Taiw¨¢n intenta hacerse o¨ªr en las disputas territoriales de los mares de China
El presidente saliente Ma Ying-jeou intenta dejar un legado de paz en la zona, ignorado por la comunidad internacional y que condiciona la pol¨ªtica exterior del pr¨®ximo gobierno
El 20 de mayo la presidenta electa de Taiw¨¢n, Tsai Ing-wen, se convertir¨¢ en la primera mujer que dirija los destinos de la isla autogobernada que China define como parte de su territorio. De esta manera, acabar¨¢n los ocho a?os de la administraci¨®n de Ma Ying-jeou, l¨ªder del nacionalista Kuomintang, partido cercano a los dictados de Pek¨ªn. En el ocaso de su mandato Ma ha realizado dos visitas muy significativas, una a la isla Taiping en el sur del mar de China ¡ªque no sent¨® nada bien a sus vecinos ni a Estados Unidos¡ª y otra el pasado s¨¢bado al islote Pengjia, cercano a las controvertidas islas Senkaku (llamadas Diaoyu en China) para poner de relieve sus iniciativas de paz en los mares de China.
El viaje de Ma a la disputada Taiping ¨CChina, Filipinas y Vietnam tambi¨¦n la reclaman como parte de su territorio¡ª pretend¨ªa servir como altavoz a la iniciativa de paz del mar del sur de China que el presidente taiwan¨¦s daba a conocer en mayo del a?o pasado: ¡°La idea central de mi propuesta es cambiar el enfoque de llegar a un acuerdo en las disputas territoriales a desarrollar los recursos de manera conjunta. A pesar de que la soberan¨ªa no se puede dividir, los recursos todav¨ªa se pueden compartir¡±. El segundo viaje, al que fue invitado EL PA?S, serv¨ªa para celebrar los tres a?os de un pacto pesquero con Jap¨®n y presentar un monumento conmemorativo de la iniciativa de paz para el mar de China oriental, tambi¨¦n propuesta por Ma.
Pengjia se encuentra a unos 140 kil¨®metros de las Senkaku, unas islas que se disputan Jap¨®n, China y Taiw¨¢n. En el peque?o islote, al que est¨¢ restringido el acceso a civiles, viven unas 20 personas. Uno de los guardacostas que cumple servicio en el accidente geogr¨¢fico cuenta que ¡°hay muy poco que hacer aqu¨ª, no hay playa¡± y prefiere no seguir hablando. Pese a la calma aparente, hay momentos de tensi¨®n. El pasado 2 de abril la guardia costera en la zona apresaba a 17 pescadores de la Rep¨²blica Popular China que faenaban de manera ilegal en aguas taiwanesas.
La cercan¨ªa a las islas controladas por Jap¨®n no fue una casualidad. Ma record¨® que gracias al acuerdo pisc¨ªcola con Jap¨®n en 2012 ¡ªconsecuencia de su iniciativa de paz para el mar de China oriental¡ª los taiwaneses ¡°sin sacrificar soberan¨ªa, han aumentado enormemente sus derechos pesqueros¡±.
El complejo estatus de Taiw¨¢n ¡ªChina no permite que la isla forme parte de organizaciones internacionales¡ª ha provocado que las demandas de su Gobierno sean silenciadas en los espacios de poder. Las propuestas de paz de Ma, adem¨¢s de ser dejadas de lado por los principales actores de las tensiones en los mares de China, condicionan la pol¨ªtica exterior del futuro gobierno de Tsai.
El pasado 30 de marzo la l¨ªder del Partido Democr¨¢tico Progresista (PDP) dej¨® claro durante una reuni¨®n con su hom¨®logo del Kuomintang que ¡°no habr¨¢ cambios en la postura del PDP sobre la soberan¨ªa de Taiw¨¢n en el mar del sur de China¡±. Semanas antes hab¨ªa rechazado la invitaci¨®n de Ma de viajar con ¨¦l a Taiping, seg¨²n los analistas para no molestar a Estados Unidos. Las declaraciones de Tsai ven¨ªan a remarcar la postura ambigua de su partido hacia la problem¨¢tica de la regi¨®n. Varios comentaristas justifican esta ambig¨¹edad por el dif¨ªcil equilibrio de poder al que tendr¨¢ que enfrentarse la futura presidenta.
Muchos analistas ven en las ¨²ltimas visitas del presidente taiwan¨¦s la necesidad de reafirmar un legado de paz que apenas secundan los vecinos de la regi¨®n. Barth¨¦l¨¦my Courmont, investigador titular del Instituto de Relaciones Internacionales y Estrat¨¦gicas (IRIS, en sus siglas en franc¨¦s), se?ala que ¡°las iniciativas de Ma permanecen limitadas por la falta de reconocimiento de Taiw¨¢n. Tanto Pek¨ªn como Tokio han rechazado la iniciativa de paz¡±. Sin embargo, Courmont tambi¨¦n a?ade que ¡°lo que importa es el nuevo acercamiento diplom¨¢tico basado en el multilateralismo, y en ese sentido la iniciativa de Ma pone a Taiw¨¢n en una posici¨®n particular, a diferencia de otros actores aferrados a posturas nacionalistas".
Mientras que la futura pol¨ªtica exterior del PDP para el mar del sur de China no parece estar bien definida, la estrategia hacia las Senkaku se vislumbra con m¨¢s sencillez. El experto Courmont opina que ¡°la pol¨ªtica de Tsai respecto a las Diaoyu no diferir¨¢ mucho de la postura de Ma, y que el nuevo Gobierno va a seguir la iniciativa de paz. Esta es una gran oportunidad para reafirmar la independencia de Taip¨¦i, algo de lo que Tsai es consciente¡±. La futura presidenta declaraba que "la postura del PDP sobre las Islas Diaoyu ha sido consistente y clara. Las islas Diaoyutai pertenecen a Taiw¨¢n".
Existe otra raz¨®n de peso por la que la nueva presidenta podr¨ªa seguir la estela del l¨ªder del Kuomintang en el mar de China oriental: la necesidad de reducir su dependencia con el lado continental. ¡°Esta iniciativa le da a Taiw¨¢n la oportunidad de mantener relaciones cercanas con Tokio y el PDP es particularmente consciente de la necesidad de aumentar la colaboraci¨®n con otros vecinos de la zona m¨¢s all¨¢ de la Rep¨²blica Popular China¡±, apunta Courmont.
La falta de voz en las instituciones internacionales de la isla autogobernada es uno de los obst¨¢culos a los que debe hacer frente Taiw¨¢n. Se espera que este a?o La Haya emita un veredicto sobre una disputa territorial entre China y Filipinas en el mar del sur de China, un conflicto en el que la Rep¨²blica de China (nombre oficial de Taiw¨¢n) no forma parte por su estatus internacional.
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