El descenso en la llegada de refugiados concede un respiro a Angela Merkel
Berl¨ªn se aferra al cierre de la frontera exterior europea como ¨²nica soluci¨®n a la crisis migratoria
La pol¨ªtica de ofrecer ¡°una cara amable¡± a aquellos que huyen de la guerra o de la persecuci¨®n defendida por la canciller Angela Merkel es ya historia. Presionada por una opini¨®n p¨²blica cada vez m¨¢s cr¨ªtica y por la escasa voluntad de los pa¨ªses europeos de repartir la carga de refugiados, Alemania centra ahora todos sus esfuerzos en sellar la frontera exterior europea. Y este intento empieza a dar sus primeros resultados. Frente a las 120.000 personas que entraron en el pa¨ªs el pasado mes de diciembre, la cifra cay¨® en marzo a 21.000, seg¨²n los datos oficiales conocidos el viernes.
La paradoja es que este descenso es consecuencia directa de una decisi¨®n que Merkel critic¨® duramente: el cierre de la ruta de los Balcanes que Austria acord¨® a principios de marzo con los pa¨ªses de paso hasta Macedonia. Este bloqueo provoc¨® un fenomenal efecto tap¨®n en la frontera con Grecia y llev¨® a la canciller alemana a rechazarlo por considerar que descargaba toda la presi¨®n sobre Atenas. Pero Merkel empieza ahora a beneficiarse de sus efectos.
Los datos presentados en Berl¨ªn por el ministro del Interior, Thomas de Maizi¨¨re, dan lugar a muchas interpretaciones. Por una parte, las peticiones de asilo siguen en niveles alt¨ªsimos. Las m¨¢s de 180.000 solicitudes del primer trimestre ¡ªpresentadas en muchos casos por personas que llegaron a Alemania a lo largo de 2015¡ª suponen un incremento del 112% respecto al mismo periodo del a?o pasado.
Pero al mismo tiempo, las entradas han ca¨ªdo dr¨¢sticamente. Y con ello Merkel obtiene un alivio temporal y parece algo m¨¢s f¨¢cil lograr el objetivo al que ha ligado su supervivencia pol¨ªtica: reducir este a?o ¡°de forma considerable¡± la cifra de un mill¨®n de refugiados que acogi¨® Alemania en 2015. ¡°El problema no est¨¢ ni mucho menos solucionado, pero la presi¨®n se ha reducido¡±, asegura Josef Janning, jefe de la oficina berlinesa del centro de estudios European Council on Foreign Relations.
El pacto europeo con Turqu¨ªa para sellar la frontera griega, impulsado de manera personal por Merkel, tiene muchas grietas. Los expertos alertan que es cuesti¨®n de tiempo el que los traficantes de personas busquen nuevas rutas de entrada por el Mediterr¨¢neo. Pero el Gobierno alem¨¢n ya ha avisado de que, si eso ocurre, podr¨ªa buscar acuerdos con los pa¨ªses del norte de ?frica parecidos al sellado con Ankara. El gran agujero en este plan podr¨ªa ser Libia, un Estado al borde de la descomposici¨®n. "La gran complicaci¨®n del a?o pasado consist¨ªa en que la UE no ten¨ªa una idea clara sobre c¨®mo proteger nuestra frontera exterior¡±, dijo Merkel el jueves junto al presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, tras un Consejo de Ministros conjunto de los dos pa¨ªses.
¡°El pacto con Turqu¨ªa supuso un ¨¦xito para Merkel, porque le permiti¨® mostrar una salida que permitiera reducir los flujos de llegadas y que, al mismo tiempo, no consistiera en un cierre de fronteras como los que propugnaban Hungr¨ªa o Austria¡±, se?ala Janning.
M¨¢s cr¨ªtica es la polit¨®loga y antigua candidata socialdem¨®crata a la jefatura del Estado alem¨¢n Gesine Schwan, que reprocha a la canciller Merkel una creciente falta de solidaridad. ¡°Su Gobierno no ha sido nunca claro en su respuesta a la crisis migratoria. Oscilaba entre la pol¨ªtica de puertas abiertas y la intimidaci¨®n. Pero desde que sell¨® el pacto con Turqu¨ªa ha quedado claro que la intimidaci¨®n se ha convertido en el centro de su pol¨ªtica¡±, concluye la presidenta del laboratorio de ideas Humboldt-Viadrina.
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