El proceso para ratificar el pacto contra el cambio clim¨¢tico comienza a andar

La ceremonia de cuidado protocolo ten¨ªa todas esas se?as que caracterizan a los acuerdos de relumbr¨®n con peligro de quedarse en papel mojado: una ristra de jefes de Estado y de Gobierno, una actuaci¨®n musical, ni?os y la correspondiente estrella de Hollywood participante, en esta ocasi¨®n Leonardo di Caprio. Pero si algo distingue al Acuerdo de Par¨ªs del Protocolo de Kioto es precisamente que, esta vez, todos los pa¨ªses firmantes que han posado este viernes en las fotos se comprometen a reducir las emisiones y habr¨¢ evaluaciones peri¨®dicas sobre el grado de cumplimiento de lo pactado.

Que esta vez va en serio es algo que ayer se afanaron en recalcar los dirigentes en Nueva York. El presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, insisti¨® en que lo firmado "es m¨¢s que un compromiso, es un texto que se recoger¨¢ en el derecho internacional". Hollande, mandatario anfitri¨®n en la Cumbre de Par¨ªs de diciembre, se comprometi¨® a intentar que Francia ratifique el acuerdo antes del verano e inst¨® a la Uni¨®n Europa a servir de ejemplo y hacer lo propio.

La UE se ha comprometido a recortar las emisiones un 40% hasta 2030 desde los niveles de 1990 y figura entre los grandes contribuidores al futuro fondo econ¨®mico para ayudar a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo a cumplir con las metas (que cada pa¨ªs se fija personalmente). Para Espa?a, este acuerdo ser¨¢ "el arranque de una nueva ley contra el cambio clim¨¢tico", dijo la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, recalc¨® la importancia de que 171 pa¨ªses acudieran a la firma ayer. "Hoy estamos rompiendo un r¨¦cord en este sal¨®n y eso son buenas noticias", ha insistido sobre la alta presencia. Adem¨¢s, ha pedido a los Estados que se pongan a trabajar en la aplicaci¨®n del pacto "tan pronto como sea posible".

El paso dado este viernes es solo el inicio de un proceso, pero lo verdaderamente importante es la ratificaci¨®n. Estados Unidos firm¨® en su d¨ªa el Protocolo de Kioto, pero no lo sancion¨® posteriormente al rechazar que las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero ¡ªcausantes del calentamiento, seg¨²n la mayor¨ªa de cient¨ªficos¡ª solo fueran asumidas por los pa¨ªses desarrollados, como reflejaba el texto. Casi dos d¨¦cadas despu¨¦s, el Acuerdo de Par¨ªs incluye tanto a los pa¨ªses desarrollados como los que no lo son. Y todos los firmantes se comprometen a aplicar planes de reducci¨®n de los gases a partir de 2020.

El texto de Par¨ªs se cuid¨® tambi¨¦n al m¨¢ximo para conseguir la adhesi¨®n de EE UU, que tiene hist¨®ricamente problemas para entrar en tratados internacionales vinculantes. Por ejemplo, en el ¨²ltimo minuto se tuvo que cambiar un "deber¨¢n" (shall, en ingl¨¦s) por un "deber¨ªan" (should) en el art¨ªculo referido al cumplimiento de los recortes de las emisiones de di¨®xido de carbono por parte de los firmantes. Se buscaba rebajar el grado de vinculaci¨®n del texto para que pudiera asumirlo EE UU sin problemas.

EE UU y China

El temor a que Estados Unidos ¡ªel segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero¡ª se descolgara de nuevo ha estado latente durante las negociaciones del clima. "Lo importante es la ratificaci¨®n", apunta Xavier Labandeira, catedr¨¢tico de Econom¨ªa y uno de los investigadores del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Clim¨¢tico (IPCC) de la ONU. "Y EE UU y China, las dos principales potencias emisoras, ya se han comprometido a ratificarlo este a?o", a?ade. Entre ambas potencias, acumulan alrededor del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales. Para que el Acuerdo de Par¨ªs entre en vigor hace falta que al menos 55 pa¨ªses lo ratifiquen y que est¨¦n cubiertas el 55% de las emisiones del planeta.

El acuerdo de Par¨ªs contra el calentamiento global ha despertado m¨¢s confianza que compromisos anteriores porque los dos mayores contaminantes del mundo, Estados Unidos y China, se han adherido al pacto y manifestaron este viernes, en el acto de la firma, su intenci¨®n de ratificarlo este mismo a?o. Pero la celebraci¨®n de elecciones presidenciales en la primera econom¨ªa mundial el pr¨®ximo mes de noviembre puede amenazan la sanci¨®n de la norma. Y la preocupaci¨®n medioambiental que ha caracterizado a la Administraci¨®n de Barack Obama no tiene garantizada su continuidad. Adem¨¢s, el Supremo se EE UU orden¨® el pasado febrero que el plan de medidas de Obama contra el cambio clim¨¢tico quede bloqueado hasta que la justicia se pronuncie al respecto.

En Europa, tambi¨¦n puede ser complicada la ratificaci¨®n. Los Veintiocho se han comprometido a reducir un 40% las emisiones en 2030. Pero ese es un plan global, todav¨ªa no est¨¢ cerrado el reparto de los esfuerzos de cada pa¨ªs. Es decir, habr¨¢ Estados que asuman m¨¢s compromiso de reducci¨®n y otros que asuman menos. Adem¨¢s, es necesario que cada pa¨ªs por separado ratifique, ya sea en su Parlamento o a trav¨¦s de la f¨®rmula que establezca su legislaci¨®n, el acuerdo clim¨¢tico y no ser¨ªa la primera vez que un proyecto se ve frenado por alguno de los Parlamentos nacionales.