El narco impone su ley en la mitad de las c¨¢rceles mexicanas
Las prisiones sufrieron 2.110 incidentes violentos en 2015. Hay celdas para cuatro donde se hacinan 30, denuncia la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos
Narco, poder y c¨¢rcel. Esa es posiblemente una de las combinaciones m¨¢s explosivas de M¨¦xico. Y por lo que ha destapado la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos es bien f¨¢cil de encontrar. En el 54% de los centros penitenciarios analizados, los ¡°internos ejercen el control mediante la violencia sobre el resto de la poblaci¨®n¡±. Es decir, los c¨¢rteles imponen su ley en lugar del Estado. Un poder oscuro y sanguinario detr¨¢s del que figuran episodios como el mot¨ªn de Topo Chico, donde un enfrentamiento por el dominio de la prisi¨®n norte?a acab¨® en febrero pasado con 49 muertos, muchos decapitados.
El universo carcelario mexicano, con una poblaci¨®n cercana a los 250.000 reclusos, es lo m¨¢s parecido a un agujero negro a punto de colapsar. Las reiteradas promesas de reforma han ca¨ªdo en saco roto y su punta de lanza, el proyecto de ley de Ejecuci¨®n de Sanciones Penales, lleva tres a?os estancada. Frente a los anuncios de la Administraci¨®n, que reverdecen ante cada sacudida, la realidad aplasta cualquier esperanza. S¨®lo en 2015 se registraron 2.110 incidentes violentos: seis motines, 23 ¡°suicidios¡±, 55 casos de abuso, 54 asesinatos, 250 des¨®rdenes y 1.382 ri?as.
El aguafuerte no termina ah¨ª. El diagn¨®stico de la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos, basado en la visita de 130 de los 359 centros penitenciarios (36%), muestra carencias en todas las ¨¢reas: ¡°Las mayores deficiencias se refieren a la clasificaci¨®n entre procesados y sentenciados, hacinamiento, falta de actividades laborales y de capacitaci¨®n para el trabajo. Tambi¨¦n se identificaron como deficiencias importantes, la falta de personal de seguridad y custodia, as¨ª como la prevenci¨®n y atenci¨®n de incidentes violentos; es decir, no hay suficientes acciones para prevenir o atender incidentes como ri?as, lesiones, fugas, homicidios o motines¡±.
En el caso de la sobrepoblaci¨®n, advertida en el 54% de los centros revisados, el informe revela que en ¨¢reas ¡°donde deben convivir cuatro internos, llegan a encontrarse hasta 30¡±. Este hacinamiento se combina con ¡°zonas de privilegio¡±, donde los c¨¢rteles dictan las normas y que, seg¨²n los visitadores, son fruto de la dejaci¨®n de funciones ¡°en el ejercicio de la autoridad, situaci¨®n que favorece la violencia¡±.
El espanto, en un mundo erosionado por las enfermedades infecciosas y la marginalidad, se completa con la ausencia de ¡°programas para la prevenci¨®n de adicciones y de desintoxicaci¨®n voluntaria". Una carencia que junto con ¡°deficiencias en las condiciones materiales y de higiene de las instalaciones para alojar a los internos¡± revela el profundo desapego del Estado mexicano por sus c¨¢rceles, sobre todo en Nayarit, Quintana Roo, Guerrero, Hidalgo y Tabasco, las peor clasificadas.
¡°Los hechos no nos permiten concluir que el sistema penitenciario est¨¦ plenamente organizado y opere sobre una base de respeto a los derechos humanos, en donde el trabajo, la capacitaci¨®n para el mismo, la educaci¨®n, la salud y el deporte sean los medios que logren la reinserci¨®n social de las y de los internos, previniendo que reincidan¡±, concluy¨® eufem¨ªsticamente el presidente de la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos, Luis Ra¨²l Gonz¨¢lez P¨¦rez.
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