Lecturas ¡®non sanctas¡¯
Algunas novelas sirven para entender realidades mejor que muchos reportajes
A veces un periodista puede ser ¨²til. Y tambi¨¦n peligroso, dice un personaje de la ¨²ltima obra de Vargas Llosa, Cinco esquinas (Alfaguara). No s¨¦ si un novelista tambi¨¦n pueda llegar a ser peligroso (muchos reg¨ªmenes autoritarios as¨ª lo han cre¨ªdo, para infortunio de escritores rusos, cubanos, africanos y un largo etc¨¦tera). Pero ciertamente un novelista puede ser incre¨ªblemente claridoso para hacernos entender realidades que se nos escapan por otras v¨ªas.
Que Sendero Luminoso cambi¨® las vidas de los peruanos y que Fujimori y su siniestro ministro Montesinos terminaron por descomponerlas, no es un misterio para nadie. Y no se necesita ser lector de peri¨®dicos para suponer que en la vida de todo venezolano hay un antes y un despu¨¦s de Ch¨¢vez. Pero ninguna estad¨ªstica o reportaje nos permite meternos en la piel, el cerebro y el coraz¨®n del ciudadano de a pie y experimentar con ¨¦l la manera en que le sucede la cosa p¨²blica, como lo hace una buena novela.
Si las infamias de Montesinos le tienen a usted sin cuidado, las transgresiones sexuales de Marisa y Chabela podr¨ªan ser de su inter¨¦s
Estos d¨ªas de asueto ofrecen una buena oportunidad para asomarnos a nosotros mismos por otra v¨ªa, la de la buena literatura. Sugiero, adem¨¢s del texto de Vargas Llosa arriba mencionado, la ¨²ltima de novela de Santiago Roncagliolo, La noche de los alfileres (Alfaguara) y la de Alberto Barrera Tyszka, Patria o muerte (Tusquets).
Cuatro amigos deciden contar los d¨ªas de pesadillas que vivieron a?os atr¨¢s, apenas adolescentes, y exhumar el no asesinato que cometieron. En aquellas noches de alfileres, entre cortes de luz y bombazos de Sendero Luminoso, decidieron rebelarse contra el bullying del que eran v¨ªctimas en la escuela, salir del cl¨®set, perder la virginidad y dejar atr¨¢s la pubertad. Lo que consiguieron es darnos de la mano del excelente Roncagliolo una historia de suspenso, a ratos comedia negra, a ratos un thriller; y casi siempre un vistazo nost¨¢lgico a nuestras propias adolescencias en esta realidad latinoamericana que se parece tanto, haya tenido lugar en Lima, M¨¦xico o Santiago.
Cinco esquinas no es La ciudad y los perros o Conversaci¨®n en la catedral, ni se plantea en qu¨¦ momento se jodi¨® Per¨² (como lo hace esta ¨²ltima), aunque s¨ª ofrece buenas pistas para entender porque el pa¨ªs logr¨® rescatarse a s¨ª mismo. Sin la ambici¨®n de sus obras cl¨¢sicas, esta nueva entrega de Vargas Llosa es un relato a medio camino entre la historia privada y er¨®tica de dos parejas maduras, y el relato de los inframundos del periodismo amarillista bajo las maquinaciones pol¨ªticas del peor fujimorismo. Como en sus obras m¨¢s recientes, el Premio Nobel explora el papel del h¨¦roe an¨®nimo, discreto y, sobre todo, insospechado, capaz de hacer volar el engranaje pol¨ªtico m¨¢s poderoso y perverso. Si las infamias de Montesinos le tienen a usted sin cuidado, las transgresiones sexuales de Marisa y Chabela podr¨ªan ser de su inter¨¦s. Una lectura non santa apropiada para estos d¨ªas.
Patria o muerte, de Alberto Barrera, pese a ser la m¨¢s breve de las tres novelas es la m¨¢s ambiciosa y le mereci¨® al autor el premio Tusquets del a?o pasado. Un acucioso y honesto fresco de la vida de la clase media venezolana poco antes de la muerte de Ch¨¢vez. Un m¨¦dico a punto del retiro, con una esposa ferozmente antichavista y un hermano castrista, afronta perplejo la manera en que la pol¨ªtica ha dinamitado la vida familiar; un periodista acosado por la miseria y conmocionado por tener en las manos un video comprometedor sobre la enfermedad de Ch¨¢vez; una ni?a de nueve a?os incomprensiblemente abandonada recurre a Internet para sobrevivir; una mujer que intenta recuperar su apartamento y apela a los gestores del mercado negro, ¨²nicos que pueden vencer a la burocracia. Un haz de trayectorias que muestra con esmero y sin moralinas ni manique¨ªsmos, la manera en que la microhistoria respira de manera tan insospechada bajo el manto de eso que llamamos historia patria.
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