Correa sube los impuestos en Ecuador para pagar la reconstrucci¨®n del seismo
El presidente impone una tasa sobre la renta y eleva el IVA durante un a?o ampar¨¢ndose en el estado de excepci¨®n
La destrucci¨®n de la costa norte de Ecuador es tan grande tras el terremoto que sacudi¨® al pa¨ªs el s¨¢bado pasado ¡ªm¨¢s de 500 muertos y por encima de 20.000 desplazados¡ª que el presidente Rafael Correa ha dispuesto que los trabajadores ayuden con su sueldo a financiar la reconstrucci¨®n y que se suba el IVA durante un a?o. La desesperaci¨®n por la falta de ayudas invade a muchos afectados.
A los empleados que ganen 1.000 d¨®lares (876 euros) se les descontar¨¢ un d¨ªa de sueldo durante un mes; a los que ganen 2.000 d¨®lares, un d¨ªa de sueldo durante dos meses y as¨ª sucesivamente hasta un m¨¢ximo de cinco meses para los que ganen 5.000 d¨®lares mensuales.
Las medidas se amparan, seg¨²n el presidente, en el estado de excepci¨®n declarado en el pa¨ªs durante 60 d¨ªas para hacer frente a la cat¨¢strofe. Los trabajadores tambi¨¦n contribuir¨¢n con un 3% de los beneficios de la empresa que reciben anualmente. En Ecuador, las firmas del sector privado deben compartir por ley un 5% de sus ganancias anuales con sus plantillas. A¨²n no se sabe sobre qui¨¦n recaer¨¢ ese ajuste del 3%. Adem¨¢s, se elevar¨¢ el IVA del 12% al 14% durante un a?o.
Mientras tanto, el reparto de las ayudas empieza a desesperar a los afectados por el se¨ªsmo del pasado s¨¢bado. Los lamentos y quejas de quienes duermen al raso no dejan de llegar. Los afectados por el terremoto salen a las carreteras y a las afueras de las ciudades para pedir ayuda directamente a los ciudadanos solidarios que siguen viajando a la costa para entregar sus donaciones sin intermediarios.
El reparto de las ayudas empieza a desesperar a los afectados por el se¨ªsmo
El problema, cuentan, es que el protocolo es tan r¨ªgido que la ayuda no se mueve con rapidez. Las donaciones se recogen en las sedes del Ministerio de Inclusi¨®n Econ¨®mica y Social en todo el pa¨ªs, se embarcan en camiones que salen en caravana y con escolta policial o militar, por tres rutas seguras identificadas por el Ministerio de Interior, hasta llegar a las zonas devastadas. Entonces son los militares los que reciben el cargamento en los albergues instalados, se clasifica , se reparte en kits familiares y se distribuye a la poblaci¨®n. Es la ¨²nica forma de evitar los abusos, los robos y el reparto desproporcionado.
La distribuci¨®n de ayudas, de la que se encarga exclusivamente el Ejecutivo, se ha extendido de la zona cero al resto de pueblos y ciudades que siguen sin luz, sin agua corriente y sin una tienda donde comprar lo necesario para vivir. Todo este peregrinaje organizado para el reparto de agua y v¨ªveres le impidi¨® a Santa Berm¨²dez, una mujer de Tachina (a una hora de Pedernales) recibir una raci¨®n de comida. Su viaje a la ciudad m¨¢s golpeada fue en vano cuando se encontr¨® con un cartel desalentador que dec¨ªa que solo se dar¨¢ comida a las personas en los lugares ya identificados.
Tambi¨¦n Miriam Moreira, peluquera que vive en Guayaquil pero tiene a toda su familia en una aldea rural en La Crespa, se queja de que no hay ayuda en las poblaciones m¨¢s peque?as.
Un paquete con agua, alimentos, ropa, medicina, productos de higiene y todo lo necesario para que una familia de cuatro miembros subsista durante tres d¨ªas a la intemperie. As¨ª son las 7.000 raciones que ya se han repartido en Pedernales, una de las localidades m¨¢s afectadas en Manab¨ª. La primera fase del plan prev¨¦ atender las necesidades de 150.000 personas.
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