Un nuevo ciclo, pero en Colombia

Sin duda la acumulaci¨®n de poder en una sola persona provoca desequilibrios al interior de cualquier gobierno. Y es posible que la hasta hace unas horas ministra de la presidencia de Colombia Mar¨ªa Lorena Guti¨¦rrez lo hubiera acumulado, pero no porque lo buscara. En buena hora lo hizo. Alguien ten¨ªa que ocuparse de liderar reformas, cuidar lo p¨²blico e incluso controlar los apetitos burocr¨¢ticos de quienes estaban acostumbrados a ser saciados.

Desconozco si su renuncia dej¨® heridas en la Casa de Nari?o. Si la forma o el tono no gustaron. Curioso cuando de forma y tono quienes celebran su salida son expertos. Pero el tema de fondo es otro. Es la gobernabilidad que se conquista con repartija burocr¨¢tica o milimetr¨ªa partidista o con liderazgo y pol¨ªtica, que es muy distinto.

La crisis interna que se desat¨® o mejor se visibiliz¨® en el gobierno luego de la conformaci¨®n de una terna por parte del Presidente para que la Corte Suprema elija al pr¨®ximo fiscal, no es otra cosa que la realidad del ejercicio del poder en nuestro pa¨ªs.

Y esa realidad se puede leer a trav¨¦s de los nombres de los elegidos en la terna: N¨¦stor Humberto Mart¨ªnez, candidato de los afectos del vicepresidente Germ¨¢n Vargas Lleras que aspira a suceder a Santos recorriendo el pa¨ªs por todas las v¨ªas, carreteras y medios posibles para su fin.

Se trata de una gran jurista que se la jug¨® por el presidente Santos en su campa?a de la reelecci¨®n. Ha sido ex ministro de Justicia de un gobierno cuestionado como el de Ernesto Samper; y de otro no menos regular como el de Andr¨¦s Pastrana. Pero de la incapacidad de sus anteriores jefes ¨¦l no tiene la culpa. Es h¨¢bil y estudioso y es adem¨¢s socio de la firma DLA Piper, abogado de uno de los empresarios m¨¢s pr¨®speros del pa¨ªs, Luis Carlos Sarmiento, quien a su vez es due?o del peri¨®dico El Tiempo y del 27% de la banca, seg¨²n Asobancaria. Para sus cr¨ªticos, Mart¨ªnez tendr¨ªa conflictos de intereses para desempe?arse como fiscal y para su grupo de amigos, varios de ellos activos periodistas del c¨ªrculo del vicepresidente, es el hombre id¨®neo para el cargo.

Yesid Reyes, saliente ministro de justicia, tambi¨¦n entr¨® a la terna mostrando otra realidad del pa¨ªs y de los partidos. Liberal, hijo del inmolado presidente de la Corte Suprema durante la toma y retoma del Palacio de Justicia por parte del M-19 con apoyo del narcotr¨¢fico. Tiene fama de litigante serio. Su paso por el ministerio a¨²n est¨¢ por evaluar. Le gan¨® la inclusi¨®n en la terna a otro liberal, al fiscal encargado Jorge Perdomo a quien un sector del partido apoyaba visibilizando la atomizaci¨®n de opiniones en esa colectividad sin Dios ni Ley, con una jefatura en manos de los m¨¢s dis¨ªmiles integrantes, cada uno buscando la misma acumulaci¨®n de poder que le critican al partido del vicepresidente, que s¨ª la est¨¢ obteniendo.

M¨®nica Cifuentes, penalista que ya trabaj¨® en la Fiscal¨ªa que ahora aspira a dirigir, entr¨® primero por competente, pero tambi¨¦n por la cuota femenina. Por ahora la ¨²nica sin intereses pol¨ªticos conocidos, que devolver¨ªa la independencia a la rama judicial pues el saliente fiscal Eduardo Montealegre se la quit¨®. Al punto que en represalia porque su candidato a fiscal no fue ternado, dicen que acaba de rechazar la embajada con la que iba a hacer reconocido, por no decir premiado, en Alemania.

Cada uno de los ternados termin¨® por mostrar la realidad de la pol¨ªtica interna en la Casa de Nari?o y el Congreso colombianos, al punto que Santos anunci¨® el fin de un ciclo y el comienzo de otro. Ojal¨¢ ese nuevo ciclo, no en la Habana sino en Colombia, no se construya sobre la base del chantaje. Me refiero a que no puede ser usado el gabinete para solucionar los problemas que gener¨® la decisi¨®n de conformar la terna.

En los cambios que introduzca el presidente en su equipo ser¨ªa deseable que ampl¨ªe la participaci¨®n a otras fuerzas pol¨ªticas, que los elegidos sean conocedores de los temas para los cuales son designados. Que lo emblem¨¢tico de sus nombres no se imponga sobre sus competencias como ocurre con el reci¨¦n nombrado Alan Jara en la Unidad de V¨ªctimas, o como el nuevo ministro de Minas, impuesto por otro ministro del Partido Conservador, al que tambi¨¦n reconocen cada tanto para equilibrar la repartija.

Y sigo¡­o a Roy Barreras, presidente de la U, otro partido sin l¨ªder que incluso funciona en instalaciones sin luz ni agua, designado hace unos d¨ªas para que vaya a La Habana, a convencer m¨¢s r¨¢pido a las FARC de firmar el acuerdo de paz. No dudo de las capacidades de Roy para la interlocuci¨®n pero ampliar las vocer¨ªas es contrario a las necesidades de la discreci¨®n.

Enfrentamientos verbales, aspiraciones y agendas propias, todo eso es parte de la pol¨ªtica. Lo que hace el vicepresidente Vargas Lleras es pol¨ªtica. ?Es que acaso no es para eso que est¨¢n en esas posiciones? Lo que hacen todos es pol¨ªtica. Y el presidente lo sabe. Por eso el que no puede dejar de hacer pol¨ªtica es Santos. Y mucho menos dejar de gobernar con libertad, sin que lo secuestren sus propios amigos y enemigos al interior del gobierno, cambiando un poco sus anillos de confianza donde cada d¨ªa se cocina como en las cocinas, los platos poco digeribles para la opini¨®n.