El miedo irracional a Cunha
Si alguien fuera quisiera analizar el fen¨®meno Eduardo Cunha, se preguntar¨ªa: ¡°?Por qu¨¦ todos le tienen miedo?¡±
Si alguien de fuera quisiera analizar el fen¨®meno Eduardo Cunha, no podr¨ªa dejar de preguntarse: ¡°?Por qu¨¦ todos le tienen miedo?¡±
?Es un miedo irracional o real? Ese miedo podr¨ªa a¨²n agudizarse si resultara verdad que, en previsi¨®n de poder ser preso, el presidente del Parlamento brasile?o tiene ya preparada una delaci¨®n premiada (acuerdo para confesar a cambio de ventajas judiciales) cuyos documentos conserva lacrados en un cofre quiz¨¢s fuera del pa¨ªs, y que har¨ªan temblar a media Rep¨²blica. ?Ser¨¢n sus secretos la fuerza de su poder?
??Y si fuera todo un bluf?
¡°El miedo de la sombra (imaginario) es mayor que el miedo de lo oscuro (real). El hombre juega en las apariencias, bandido, manipulador, imagina lo que los otros imaginan que sabe¡±, me dice, Augusto Messias, catedr¨¢tico de la Universidad del Estado de R¨ªo de Janeiro (UERJ) y miembro de la Academia de Medicina de Brasil.
Despu¨¦s de cada embestida contra ¨¦l, cada vez que parece atrapado en una nueva pelea, acaba resurgiendo como un ave f¨¦nix
Anatematizado y hasta despreciado por un 90% de la sociedad por haber acumulado tanto peso de corrupci¨®n y cinismo sobre sus espaldas, Cunha es en verdad el pol¨ªtico m¨¢s temido y hasta envidiado por el poder. Parece que acaba ganando siempre. Cuanto m¨¢s atacado, m¨¢s fuerte se siente.
Del Sans¨®n b¨ªblico se dec¨ªa que su fuerza resid¨ªa en su cabellera. ?D¨®nde reside la de Cunha?
La sociedad que no sabe de la mara?a de leyes jur¨ªdicas y reglamentos no entiende por qu¨¦ con todas las incriminaciones contra ¨¦l puede seguir presidiendo la C¨¢mara de Diputados y siendo la tercera autoridad de la Rep¨²blica.
Despu¨¦s de cada embestida contra ¨¦l, cada vez que parece atrapado en una nueva pelea, acaba resurgiendo como un ave f¨¦nix. Y vuelve a desafiar a todos.
Dicen que cuanto m¨¢s atacado, m¨¢s se crece. Y a¨²n no ha renunciado a un sue?o: ser, aunque sea solo por un d¨ªa, presidente de la Rep¨²blica.
Si el Supremo no se da prisa en despojarlo de la presidencia de la C¨¢mara hasta podr¨ªa conseguirlo. Ese d¨ªa, si llegara, Brasil deber¨ªa estar de luto.
Lo que la sociedad ve es que hasta la oposici¨®n cierra los ojos para no enfrentarse a ¨¦l. Que el Parlamento sigue firme a su lado, como se vio en el aplauso que recibi¨® cuando vot¨® a favor de la destituci¨®n de la presidenta Dilma Rousseff. Y ahora har¨¢ parte delpartido del posible nuevo Gobierno del que hoy es vicepresidente, Michel Temer.
Todos lo querr¨ªan a su lado si no fuera corrupto. Lo intent¨® hasta Dilma Rousseff, en vano.
Algunos lo querr¨ªan a¨²n a sabiendas de lo que es. Existe entre los pol¨ªticos una morbosa fascinaci¨®n inconfesable ante esa fuerza, para algunos diab¨®lica, del personaje.
Hasta los venerables ministros del Supremo no parecen tener prisa en sacarle de escena y dicen que van a ¡°estudiar¡± c¨®mo impedir que pueda convertirse dentro de unos d¨ªas en la segunda autoridad de la Rep¨²blica.
Una de las claves del caso Cunha, quiz¨¢s la m¨¢s importante, la revel¨® en este diario el agudo analista del alma humana Xico S¨¢ hace m¨¢s de un a?o, cuando lo calific¨® como ¡°O pior tipo de homen de todos os tempos¡±.
En su escrito, Xico, con quien creo que me une una cierta complicidad en nuestra formaci¨®n juvenil, anticip¨® lo que podr¨ªa ser la verdadera fuerza oculta de Cunha: ¡°Vive de ese miedo que alimenta a cada segundo¡±.
Un miedo peligroso. Al parecer dijo hace un tiempo que ¡°morir¨ªa matando¡±. Ya ha empezando a matar a la presidenta de la Rep¨²blica. Y ¨¦l sigue vivo.
Y as¨ª, Cunha, en vez de morir junto con los filisteos tras haber quebrado las columnas del templo, podr¨ªa acabar hasta salv¨¢ndose dejando morir abandonados por el camino a sus enemigos, que pueden ser muchos.
La lucha, hasta la de la justicia, con Cunha no parece f¨¢cil.
Tiene raz¨®n, Xico, el monstruo ¡°vive del miedo que alimenta¡±.
Miedo que parece contagiar a todos, dada la reverencia con la que es tratado hasta por la m¨¢s alta Corte de Justicia.
?Tambi¨¦n Temer tendr¨¢ miedo de Cunha?
A ver.
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