Colombia intensifica la lucha contra el tr¨¢fico de migrantes

Navegaban en una embarcaci¨®n artesanal, sin chalecos salvavidas. Iban uno casi encima del otro. Los 49 migrantes irregulares que fueron rescatados por la Armada de Colombia el pasado febrero se mov¨ªan por las aguas del Golfo de Urab¨¢, en el noreste del pa¨ªs, sin las m¨ªnimas condiciones de seguridad. Hab¨ªan llegado desde Cuba, Bangladesh y Nepal en la arriesgada traves¨ªa que ten¨ªa como destino final Estados Unidos. Un mes antes, 15 migrantes africanos hab¨ªan desaparecido en ese lugar, intentando hacer el mismo recorrido. La escena parece haberse vuelto parte de la cotidianidad de esa regi¨®n. Peque?as barcas repletas de gente, la mayor¨ªa sin saber una palabra en espa?ol y todos corriendo el riesgo de perderse en esa zona, la frontera entre Colombia y Panam¨¢, el punto de uni¨®n entre Centroam¨¦rica y Sudam¨¦rica.

Solo en los dos primeros meses de este a?o, las autoridades colombianas han deportado a 991 v¨ªctimas de tr¨¢fico de migrantes (424 m¨¢s que en el mismo periodo de 2015). La cifra podr¨ªa ser mayor porque muchos han podido terminar muertos o desaparecidos. Otros lograron llegar al final de su camino. El a?o pasado, las autoridades rescataron a m¨¢s de 200 e identificaron a 8.855 v¨ªctimas de estas redes, seg¨²n datos de Migraci¨®n Colombia.

La promesa de moverlos por el pa¨ªs puede costar 2.500 d¨®lares en peque?os trayectos y varias semanas de viaje. El costo de todo el recorrido, seg¨²n testimonios, var¨ªa de acuerdo con el origen. Mientras un ciudadano cubano debe pagar en promedio 10.000 d¨®lares, un ciudadano chino o africano debe entregar hasta 40.000. Al pa¨ªs tambi¨¦n le cuesta. En los dos ¨²ltimos a?os Colombia destin¨® m¨¢s de 300.000 d¨®lares en la deportaci¨®n de extranjeros que entraron al pa¨ªs de forma ilegal. ¡°Lo m¨¢s preocupante es que los migrantes irregulares son tildados en la mayor¨ªa de casos como delincuentes¡±, dice Claudia Quintero, directora de la Corporaci¨®n Anne Frank, que atiende a v¨ªctimas de trata y tr¨¢fico de personas.

Las cifras demuestran que en Colombia la migraci¨®n ilegal ha aumentado. Mientras en el a?o 2010, se detectaron 823 casos, en el 2015 la cifra creci¨® a m¨¢s de 8.000. ¡°Es necesario precisar que el n¨²mero de detenciones ha crecido en los ¨²ltimos a?os, gracias a que hemos intensificado los controles y al trabajo que venimos haciendo, de forma coordinada, entre autoridades¡±, se?ala Christian Kr¨¹ger, director de Migraci¨®n.

Desde 2014, cuando empez¨® a funcionar el Grupo de investigaci¨®n de antitrata y tr¨¢fico de personas en Colombia, se han hecho 49 capturas de miembros de esas redes. Tambi¨¦n, algunos integrantes de la misma instituci¨®n han estado involucrados, como c¨®mplices, en estos casos. Migraci¨®n se?ala que ¡°se han identificado redes que delinquen en varios pa¨ªses y otras que operan a escala local. A mayor complejidad de la operaci¨®n existe una mayor especializaci¨®n y tecnificaci¨®n en el desempe?o de los roles delictivos¡±. Por eso, se?ala la entidad, es dif¨ªcil determinar la responsabilidad individual de cada miembro de esas organizaciones, que algunas veces llegan a ¡°subcontratar¡± personas para desempe?ar un papel puntual en el peligroso trayecto. ¡°El recorrido de estas personas puede llegar a durar entre seis y ocho meses. Sin embargo, hemos detectado casos de extranjeros a los que les toma m¨¢s de dos a?os esta traves¨ªa¡±.

La mayor¨ªa de migrantes proviene de Cuba, Nepal y Somalia. Y es poco lo que se sabe sobre sus vidas. Casi todos son deportados a las pocas horas de haber sido encontrados y no se vuelve a saber nada de ellos. Desde la Corporaci¨®n Anne Frank han intervenido en varios casos para evitar deportaciones por cuestiones humanitarias. ¡°Pero la respuesta del Gobierno ha sido que no existe en el cat¨¢logo de visas en Colombia, ¡®la visa humanitaria'¡±, cuenta Quintero.

Los casos siguen. El fin de semana pasado fue detenido un ciudadano cubano que intentaba ¡°mover¡± a 15 personas desde el Amazonas, en Colombia, hacia Panam¨¢. Las autoridades lograron establecer que seis de ellos portaban documentos de identidad falsos, por los que las redes de tr¨¢fico cobran 500 d¨®lares. "Los migrantes quieren pasar, no quedarse. Han invertido todo para llegar a un sue?o, que se acaba cuando los regresan a sus pa¨ªses sin saber si all¨ª corren peligro", cuestiona Quintero. Las autoridades insisten en decir que se brinda la atenci¨®n humanitaria que necesitan, pero reconocen que se les pierde la pista apenas dejan Colombia.