Los expertos concluyen ahora que hubo fuego en el basurero de Cocula y ardieron al menos 17 cuerpos
El grupo de expertos hace p¨²blico su informe sobre el pol¨¦mico incendio en el basurero
Hay un fuego que M¨¦xico posiblemente nunca logre apagar. El debate sobre la hoguera del basurero de Cocula, donde supuestamente mataron y prendieron fuego a los 43 normalistas de Ayotzinapa, tom¨® este viernes un nuevo impulso. El grupo de expertos encargado de determinar si hubo tal incendio, puesto en duda por las familias de las v¨ªctimas y una comisi¨®n de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), hizo p¨²blico su informe. El estudio sostiene que en el lugar se registr¨® un ¡°evento de fuego controlado de grandes dimensiones¡±, donde ¡°al menos 17 adultos fueron quemados¡± y que existe la ¡°posibilidad¡± de que los 43 estudiantes ardieran ah¨ª, aunque para determinar este ¨²ltimo punto se requiera de una ¡°prueba a gran escala¡±.
Las conclusiones fueron le¨ªdas por uno de los especialistas encargados del estudio, Ricardo Dami¨¢n Torres, en la sede de la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica. Al acto, pese a su importancia, no asisti¨® ning¨²n miembro de la comisi¨®n de la OEA. Este equipo, conocido como GIEI, hab¨ªa rechazado la posibilidad de un incendio en Cocula. El descarte se bas¨® en el trabajo del perito internacional Jos¨¦ Torero, quien estableci¨® que en el basurero no se hab¨ªan hallado evidencias de que se hubiese quemado ni un solo cuerpo. La explosiva tesis, apoyada por las familias, puso contra las cuerdas la reconstrucci¨®n oficial. Si no hubo fuego, tampoco eran ciertas las confesiones de los supuestos asesinos y, como en un ¨¢rbol envenenado, deca¨ªa la mayor parte de la investigaci¨®n.
Los nuevos resultados, de los que no se ofreci¨® el informe y s¨®lo fueron enunciados, devuelven la iniciativa a la Procuradur¨ªa y dan un respiro a la vapuleada versi¨®n oficial. Un relato que sostiene que la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014, los estudiantes, tras ser capturados por la Polic¨ªa Municipal de Iguala, fueron entregados a los sicarios de Guerreros Unidos, que les asesinaron e incineraron en el rec¨®ndito vertedero de la vecina Cocula.
Pero la tranquilidad no durar¨¢ mucho. El ¨²ltimo an¨¢lisis dif¨ªcilmente devolver¨¢ el equilibrio a un caso que ha atormentado a M¨¦xico desde sus inicios. La impunidad y violencia desatada la noche de Iguala horroriz¨® a una sociedad harta de soportar los abusos del crimen organizado y su connivencia con el poder. La muerte trajo consigo la indignaci¨®n; y con ella emergi¨® la desconfianza. La precipitaci¨®n en las investigaciones y el rechazo de las familias, que a¨²n dan por vivos a los estudiantes, impidi¨® que la versi¨®n oficial prosperase. La postura del GIEI y de un equipo de forenses argentinos ahondaron estas dudas. El choque con las autoridades no se hizo esperar.
Para amainar la tormenta, cuyos devastadores efectos pol¨ªticos alcanzaron al mismo presidente, la Procuradur¨ªa abri¨® las puertas a un posible entendimiento: acord¨® con el GIEI la formaci¨®n de un equipo de seis expertos para analizar las trazas de fuego en Cocula y poner fin a la pol¨¦mica. El resultado fue presentado este viernes.
Y nuevamente lleg¨® el estallido. El GIE respondi¨® en un comunicado que el anuncio de las conclusiones fue decidido unilateralmente por la Procuradur¨ªa y que romp¨ªa los acuerdos entre ambas instituciones: ¡°El experto Ricardo Dami¨¢n Torres nos se?al¨® que no se hab¨ªa podido determinar si el hecho habr¨ªa ocurrido o no, y que el equipo necesitaba nuevos estudios y pruebas experimentales para determinarlo. Sin embargo, en su mensaje hizo alusi¨®n a partes del contenido de un informe provisional que ni siquiera han sido analizadas por el GIEI y, m¨¢s grave a¨²n, ni son de consenso de los expertos de fuego¡±.
Roto el pacto de trabajo, es muy posible que la comisi¨®n internacional propine un nuevo varapalo al Ejecutivo en su informe final. Su estancia se agota este mes y en su seno hay un profundo malestar ante lo que consideran manipulaciones del Gobierno. No estar¨¢n solos. Las familias tampoco dan por cerrado el caso. Y una parte importante de la sociedad mexicana ha quedado frustrada por los incesantes vaivenes de las pesquisas. Aunque lleguen nuevos resultados y se avance en la l¨ªnea oficial, la herida de Iguala a¨²n tardar¨¢ a?os en cicatrizar. La muerte, esa vieja amiga de M¨¦xico, a¨²n est¨¢ demasiado presente.
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