Al Qaeda se extiende en ?frica occidental apoyada en el cantera subsahariana
Senegal est¨¢ en m¨¢xima alerta tras los atentados de Mal¨ª, Burkina Faso y Costa de Marfil, impulsados por la porosidad de las fronteras y la creciente radicalizaci¨®n
Hotel Radisson Blu de Dakar. Ocho de la ma?ana. Tres agentes controlan el movimiento de entrada y salida. En la Corniche Ouest y los Almadies, donde se encuentran los mejores establecimientos hoteleros de la ciudad, hay militares y gendarmes en cada rotonda. Situaci¨®n similar en Sally, uno de los grandes balnearios tur¨ªsticos de Senegal donde la presencia policial es notable. Los recientes atentados de Bamako (Mal¨ª), Uagadug¨² (Burkina Faso) y Grand Bassam (Costa de Marfil) han elevado la alerta ante un posible ataque terrorista en Senegal. El pasado 4 de abril, el presidente senegal¨¦s Macky Sall anunci¨® un incremento en los medios destinados a vigilancia y servicios de inteligencia. Para ello, cuenta con el apoyo de pa¨ªses como Francia, que ha financiado con 700.000 euros el Plan de Acci¨®n contra el Terrorismo, Estados Unidos o incluso Espa?a, que ha aportado formaci¨®n espec¨ªfica a trav¨¦s de la Guardia Civil a las fuerzas de seguridad en controles fronterizos, uno de los grandes desaf¨ªos para evitar infiltraciones de Mauritania y Mal¨ª.
De fondo est¨¢ la africanizaci¨®n de Al Qaeda, en pleno proceso de expansi¨®n por el ?frica occidental como gesto de fuerza en su competencia con Daesh (acr¨®nimo peyorativo en ¨¢rabe para referirse al Estado Isl¨¢mico o ISIS), y la constante penetraci¨®n de una interpretaci¨®n radical de la religi¨®n musulmana cada vez m¨¢s capaz de atraer a j¨®venes descontentos en pa¨ªses donde el islam fue siempre moderado.
Todo empieza y acaba en Mal¨ª. Durante m¨¢s de dos d¨¦cadas, el vasto y des¨¦rtico norte de este pa¨ªs se convirti¨® en el refugio natural de Al Qaeda del Magreb Isl¨¢mico (AQMI), un grupo terrorista de origen argelino que ha ido sumando a sus filas a un n¨²mero creciente de africanos procedentes de pa¨ªses como Mauritania, N¨ªger o la propia Mal¨ª. De hecho, la primera ruptura de AQMI se produce precisamente cuando estos nuevos adeptos se hartan del omn¨ªmodo poder de los argelinos y deciden crear, en 2011, el Movimiento para la Unicidad y la Yihad en ?frica Occidental (MUYAO). Pese a ello, ambos grupos siguieron cooperando y fueron los protagonistas de la ocupaci¨®n del norte de Mal¨ª durante 2012 junto a Ansar Dine, facci¨®n radical de los tuareg.
El investigador senegal¨¦s especialista en yihadismo Bakary Sambe pone precisamente el acento en la porosidad entre todos estos grupos y los rebeldes ¨¢rabes y tuaregs en el Sahel. ¡°La Operaci¨®n Serval (intervenci¨®n militar francesa en el norte de Mal¨ª en 2013) dispers¨® las fuerzas del yihadismo, pero no intervino contra otros grupos armados, como el Movimiento Nacional de Liberaci¨®n del Azawad (MNLA). Y el trasvase de miembros entre unos y otros es constante¡±, asegura. Durante esa operaci¨®n, el jefe de una de las brigadas m¨¢s importantes de AQMI, el incombustible traficante argelino Mojtar Belmojtar, cre¨® el grupo Los firmantes con Sangre que se acab¨® fusionando con MUYAO para crear una nueva franquicia de Al Qaeda vinculada a AQMI, Al Murabit¨²n.
