Brasil, el gigante encorvado

Amanecer en Brasil es participar ao vivo de un cap¨ªtulo de suspenso en Netflix: todo puede pasar. Puede ir preso un ex diputado o el ex presidente de un partido pol¨ªtico o el due?o de un emporio de la construcci¨®n. Puede tambi¨¦n asumir un ex presidente como ministro, ser desplazado por una presentaci¨®n judicial y por otra regresar al cargo. Todo en 24 horas. Imposible aburrirse.

Para la sociedad brasilera el v¨¦rtigo de la pol¨ªtica actual es novedoso y enloquecedor. En las redes sociales la violencia simb¨®lica ha aumentado hasta plasmarse en hechos concretos en las calles. La palabra se hizo carne (en parte porque la mezquindad del di¨¢logo p¨²blico es colosal).

Lava-Jato es el nombre de una bomba que ya mostr¨® que tiene una esquirla para cada uno

Las "delaciones premiadas" de los implicados en la Operaci¨®n Lava-Jato han abierto la caja de Pandora del todos contra todos. Como en un estado primitivo de naturaleza animal cada actor se queda quieto, refugiado en la mata de su silencio, aguardando que una flecha lo roce: all¨ª comienza un movimiento precipitado para desprenderse de los hechos que lo cercan. De ser aprehendido todos saben que podr¨¢ involucrar a otros: en la prisi¨®n los c¨®digos ya no existen.

D¨ªas atr¨¢s la empresa Odebrecht, cuyo expresidente ya fue condenado, manifest¨® su firme deseo de colaborar con informaci¨®n sobre los destinatarios pol¨ªticos de las coimas. Muchos todav¨ªa no consiguen dormir. Se trata de una caza en territorio reducido.

Una buena porci¨®n de los votantes del PT ¡ªentre ellos muchos intelectuales universitarios influyentes¡ª est¨¢n decepcionados. En los 2000 defendieron el discurso ¨¦tico petista que atacaba la corrupci¨®n enquistada en el poder. La esperanza de un cambio estructural fueron tan altas que el dolor del desmoronamiento fue muy hondo. Seg¨²n las investigaciones, Lula aparecer¨ªa teniendo serias connivencias con empresas constructoras. El despilfarro visibiliza un drama regional que excede en mucho al PT: el financiamiento de la pol¨ªtica.

Ni la econom¨ªa ni los amigos ayudan. Un actor central en la historia del PT y su ex l¨ªder en el senado, el delator Delc¨ªdio do Amaral acus¨® a Dilma y a Lula de obstruir las investigaciones. En esta atm¨®sfera, la presidenta Dilma Rousseff ha optado por jugar cartas que parecen estar marcadas (por sus opositores). Ante la posible detenci¨®n de Lula, lo nombr¨® Jefe de la Casa Civil. El nombramiento sali¨® por la tarde en una inhabitual edici¨®n Extra del Bolet¨ªn Oficial. La celeridad fue casi una delaci¨®n.

La estrategia de Dilma de refugiarse en su n¨²cleo duro parece d¨¦bil en varios frentes: no consigue proteger a Lula, ni salvar al electorado del PT, ni resguardar a su propio mandato constitucional de los predadores. Hay quienes piensan que al nombrar a Lula, Dilma se suicid¨®: meti¨® al problema en la Casa de Gobierno. Ahora ella es el problema.

A decir verdad, la tarea es cicl¨®pea: Mensal?o, ¡°pedaladas fiscais¡±, Lava-Jato, Petrobr¨¢s, propiedades no declaradas, entre otros.

El martes en una brev¨ªsima reuni¨®n, el camale¨®nico PMDB, principal aliado del PT desde 2003, dej¨® la coalici¨®n y renunci¨® a todas sus posiciones de poder a nivel federal, incluidos los ministerios. Una periodista le pregunt¨® off the record a Cunha por qu¨¦ tardaron tres minutos en romper una alianza de 13 a?os. La respuesta informal: demoramos demasiado, un minuto bastaba.

Entretanto, el nombre del l¨ªder del PSDB, A¨¦cio Neves, que disput¨® la ¨²ltima elecci¨®n presidencial con Dilma, apareci¨® la semana pasada en las listas de lo que ser¨ªa la contabilidad paralela de la empresa Odebrecht. Esta empresa ten¨ªa un departamento espec¨ªfico dedicado a los negocios sombr¨ªos que alcanzan a otros pa¨ªses de Am¨¦rica Latina. Esto reci¨¦n empieza, va a haber que comprar m¨¢s pochoclo.

La estrategia actual del gobierno parece tener tres caminos. En primer lugar, intentar movilizar el sentimiento de las bases sociales del partido que veneran la figura de Lula. En segundo lugar, ir al choque contra los sesgos del poder judicial. En tercer lugar, seguir los libretos de campa?a del tambi¨¦n implicado Jo?o Santana: generar miedo mostrando que se trata de un Golpe de Estado sin ning¨²n tipo de matiz: ¡°Nosotros, la democracia que hay que cuidar¡± o ¡°Ellos, los golpistas de siempre¡±. La estrategia binaria de estos dos ¨²ltimos puntos es riesgosa y el PT deber¨ªa recordar que en la Argentina contempor¨¢nea no dieron resultado.

La frutilla del postre es que hay quienes manifiestan que ciertos pol¨ªticos desean lograr el impeachment de Dilma para luego frenar la investigaci¨®n del Lava-Jato que los compromete. Todo es posible en este chiquero.

Lava-Jato es el nombre de una bomba que ya mostr¨® que tiene una esquirla para cada uno. Es solo sentarse a esperar: el impacto llegar¨¢.

Nicol¨¢s Jos¨¦ Isola es Fil¨®sofo y doctor en Ciencias Sociales. Twitter: @NicoJoseIsola