Cae el tel¨®n, empieza el casting

Termin¨® el show, las eternas declaraciones, las amenazas veladas, la capacidad para volver persecuci¨®n la cr¨ªtica pero, sobre todo, termin¨® el uso del poder judicial para toda clase de fines menos los propios de su funci¨®n. Se acab¨® por ahora la megaloman¨ªa. Podr¨ªa pensarse con esto que termin¨® el per¨ªodo del procurador general de la naci¨®n, el conservador Alejandro Ordo?ez, pero el que finaliz¨® fue el del ahora exfiscal Eduardo Montealegre.

Lo que ocurre en Colombia es que hemos tenido en las dos entidades encargadas de la justicia disciplinaria y la penal respectivamente, personalidades muy similares desde orillas contrarias, uno que reza y otro empata, resquebrajando la institucionalidad en el momento en que el pa¨ªs necesita fortalecerla.

Nos movemos ante la amenaza visible de un ej¨¦rcito de m¨¢s de tres mil delincuentes conformado por exparamilitares y exguerrilleros y traficantes y pandilleros, y gatilleros

La elecci¨®n del pr¨®ximo Fiscal General de la Naci¨®n ocupar¨¢ las pr¨®ximas semanas la atenci¨®n de los colombianos, cuando el presidente Juan Manuel Santos env¨ªe a la Corte Suprema de Justicia una terna con los nombres de quienes considera llenan las requisitos para ocupar uno de los cargos m¨¢s importantes del pa¨ªs.

El pr¨®ximo fiscal no puede dejarse llevar por su propia vanidad porque terminar¨¢ como el que se fue: con la imposibilidad de hacer un balance de su propia gesti¨®n porque su protagonismo nubl¨® decisiones acertadas como fue entre otras intentar un modelo de investigaci¨®n basado en el contexto y la priorizaci¨®n. L¨¢stima que poco le sirvi¨® para advertir que no pod¨ªa burlar a los ciudadanos pagando sumas exorbitantes a asesoras y ex magistrados de tribunales que se vieron involucrados en su elecci¨®n. Tampoco le sirvi¨® para explicar sus negocios con la que termin¨® siendo la m¨¢s robada empresa de salud, Saludcoop.

Colombia camina sobre la esperada firma de un proceso de paz que crear¨¢ un tribunal de juzgamiento alternativo para guerrilleros, militares y civiles financiadores que hayan participado del conflicto, basado en lo restaurativo. Enfrenta el pa¨ªs desde la derecha, que lidera el procurador Ordo?ez, a los grupos antirestituci¨®n de tierras, base de la reconciliaci¨®n que busca devolver a las v¨ªctimas del despojo, sus territorios.

Nos movemos ante la amenaza visible de un ej¨¦rcito de m¨¢s de tres mil delincuentes conformado por exparamilitares y exguerrilleros y traficantes y pandilleros, y gatilleros, dispuestos a acabar con lo que sea necesario para defender sus negocios de droga, miner¨ªa ilegal, microtr¨¢fico en las ciudades, prostituci¨®n, armas¡­y todo a base de corrupci¨®n. Y seg¨²n el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, con apoyo desde las redes sociales, que por eso seg¨²n ¨¦l deben ser reguladas.

Est¨¢ demostrado que sin el concurso de algunos funcionarios, uniformados y pol¨ªticos locales no ser¨ªa posible el avance de las llamadas Bacrim que toman nombres y apellidos seg¨²n sus jefes Urabe?os, Rastrojos Usuga.

Los escogidos por el presidente no solo deben tener los pergaminos, casi todos tienen en sus hojas de vida innumerables posiciones ocupadas pero no todas honradas. En la preselecci¨®n de 16 si acaso se salvan unos 5, los otros y las otras, son en general figuras incoherentes, hasta aparece de candidata una ex fiscal de caso, que llev¨® preso al ex diputado Sigifredo L¨®pez porque su nariz se parec¨ªa a la del guerrillero de las FARC que organiz¨® el secuestro de ¨¦l y otros 11 diputados a quienes despu¨¦s asesinaron.

Hay escuderos, liquidadores poco eficientes, investigadores declarados insubsistentes, un soldado sin uniforme, herederos de antiguas administraciones, abogados litigantes de importantes bufetes, ministro y exministro.

Gran reto escoger una terna que ojal¨¢ tenga no solo una sino dos mujeres. Las hay valiosas en esa preselecci¨®n. Es urgente que quien resulte elegido/a por la Corte sea independiente del Gobierno y tenga una lucha decidida contra la corrupci¨®n. Capaz de transformar los procesos desde la investigaci¨®n, con t¨¦cnica y no desde los testimonios, que priorice los casos menos medi¨¢ticos. Alguien respetable tambi¨¦n, s¨ª, para la oposici¨®n, y sobre todo para los ciudadanos que no quieren ver m¨¢s fiscales recorriendo las calles del pa¨ªs con m¨¢s escoltas que Barack Obama.

No solo el presidente tiene un gran reto. Tambi¨¦n la Corte que debe elegir de entre los/las tres que les lleguen al mejor y no a quien les garantice puestos y contratos en la Fiscal¨ªa. Del fin de la impunidad en todos los niveles depende que Colombia sea un pa¨ªs en paz.

Diana Calderon es directora de informativos y de @hora20 de Caracol Radio Colombia. Twitter @dianacalderonf