Rousseff encara su D¨ªa D con pocas posibilidades de victoria
Su car¨¢cter intransigente y recto ha acarreado, entre otros factores, que el Congreso le d¨¦ la espalda.
El asesor de la presidenta confes¨® minutos antes de la entrevista: "Dilma Rousseff se crece con la presi¨®n. Cuanto m¨¢s la presionan, m¨¢s tranquila y centrada se siente. Es una cuesti¨®n de car¨¢cter". Despu¨¦s a?adi¨® dos consejos: "Hagan las preguntas de manera respetuosa. Si no, ella puede ser muy seca y responderles simplemente "no" o "s¨ª". "Y sean pacientes: ella es muy did¨¢ctica. Se sabe muy bien los temas. Puede hablar durante dos horas de la dureza del mineral volc¨¢nico que hay que atravesar para llegar a un yacimiento petrol¨ªfero". La presidenta brasile?a se la juega hoy, en su particular D¨ªa D. Hoy se podr¨¢ saber, con bastante seguridad, si Rousseff abandonar¨¢ el palacio antes de tiempo y por la puerta peque?a, expulsada por un Congreso hostil.
Hace un a?o su popularidad se despe?aba, su gesti¨®n econ¨®mica se com¨ªa a bocados su credibilidad y ganaba d¨ªa a d¨ªa enemigos en el hiperfragmentado y a veces surrealista Congreso brasile?o. Pero el impeachment era s¨®lo una confusa amenaza improbable, citada como una esperanza remota por sus enemigos m¨¢s recalcitrantes. Ya no. Dentro de unas horas el Congreso vota, con el pa¨ªs en vilo, por la destituci¨®n parlamentaria y la oposici¨®n est¨¢ convencida de que conseguir¨¢ reunir 342 diputados, dos tercios de la C¨¢mara. Lo necesario para que el proceso contin¨²e para el Senado, donde Rousseff tambi¨¦n colecciona enemigos. El Gobierno, por contra, a¨²n manten¨ªa la esperanza y negocia a la desesperada y hasta el ¨²ltimo momento con los diputados indecisos en un intento, de darle la vuelta a los pron¨®sticos..?
A juicio de algunos expertos, el car¨¢cter irreductible, estudioso, terco, recto y poco dado a la improvisaci¨®n de Rousseff ha sido determinante, tanto como la crisis econ¨®mica o su creciente falta de popularidad, en el desarrollo del impeachment. "Ella es rigorista, no se sale del gui¨®n preciso, es una tecn¨®crata, no una pol¨ªtica, se encierra en el Palacio, entre informes, no le gusta mucho el contacto con los diputados o los representantes de los movimientos sociales, y eso ha sido determinante para que al final el Congreso le d¨¦ la espalda", asegura el especialista pol¨ªtico brasile?o Ruda Ricci.
En el Congreso brasile?o, con casi treinta partidos diferentes, en los que las ideolog¨ªas se confunden muchas veces, formar una coalici¨®n estable de Gobierno es un puro ejercicio de malabarismo y de mano izquierda. Hay que saber dar, recibir, halagar y transigir. El predecesor en el cargo de Rousseff, su mentor y la persona que la eligi¨®, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, sab¨ªa hacerlo mejor: fue un negociador h¨¢bil, capaz de encantar a la vez a sus seguidores y a los contrarios.?
Cuando los diputados aliados de Rousseff ¨Cahora en la trinchera de los pro impeachment- acud¨ªan a la presidenta para reclamar presupuestos para obras en sus determinados Estados ella no les recib¨ªa con la misma consideraci¨®n ¨Co desconsideraci¨®n- que a cualquier otro diputado. Seg¨²n Ricci, cuando los diputados de varios partidos envueltos en el Caso Petrobras tambi¨¦n acudieron a la presidenta a pedirle protecci¨®n, ella tampoco los recibi¨®. "Y va a perder el puesto por honesta", a?ade este especialista. "Eso de que el impeachment va contra la corrupci¨®n del Gobierno es s¨®lo para ingenuos". El 60% de los 513 diputados del Congreso brasile?o encara acusaciones del alg¨²n tipo. En la lista de los pol¨ªticos involucrados en el Caso Petrobras se cuentan el presidente del Congreso, Eduardo Cunha y el del Senado, Renan Calheiros, ambos del PMDB. Es cierto que el Partido de los Trabajadores (PT), la formaci¨®n de Rousseff, es la fuerza m¨¢s emponzo?ada en esta trama, con su tesorero, Jo?o Vaccari, actualmente en la c¨¢rcel por aceptar sobornos. Pero tambi¨¦n lo es que ni Rousseff ni su familia han sido nunca acusados de haberse llevado dinero a su casa.
La presidenta recuerda siempre, cuando le preguntan si va a renunciar, que su vida no ha sido f¨¢cil, que est¨¢ acostumbrada a pelear. Es capaz de interrumpir una reuni¨®n para atender un telefonazo urgente de su m¨¦dico en otra habitaci¨®n, enterarse en ese momento de que padece c¨¢ncer y retomar la reuni¨®n despu¨¦s con un perfecto dominio de s¨ª misma sin que los dem¨¢s se enteren de nada. Procede de una buena familia de Belo Horizonte. Fue una ni?a seria, estudiosa, tenaz y memoriosa. A los veinte a?os se encontraba afiliada a la formaci¨®n clandestina de extrema izquierda Pol¨ªtica Obrera.
Fue entrenada para disparar y montar bombas. Fue detenida y torturada durante veinte d¨ªas. Recibi¨® una vez tantos golpes en la cara que se desencaj¨® la mand¨ªbula. Pero no revel¨® nunca la direcci¨®n de la casa que compart¨ªa con su compa?era Celeste. Hay una ficha de la Delagaci¨®n de la Polic¨ªa referente a esta detenci¨®n En ella aparece Rousseff, joven, con el pelo rizado, con gafas de pasta de miope, sosteniendo el n¨²mero de su filiaci¨®n. En uno de los apartados se dice "No est¨¢ arrepentida".
Le gusta leer, al contrario que su mentor Lula, que no es muy amigo de los libros. Pero a diferencia de ¨¦l, carece de carisma, se traba al hablar y se hace muchas veces l¨ªos con las palabras y con las cifras al hablar en p¨²blico. En Brasil aseguran que existe el Dilm¨ºs, un lenguaje propio de la presidenta que es dif¨ªcil entender por el resto de la poblaci¨®n.
Durante su segundo mandato, Brasil se ha hundido en la peor crisis econ¨®mica de su historia moderna, la inflaci¨®n ha vuelto a ser un problema para el pa¨ªs, el paro ha escalado hasta casi llegar al 10% y las agencias de riesgo han rebajado su calificaci¨®n a la de bono basura. Ella admite pocos errores y culpa, sobre todo, a las distintas circunstancias econ¨®micas mundiales para explicar el descalabro.
Todo apunta a que saldr¨¢ derrotar¨¢ hoy, en su D¨ªa D. Y todo apunta a que no se dar¨¢ por vencida. Ella misma aseguraba en una entrevista reciente que est¨¢ dispuesta a aguantar "hasta el ¨²ltimo segundo del segundo tiempo". De un lado, un Congreso adverso y enemigo. Del otro, una presidenta con car¨¢cter que no suele ceder ni rendirse.
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