La leyenda nazi que fich¨® el Mosad
Otto Skorzeny fue esencial en la purga de cient¨ªficos alemanes que desarrollaban el programa militar egipcio
?Qui¨¦n rescat¨® a Benito Mussolini, retenido en el hotel Campo Imperatore, lugar rec¨®ndito de los Apeninos, e impidi¨® que fuera entregado a los aliados? El ejecutor de aquella haza?a ¡ªen la que miembros de una unidad de ¨¦lite de las Waffen SS lograron llevar sano y salvo al Duce a Viena, sin disparar un solo tiro¡ª no fue otro que Otto Skorzeny, comandante nazi que form¨® parte de la guardia personal de Hitler y que fue el ¨²ltimo en subir al aparato en el que trasladaron al dictador italiano.
A lo largo de la carrera militar de Skorzeny figuran varias condecoraciones por sus ¨¦xitos e incluso recibi¨® de manos del F¨¹hrer la Cruz de Hierro y el ascenso a coronel. Conocido durante la Segunda Guerra Mundial entre los aliados como ¡°el hombre m¨¢s peligroso de Europa¡±, su gran envergadura ¡ªmed¨ªa 1,93 metros y pesaba m¨¢s de cien kilos¡ª y la cicatriz que le cruzaba la parte izquierda de la cara no le impidieron pasar inadvertido y culminar con ¨¦xito muchas de las misiones que le encomendaron.
Pero, quiz¨¢s, su mayor ¨¦xito es tambi¨¦n uno de los secretos mejor guardados del Mosad, la agencia de inteligencia exterior de Israel, que al parecer lo fich¨® en los a?os sesenta para acabar con los que un d¨ªa fueron sus compa?eros en las filas del nazismo. Se entreg¨® a los estadounidenses 10 d¨ªas despu¨¦s de que Hitler se suicidase y, aunque sali¨® airoso de los juicios de Dachau, cuando los aliados estaban preparando todo para sentarlo de nuevo en el banquillo, en el proceso de N¨²remberg, logr¨® huir a Espa?a.
Skorzeny, como tantos nazis, encontr¨® su refugio en el r¨¦gimen de Franco y se instal¨® en Madrid, desde donde formaba parte de la direcci¨®n de Odessa, la organizaci¨®n que ayudaba a escapar a los nazis de los aliados pero, sobre todo, de los israel¨ªes y del cazanazis Simon Wiesenthal, enfrascados en una campa?a mundial de busca, captura y en algunos casos aniquilaci¨®n de los responsables del Holocausto jud¨ªo.
Fue en Madrid donde al parecer agentes del Mosad contactaron con el coronel nazi y donde lo ficharon, inicialmente para acabar con los cient¨ªficos alemanes huidos que trabajaban en el desarrollo del programa militar egipcio. Su perfil y sus contactos en Argentina, otro pa¨ªs refugio de nazis, donde fue guardaespaldas de Eva Per¨®n, y en Egipto, donde a finales de los a?os cincuenta trabaj¨® como asesor para el presidente Nasser, le hac¨ªan el hombre ideal para Isser Harel, en aquella ¨¦poca jefe del Mosad. El responsable de esta agencia vio en Skorzeny una oportunidad de oro para dar con los asesinos de m¨¢s de seis millones de jud¨ªos en los campos de exterminio nazi.
Seg¨²n la investigaci¨®n del corresponsal de la CBS en Washington, Dan Ravid, y del periodista israel¨ª Yossi Melman, de Haaretz ¡ªcoautores de varios libros sobre el espionaje israel¨ª y las agencias de inteligencia¡ª, fue el h¨¦roe nazi quien en 1962 asesin¨® en M¨²nich a Heinz Krug, uno de los cient¨ªficos alemanes que desarrollaba cohetes y misiles para el Gobierno de El Cairo, que Israel tem¨ªa que los egipcios utilizasen contra ellos. Skorzeny tambi¨¦n viaj¨® a El Cairo y recopil¨® todos los detalles sobre los cient¨ªficos alemanes. Sus direcciones e informaci¨®n personal fueron utilizadas, entre otras cosas, para enviarles paquetes bomba y eliminarlos.
Skorzeny escribi¨® una biograf¨ªa que ayud¨® a alimentar su mito, pero cuando muri¨® en Madrid, en 1975, se llev¨® a la tumba otra de las inc¨®gnitas a¨²n por resolver: si lleg¨® a participar o no, en 1960, en la operaci¨®n en la que el criminal nazi Adolf Eichmann, uno de los principales organizadores del genocidio jud¨ªo, fue secuestrado en una localidad cercana a Buenos Aires y trasladado a Jerusal¨¦n, donde se le juzg¨® y conden¨® a muerte.
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