Este grupo es el quebradero de cabeza de las fuerzas de seguridad y servicios de inteligencia de toda la regi¨®n. La sombra de Belmojtar est¨¢ tras los atentados del hotel Radisson Blu en Bamako en noviembre pasado, del ataque en la capital de Burkina Faso dos meses m¨¢s tarde y del tiroteo que cost¨® la vida a 19 personas en Costa de Marfil. En ocasiones act¨²an apoyados en otros grupos locales, como Ansar Dine o el Frente de Liberaci¨®n de Macina. Si bien decenas de j¨®venes mauritanos, malienses o senegaleses se han ido a Siria, Libia o Irak en los ¨²ltimos a?os para hacer la yihad en las filas de Daesh, que se impone en Libia o T¨²nez, lo cierto es que la batalla por el control de la actividad terrorista en ?frica occidental la va ganando Al Qaeda por goleada. No necesitan traer a muyahidines del norte, ahora los que empu?an las armas proceden de la creciente cantera subsahariana.
"Muchos j¨®venes se sienten m¨¢s atra¨ªdos por los radicales que utilizan las nuevas tecnolog¨ªas, YouTube, Internet, etc., para difundir un mensaje simple de odio a Occidente (...) una ideolog¨ªa port¨¢til que se transmite f¨¢cilmente"
Otro indicio de la africanizaci¨®n y emergencia del yihadismo es que los terroristas que han golpeado en Burkina y Costa de Marfil son cada vez m¨¢s aut¨®nomos del n¨²cleo duro argelino de AQMI. Seg¨²n asegura la investigadora Olga Bogorad en un reciente art¨ªculo publicado en el International Peace Institute, ¡°las redes locales permiten a AQMI extender su influencia sin que ello le suponga un gran coste en recursos humanos y financieros. La mayor asimilaci¨®n en sus pa¨ªses y regiones de origen hace que estas c¨¦lulas sean cada vez m¨¢s peligrosas. Su cantidad podr¨ªa crecer en 2016, fortaleciendo la capacidad de AQMI para inspirar y organizar ataques mortales en ?frica occidental¡±.
En Mal¨ª, la m¨¢xima autoridad religiosa del pa¨ªs, Mahmoud Dicko, es un reconocido predicador wahabita, en los barrios populares de Nuakchot florecen las mezquitas financiadas por Arabia Saud¨ª y en Senegal tres predicadores fueron detenidos hace unos meses por apolog¨ªa de la violencia. ¡°La ideolog¨ªa salafista est¨¢ aqu¨ª, por todas partes¡±, a?ade Sambe, ¡°es cierto que las hermandades religiosas de inspiraci¨®n suf¨ª senegalesas han sido un dique de contenci¨®n, pero necesitan modernizar su discurso y sus formas. Muchos j¨®venes se sienten m¨¢s atra¨ªdos por los radicales que utilizan las nuevas tecnolog¨ªas, YouTube, Internet, etc., para difundir un mensaje simple de odio a Occidente y de vuelta a la pureza de la religi¨®n lleno de f¨®rmulas m¨¢gicas, una ideolog¨ªa port¨¢til que se transmite f¨¢cilmente, de forma viral, atractiva para j¨®venes desencantados, como si fuera un nuevo sindicato de los desheredados¡±.
Si en Senegal se han disparado las alertas ante un posible atentado es porque este pa¨ªs ser¨ªa como la joya de la Corona para los terroristas: una de las pocas islas de estabilidad de la regi¨®n, sede de innumerables ONG, organizaciones regionales y agencias de Naciones Unidas y aliado incondicional de Occidente y de la lucha contra el terrorismo (desde la participaci¨®n en la Guerra de Golfo o en la Misi¨®n de Naciones Unidas en Mal¨ª, hasta el env¨ªo de tropas a Arabia Saud¨ª para luchar contra los rebeldes yemen¨ªes).
Sadio Gassama, de 25 a?os, y natural de Ziguinchor, en el sur de Senegal, estudiaba Medicina en la Universidad de Dakar. Sin embargo, en septiembre de 2015 decidi¨® unirse a Daesh y trasladarse a Sirte, donde ejerce, seg¨²n ha asegurado ¨¦l mismo en una entrevista concedida a Senenews, como ¡°m¨¦dico yihadista¡±. Su radicalizaci¨®n no tuvo lugar en un apartado centro de oraci¨®n del interior del pa¨ªs, sino en la mezquita de la Universidad, que se encuentra bajo la lupa de la polic¨ªa. Como ¨¦l al menos una decena de j¨®venes senegaleses se han unido a grupos terroristas. Que se sepa. ¡°Es dif¨ªcil que el wahabismo gane la batalla en este pa¨ªs, pero el problema son estos lobos solitarios¡±, culmina Sambe. ¡°Ning¨²n pa¨ªs est¨¢ a salvo¡±, insiste Macky Sall, poniendo la venda antes de la herida.
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