas, de la encrucijada hist¨®rica en que Cuba se encuentra. Pero sin salir del barrio de La Habana donde est¨¢ la paladar en que estos d¨ªas el nieto de Julio Lobo y Carlos Guti¨¦rrez pensaban en futuros negocios, cualquiera puede descubrir la cruz de la historia. ¡°Obama, Obamos¡±, dice en la calle Amistad el Chino, un mulato de Camag¨¹ey con los ojos rasgados que vive con un sueldo en moneda nacional. Su broma provoca las risas de sus tres compa?eros de domin¨®, que juegan en plena calle: ¡°Para los cubanos en nuestra situaci¨®n, con un salario sin poder adquisitivo y dos mil y una escaseces, largarte a Estados Unidos sigue siendo el ¨²nico plan para resolver los problemas¡±.
Los datos hablan: las entradas ilegales de cubanos a territorio norteamericano se han incrementado sensiblemente tras el anuncio del 17 de diciembre, y es por el temor de que la distensi¨®n acabe con la Ley de Ajuste cubano, que concede al a?o y un d¨ªa la residencia permanente a los cubanos que entran legal o ilegalmente a EE UU. El Chino lo dice muy claro: ¡°Ni espero nada de Obama, ni a m¨ª me va a resolver nada. El d¨ªa 22 se marcha y vuelta a empezar¡±.
Los cubanos con licencia para ejercer el trabajo por cuenta propia son ya medio mill¨®n, y otro mill¨®n m¨¢s los que laboran en el eufem¨ªsticamente llamado ¡°sector no estatal¡±, que incluye a cooperativistas, campesinos privados y otras categor¨ªas. En total, un 30% de la poblaci¨®n empleada. Si a ello se suman sus familiares, m¨¢s los empleados del sector tur¨ªstico, bendecidos por las propinas en d¨®lares, digamos que cerca del 50% de la poblaci¨®n puede estar en el lado amable de la cosa y beneficiarse a corto plazo de la apertura con Washington, seg¨²n los c¨¢lculos generosos de un economista cubano. A¨²n as¨ª¡ ?Qu¨¦ pasa con los otros 6 millones de cubanos?
Ese es el principal reto ahora para el Gobierno de Ra¨²l Castro, que despu¨¦s de 57 a?os de revoluci¨®n y de consignas antiyanquis, el deshielo y sus consecuencias no vayan a provocar en la isla un desaforado incremento de las desigualdades, de modo que la sociedad se parta. Que Cuba cambie s¨ª. Pero no ¡ªadvierten cada vez m¨¢s voces¡ª que la invasi¨®n de d¨®lares por llegar favorezca que regresen los tiempos y los modos de antes, cuando Meyer Lansky era el rey del mambo y Bola de Nieve cantaba aquello de: ¡°Con tanto ingl¨¦ que t¨² sab¨ªa / Bito Manu¨¦ / con tanto ingl¨¦ / no sabe ahora des¨ª ye¡¡±
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