?Qui¨¦n ha maldecido a Brasil?
Los pol¨ªticos tambi¨¦n mueren, los Gobiernos pasan, y Brasil y la bella ciudad de R¨ªo seguir¨¢n inspirando sue?os de belleza y calor humano
Faltaba solo el desplome del carril bici Tim Maia, en la zona noble de R¨ªo de Janeiro, para completar y transmitir al mundo, en v¨ªsperas de los Juegos Ol¨ªmpicos, esa nueva imagen de un pa¨ªs que parece estar siendo maldecido por los demonios.
La simb¨®lica ca¨ªda de la ciclov¨ªa se produjo en pleno festivo nacional de Tiradentes, y mientras la presidenta la Rep¨²blica, en v¨ªsperas quiz¨¢s de ser depuesta, se encuentra en Nueva York para denunciar que Brasil est¨¢ sufriendo un golpe pol¨ªtico.
El alcalde de R¨ªo, Eduardo Paes, tampoco estaba en su ciudad en el momento de la tragedia: viaj¨® a Grecia para recibir la antorcha ol¨ªmpica. Otro simbolismo.
Los brasile?os est¨¢n abrumados ante tantas noticias negativas acumuladas. Ven la imagen del Brasil -que se so?¨® grande, un jugador importante en el ajedrez del poder mundial- y de la ciudad maravillosa de R¨ªo ofuscadas hoy por la sombra de la nueva tragedia.
Los brasile?os est¨¢n abrumados ante tantas noticias negativas acumuladas
Todo ello, d¨ªas despu¨¦s del bochornoso espect¨¢culo de circo ofrecido por el Congreso brasile?o durante la noche de la votaci¨®n sobre el proceso contra Dilma de Rousseff, donde resonaron, escalofriantes, hasta elogios a los torturadores de la dictadura.
?Quiz¨¢ Brasil est¨¢ necesitando de alg¨²n exorcista que expulse de una vez a los demonios que parecen haberse adue?ado de este gran pa¨ªs? ?Tendr¨¢n nombres y apellidos?
Mejor llamar a alg¨²n buen orix¨¢ [divinidad de la umbanda, religi¨®n afrobasile?a] para que bendiga a Brasil y pueda cuanto antes volver a tener el sosiego que sus gentes merecen.
Los demonios no viven para siempre. Acabar¨¢n y¨¦ndose, sobre todo si la sociedad se convierte toda ella en un gran exorcista que proclame que esta es una tierra donde se prefiere la felicidad al dolor, y la honradez a la corrupci¨®n.
Los pol¨ªticos tambi¨¦n mueren, los Gobiernos pasan, y Brasil y la bella ciudad de R¨ªo seguir¨¢n inspirando sue?os de belleza y calor humano alrededor del mundo.
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