Brasil se mira en el triste espejo del Congreso

El Congreso no es el lugar m¨¢s edificante de Brasil. Sin ir m¨¢s lejos, Eduardo Cunha, el presidente de la C¨¢mara de Diputados, impulsor y controlador de todo este proceso de impeachment contra Rousseff, detenta, seg¨²n la fiscal¨ªa, cuentas millonarias en Suiza alimentadas por sobornos provenientes de Petrobras.

Algunos de los diputados se lo recordaron personalmente el domingo en su minidiscurso, al llamarlo g¨¢nster mir¨¢ndolo a la cara mientras votaban no al impeachment. Buena parte de los parlamentarios, en esas incendiarias proclamas retransmitidas en directo por la televisi¨®n y con una audiencia de m¨¢s de diez millones de personas, aseguraron que votaban que s¨ª o que no ¡ªentre otras alusiones absurdas o surrealistas¡ª ¡°por mi t¨ªa, que me cuid¨® de peque?o¡±, por alg¨²n otro familiar o con proclamas contra la corrupci¨®n. Lo que nadie dijo es que el 60% de ellos tiene alguna causa pendiente con la justicia.

Entre los diputados se cuentan personajes como el exmilitar Jair Bolsonaro, un pol¨¦mico diputado de extrema derecha que el domingo no tuvo reparos en dedicarle su voto (a favor del impeachment) a un torturador de la dictadura brasile?a (1964-1985). ¡°Por la familia, por la inocencia de los ni?os en las escuelas, contra el comunismo, por la libertad. Por la memoria del coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, el pavor de Dilma Rousseff¡±, que de joven fue torturada por los militares.

Hubo m¨¢s dedicatorias surrealistas, especialmente de quienes defend¨ªan la destituci¨®n: ¡°Por mi esposa Paula¡±, ¡°por mi hija que va a nacer y mi sobrina Helena¡±, ¡°por mi familia y mi Estado¡±, ¡°por Dios¡±, ¡°por los evang¨¦licos¡±, ¡°por la defensa del petr¨®leo¡±, ¡°por los agricultores¡±, ¡°por el caf¨¦¡± e incluso ¡°por los vendedores de seguros de Brasil¡±. La tensi¨®n lleg¨® a l¨ªmites insospechados: el diputado Jean Wyllys, del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL), le escupi¨® a Jair Bolsonaro. Wyllis aleg¨® que el ultraconservador lo hab¨ªa insultado y zarandeado.

Cabildeo en los pasillos

Y es que, al fin y al cabo, la funci¨®n de los debates del viernes y del s¨¢bado, y las votaciones del domingo, no serv¨ªan para convencer a nadie: las negociaciones se hac¨ªan en los pasillos, hasta el ¨²ltimo minuto, especialmente por parte del Gobierno, que manten¨ªa una tenue esperanza de conseguir paralizar el proceso. Los diputados, conscientes de que la televisi¨®n transmit¨ªa las sesiones, repitieron machaconamente los mismos argumentos: la oposici¨®n, que Rousseff debe caer por el bien del pa¨ªs; los fieles al Gobierno, que este proceso es un golpe de Estado. Cuando no hablaban ante el micr¨®fono, agitaban banderas, alzaban carteles a favor y en contra de la presidenta, hablaban en corrillos y, a veces, se peleaban.

Los brasile?os han expresado su indignaci¨®n o, por lo menos, su sorpresa, en las redes sociales. Muchos comentarios dicen avergonzarse del nivel de unos diputados que son poco conocidos, que pertenecen a formaciones muy minoritarias (como el Partido de la Mujer Brasile?a, que naci¨® con 20 diputados -solo dos mujeres- y al que solo le queda un representante)? o que directamente no asisten a las sesiones del Parlamento. Wladimir Costa, que el s¨¢bado dispar¨® una bomba de confetis tras gritar que los casos de corrupci¨®n que acosan al Partido de los Trabajadores le est¨¢n disparando ¡°un tiro al coraz¨®n del pueblo brasile?o¡±, fue el diputado que menos fue a la C¨¢mara en 2015. De 125 sesiones, se perdi¨® 105.

Incluso si uno odia a Dilma, no entiendo c¨®mo se puede estar orgulloso de lo que pas¨® ayer en el Congreso. Lo peor de Brasil, a la vista

Noticia sat¨ªrica sobre las referencias a Dios en los discursos de los diputados