La cuadratura del c¨ªrculo
Cualquier cambio de perfil aperturista tras el congreso del Partido Comunista cubano ser¨¢ gradual
La normalizaci¨®n con Estados Unidos progresar¨¢ hasta el levantamiento del embargo si Cuba acomete reformas democr¨¢ticas, no previstas en la agenda del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), que se re¨²ne este fin de semana para actualizar una hegemon¨ªa de medio siglo y establecer las bases te¨®ricas del denominado Programa de Desarrollo Econ¨®mico y Social hasta el 2030. Ninguna conclusi¨®n del congreso facilitar¨¢ el tr¨¢nsito hacia un sistema de partidos, ni se privatizar¨¢n las empresas estatales, pero Ra¨²l Castro, primer secretario, parece consciente de que parciales liberalizaciones pol¨ªticas ser¨¢n bienvenidas por la comunidad internacional y retribuidas por la administraci¨®n Obama con nuevas licencias ministeriales para operar en Cuba. Por eso, m¨¢s all¨¢ de conceptualizar las medidas contra los problemas estructurales de la maltrecha econom¨ªa nacional, y dotar de mayor autonom¨ªa a las provincias, el congreso ponderar¨¢ cambios en el sistema electoral que regula la presentaci¨®n de candidaturas a diputados de la Asamblea del Poder Popular, el parlamento cubano, seg¨²n fuentes oficiosas.
Imposible la confirmaci¨®n oficial de esa supuesta apertura porque la opacidad es consustancial al funcionamiento del partido, las fuentes consultadas aventuran que si el congreso llegase a aprobarla, lo har¨ªa condicionalmente: prohibiendo las candidaturas de independientes con ¡°antecedentes contrarrevolucionarios¡± o penales, y acotando el proselitismo medi¨¢tico de los aceptados, pero no prohibi¨¦ndolo. Los mil delegados refrendar¨¢n propuestas precocinadas en el Bur¨® Pol¨ªtico: no legalizar¨¢n la competencia, ni el nacimiento de una leal oposici¨®n, ni tampoco la entrada en la liza parlamentaria de agrupaciones susceptibles de constituirse en plataformas antigubernamentales. Tratando de no romper costuras y mantener la cohesi¨®n de la nomenclatura civil y castrense, cualquier acuerdo congresual de perfil aperturista o innovador se implementar¨¢ gradualmente, apegado al m¨¦todo de prueba y error. El ministro encargado de las reformas y miembro del bur¨® pol¨ªtico, Marino Murillo, lo anticip¨® al se?alar que el documento central del encuentro partidista, la hoja de ruta de Cuba, ¡°no ser¨¢ est¨¢tico, sino din¨¢mico¡±: sus redactores maniobrar¨¢n sobre la marcha y podr¨¢n enmendarlo.
El c¨®nclave abordar¨¢ las prioridades de la mayor¨ªa de los 11,5 millones de cubanos, entre las que no figura la democracia, por desconocida, y s¨ª la vivienda, la producci¨®n de alimentos, carest¨ªa de la cesta b¨¢sica, los salarios, el transporte, y una enrevesada dualidad monetaria que causa distorsiones macroecon¨®micas y castiga al funcionariado que cobra en pesos y no recibe remesas en divisas. Nada se acordar¨¢ que ponga en peligro la estabilidad de un r¨¦gimen abocado a transformaciones sustantivas, algunas constitucionales, para adaptar Cuba a los nuevos tiempos, conciliar con los organismos multilaterales de cr¨¦dito, e insuflar aire a la normalizaci¨®n con Estados Unidos, que deber¨¢ resetearse con un nuevo presidente en la Casa Blanca.
El VII Congreso probablemente ampl¨ªe la libertad econ¨®mica y los m¨¢rgenes de actuaci¨®n del capital extranjero para generar riqueza y bienestar modernizando unos medios de producci¨®n p¨²blicos lastrados por el atraso, el centralismo y las plantillas desmotivadas. Conseguir esa prosperidad con el actual sistema, sin libertades de actuaci¨®n, es como intentar la cuadratura del c¨ªrculo. El gobierno porf¨ªa con la conversi¨®n de las empresas m¨¢s ruinosas en cooperativas y quiere atraer m¨¢s inversi¨®n extranjera, que a su vez reclama menos candados en la ley de abril de 2014 que regula su entrada.
El socialismo marxista-leninista, vigente en la isla desde 1962 hasta 2011, a?o en que el VI Congreso incorpor¨® la iniciativa privada en el sector de servicios, cambi¨® de nombre y encaja mejor con el apellido cubano hacia el capitalismo, a juzgar por la creciente incorporaci¨®n de elementos del mercado en el fracasado formato sovi¨¦tico. Las especulaciones sobre cambios pol¨ªticos son diversas: Ra¨²l Castro dejar¨¢ en 2018 la presidencia y su sustituto ser¨¢ ser ratificado en refer¨¦ndum, el parlamento se reunir¨¢ m¨¢s frecuentemente y debatir¨¢ leyes sin monol¨ªticos automatismos, y los candidatos a diputados podr¨¢n cruzar propuestas en debates p¨²blicos. Ni involuci¨®n, ni la democracia reclamada; tampoco el gatopardismo, imposible en pa¨ªs necesitado de cambios profundos para salir adelante.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.