Bruselas se echa a la calle en su primera manifestaci¨®n tras los atentados

Con los aviones despegando del aeropuerto de Zaventem y los trenes del metro atravesando los t¨²neles desde hace d¨ªas ¡ªambos todav¨ªa a medio gas¡ª, Bruselas a?adi¨® este domingo un nuevo signo de normalidad a la vida ciudadana con la primera manifestaci¨®n en homenaje a las v¨ªctimas de los atentados que costaron la vida a 32 personas el pasado 22-M. La marcha, en la que han participado 7.000 personas seg¨²n la polic¨ªa, estaba planeada para poco despu¨¦s de los ataques, pero fue suspendida por motivos de seguridad, lo que hab¨ªa aplazado ese grito colectivo con que las ciudades atacadas suelen responder unidas frente al terrorismo.

Adem¨¢s de para recordar a los fallecidos, la manifestaci¨®n sirvi¨® para expresar en voz alta la resistencia del pueblo belga a que el terrorismo divida a sus habitantes por la religi¨®n que profesan. "Es el momento de dar un mensaje positivo con la movilizaci¨®n de los vecinos del barrio", se?alaba momentos antes de iniciar el recorrido Fatima Zibouh, polit¨®loga y habitante de Molenbeek, el lugar del que han salido algunos de los principales autores de los atentados de Par¨ªs y Bruselas.

Las asociaciones convocantes hab¨ªan previsto la participaci¨®n de unos 15.000 manifestantes, pero las expectativas no se cumplieron: la polic¨ªa cifr¨® los asistentes en menos de la mitad y la organizaci¨®n en 10.000. "Muchos padres tienen miedo de venir con sus hijos por si aparecen los extremistas de ultraderecha", se?al¨® Zibouh, que tambi¨¦n es una de las organizadoras. En la ¨²ltima convocatoria frente al memorial de las v¨ªctimas, un grupo de 200 cabezas rapadas llegados de varios puntos de B¨¦lgica sembr¨® el caos entre gritos islam¨®fobos, pero este domingo no aparecieron.

La manifestaci¨®n tuvo dos puntos de salida: la estaci¨®n del Norte ¡ªdonde se concentr¨® la mayor¨ªa¡ª, y la plaza principal de Molenbeek. Ambas se unieron a mitad del recorrido, antes de pasar por el palacio de la Bolsa, que se ha erigido desde los atentados en el principal punto de recuerdo a los fallecidos, y donde a¨²n permanecen decenas de mensajes y ramos de flores. En la salida principal, encabezaron la marcha algunas v¨ªctimas de los atentados y sus familiares, seguidos de autoridades religiosas cristianas, jud¨ªas y musulmanas.

En Molenbeek, los ni?os abr¨ªan la marcha gritando el Todos juntos contra el odio y el terror que se convirti¨® en uno de los lemas m¨¢s coreados. Junto a esa apelaci¨®n a la unidad, los vecinos tambi¨¦n lanzaron mensajes directos al Estado Isl¨¢mico: "?Daesh l¨¢rgate, Bruselas no est¨¢ contigo!", repet¨ªan una y otra vez. J¨®venes criados en el barrio como los yihadistas Salah Abdeslam y Mohamed Abrini entre otros, ahora detenidos por su papel en los ataques de Par¨ªs y Bruselas, han engrosado las filas del Estado Isl¨¢mico. "Los terroristas no est¨¢n solo en Molenbeek, los han encontrado en otros muchos barrios de Bruselas", defend¨ªa Touria visiblemente enfadada con la estigmatizaci¨®n del barrio en que vive. Acudi¨® a la marcha acompa?ada de sus cuatro hijos de entre 4 y 12 a?os con banderas belgas y marroqu¨ªes pintadas en el rostro. "Por supuesto que me siento belga", a?adi¨®.

Los aplausos espont¨¢neos llegaron al aproximarse al palacio de la Bolsa, donde varios centenares de personas aguardaban tambi¨¦n a los manifestantes. La marcha avanz¨® todav¨ªa unos cientos de metros desde ese punto dado que no cuenta con el espacio suficiente para acoger a los manifestantes. "Estamos aqu¨ª en solidaridad con las v¨ªctimas y para decir que estamos contra la violencia tal y como defiende nuestra religi¨®n", afirmaba portando velo Raouia, que se manifestaba acompa?ada de Sara, Raje y Yusra, estudiantes universitarias de odontolog¨ªa, traducci¨®n y magisterio nacidas en Baleares ¡ªdonde vuelven cada verano¡ª, que viven en Molenbeek desde hace casi una d¨¦cada.

El acto acab¨® nombrando una a una a las 32 v¨ªctimas de los atentados, por las que se guard¨® un minuto de silencio. Tambi¨¦n con la lectura de varios mensajes por parte de representantes del metro, autoridades laicas y religiosas, y v¨ªctimas. Entre ellos, las palabras que hizo llegar el marido de Loubna Lafquiri, profesora belgo-marroqu¨ª de 27 a?os fallecida en el atentado a la estaci¨®n de metro de Maelbeek: "Mi amor, mi amiga, mi vida. Esposa extraordinaria que ha hecho de nuestra existencia un dulce y maravilloso momento. Madre ejemplar de tres magn¨ªficos ni?os, ahora hu¨¦rfanos de tu rostro, de tu sonrisa, de tu ternura...", comenzaba.