El golpe de las democracias
Conviene analizar cu¨¢ndo y d¨®nde empezaron a morir las democracias
Las encuestas son muy claras. Si hoy se celebrar¨¢n elecciones en Per¨², la candidata del partido Fuerza Popular, Keiko Fujimori, ser¨ªa presidenta. Conviene recordar que el d¨ªa que su padre, el expresidente Alberto Fujimori, dio un golpe de Estado, no lo hizo solo, porque los dictadores nunca lo est¨¢n.
Ahora, el Premio Nobel de Literatura, el peruano Mario Vargas Llosa ¡ªrival de Fujimori en los comicios generales de 1990¡ª muestra en su m¨¢s reciente novela Cinco esquinas c¨®mo la sociedad de Lima ped¨ªa a gritos un cambio.
Fujimori interpret¨® esa situaci¨®n a su manera y el 5 de abril de 1992 desat¨® la destrucci¨®n moral con un autogolpe, disolviendo el Congreso. Un escenario muy similar al que hoy se vive, con una sensaci¨®n de fracaso generalizado, estimulada por la tentaci¨®n del dictador frente a un sistema que hab¨ªa dejado de funcionar.
Ser dem¨®crata no puede significar un pasaporte para la ineficiencia, la corrupci¨®n y la ineficacia
En ese contexto, debemos entender que en ocasiones la dirigencia social ¡ªque no es lo mismo que los liderazgos morales de la sociedad¡ª busca a alguien que le haga el trabajo sucio, ignorando las consecuencias.
En los ¨²ltimos 100 a?os, hemos aprendido a condenar a los dictadores y sus golpes de Estado, pero pocos hemos desarrollado la capacidad de demandar eficacia y responsabilidad al ejercicio del poder en las democracias. Ser dem¨®crata no puede significar un pasaporte para la ineficiencia, la corrupci¨®n y la ineficacia.
Ahora, haciendo un recorrido por la historia, sabemos que existe el Per¨² de Lima y el Per¨² que representa el resto del pa¨ªs. Por eso, se puede comprender que un hombre de origen ind¨ªgena, como Alejandro Toledo, o uno de ascendencia japonesa, como Fujimori, lograsen vincularse m¨¢s con el pueblo que los arist¨®cratas lime?os siempre bien vestidos y bien educados.
En este momento, Per¨² decide perdonar a Fujimori porque es una manera de perdonarse a s¨ª mismo. No debe olvidarse que el expresidente no cay¨® ni fue detenido, sino que aprovech¨® un viaje oficial para establecerse en Jap¨®n ¡ªsu pa¨ªs de origen¡ª y desde all¨ª enviar un fax de dimisi¨®n al Congreso.
Per¨² decide perdonar a Fujimori porque es una manera de perdonarse a s¨ª mismo
Pero pese a todo, lo malo no s¨®lo fue Fujimori, sino tambi¨¦n el hecho de que los dem¨®cratas que sucedieron a los dictadores no tuvieron el cuidado necesario para atender las exigencias que implicaba la defensa de las democracias.
Sin lugar a dudas, es muy desafortunado que los seres humanos olviden las cat¨¢strofes provocadas por los salvapatrias, como los denomina la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. Pero es mucho peor que los dem¨®cratas bien intencionados no recuerden que la democracia tiene una obligaci¨®n que ya no cumple: la de ser eficiente en la defensa de los intereses de los ciudadanos.
Los seres humanos somos una mezcla de materia y sue?os. Cuando se impone la materia, pasan cosas como la renuncia enviada desde Jap¨®n. Pero cuando los sue?os son imposibles, muchas veces vale la pena morir en el intento de alcanzarlos. Y hoy, antes de arrancarnos las vestiduras con los Ch¨¢vez o con los Fujimori, conviene analizar cu¨¢ndo y d¨®nde empezaron a morir las democracias. El sistema est¨¢ en peligro porque no tiene modelos claros y porque al final los viejos nos empe?amos en asegurar que aquello en lo que cre¨ªmos y las instituciones que construimos a¨²n son suficientes. Y ahora nos enfrentamos a un problema parecido al de las democracias populares de la ¨¦poca comunista, que consideraban que su modelo era el correcto y el ¨²nico.
Por eso, si Keiko Fujimori gana las presidenciales, significar¨¢ que Per¨² ha decidido perdonarse a s¨ª mismo.
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